Comedia social con buenas intenciones

La localidad gaditana de Barbate es perfecta para retratar la picaresca. En At¨²n y chocolate, Pablo Carbonell, showman televisivo, m¨²sico, actor, escritor y aqu¨ª director debutante, ha captado muy bien la especial idiosincrasia y el esperp¨¦ntico ambiente del pueblo, alimentado a base de pesca, narcotr¨¢fico y mucha piller¨ªa.

Con un tono de comedia social algo alocada, At¨²n y chocolate tiene la virtud del atrevimiento y de la huida constante de la correcci¨®n pol¨ªtica (algo que nunca le ha fallado a Carbonell en sus distintas facetas art¨ªsticas). Se ve que el director no es ning¨²n intruso a la hora de dibujar personajes tan chocantes como el de Antonio Dechent o de crear di¨¢logos tan reales como los del propio Carbonell y Pedro Reyes (un gran descubrimiento para el cine).

Sin embargo, junto a un ambiente general muy logrado, hay demasiadas escenas que sobrepasan la l¨ªnea de la comedia de enredo para adentrarse directamente en la astracanada, caso del robo del gran at¨²n en la almadraba, con las bailaoras y los vigilantes como compa?eros de viaje.

Libertad

Adem¨¢s, Pablo Carbonell ha dejado una libertad interpretativa a sus actores que termina provocando una confusi¨®n evidente. As¨ª, nada tienen que ver el autocontrol de Mar¨ªa Barranco, el histrionismo de Antonio Dechent, el tono par¨®dico de Paco Vegara y el m¨¢s absoluto amateurismo de la mayor¨ªa de los actores de reparto.