"Un romance entre una monja y un cacique tiene su riesgo", dice Mendoza
El escritor firma el gui¨®n de 'El a?o del diluvio' junto al director del filme, Jaime Ch¨¢varri
Eduardo Mendoza y Jaime Ch¨¢varri se conocieron hace m¨¢s de 20 a?os, a trav¨¦s de amigos comunes, en Nueva York, donde en aquella ¨¦poca viv¨ªa el escritor. Sintonizaron pronto. Desde entonces se han seguido frecuentando. Les encanta conversar. Y, encima, se admiran: Mendoza no se pierde ninguna pel¨ªcula de Ch¨¢varri, y el cineasta es un ¨¢vido lector del autor de La ciudad de los prodigios. Cuando en 1992 Mendoza public¨® El a?o del diluvio, Ch¨¢varri, tras leer la novela, lo llam¨® de inmediato para pedirle que le reservara los derechos cinematogr¨¢ficos. Pero han tenido que pasar nada menos que 14 a?os para que los protagonistas del libro, sor Consuelo y un terrateniente de nombre Augusto Aixel¨¤, se hayan podido encarnar en la bella Fanny Ardant y el varonil Dar¨ªo Grandinetti. En este tiempo, muchos, incluso Gerard Depardieu, han querido llevar a la pantalla este romance situado en la Catalu?a profunda de la d¨¦cada de 1950, cuando los maquis todav¨ªa se ocultaban en las monta?as. Lo recordaban el pasado mi¨¦rcoles en la presentaci¨®n en Barcelona del filme sus dos padres, Eduardo Mendoza y Jaime Ch¨¢varri, en un encuentro a petici¨®n de EL PA?S.
"Depardieu quer¨ªa interpretar a Aixel¨¤ y pretend¨ªa que la monja la hiciera su mujer, Carole Bouquet, pero no ten¨ªa director, entonces yo propuse a Jaime. Luego las cosas fueron cambiando, y Jaime fue el ¨²nico que permaneci¨® en el proyecto", explic¨® Mendoza. "S¨ª", confirm¨® Ch¨¢varri, "mantuve la fidelidad, aun siendo consciente de que llevar El a?o del diluvio al cine presentaba muchas dificultades, pero al mismo tiempo era un reto muy atractivo. En realidad, adaptar a Eduardo es dificil¨ªsimo. No da esa sensaci¨®n porque sus novelas tienen una ligereza que parece muy f¨¢cil trasladar al cine, pero en absoluto lo es".
El trabajo de escritura del gui¨®n, y sobre todo el debate sobre ¨¦l, fue intenso. "Yo quer¨ªa filmar la novela y Eduardo, en cambio, quer¨ªa cambiarlo todo", cont¨® Ch¨¢varri, divertido. "A m¨ª me gusta muy poco volver a mis libros", asinti¨® Mendoza, "y, a veces, me ven¨ªa Jaime con unos di¨¢logos tremendos, y yo le dec¨ªa, pero, hombre, c¨®mo has escrito esto tan inveros¨ªmil, y ¨¦l me respond¨ªa: 'Pero si as¨ª aparecen en la novela', y en cosas as¨ª es donde tuvimos que echar el pulso". "Yo quer¨ªa", apostill¨® el director, "que la pel¨ªcula tuviera muy presente la novela, y luego que fuera un melodrama, pero no contado como un melodrama, y eso fue lo m¨¢s d¨ªficil de conseguir". "Claro, es que a estas alturas una historia de amor entre una monja y un cacique tiene su riesgo. Creo que desde Margarita la tornera no se hab¨ªa intentado", brome¨® el escritor. El filme les ha servido a los dos amigos para acercarse a¨²n m¨¢s, y est¨¢n decididos a repetir la experiencia. "Me gustar¨ªa volver a escribir con Eduardo, pero partiendo de cero, sin adaptaciones", admiti¨® Ch¨¢varri. "Pues s¨ª. Ahora que lo he probado tengo la sensaci¨®n de haber aprendido mucho, que no es lo mismo que saber mucho", concluy¨® Mendoza.
Babelia
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