'La casa de Bernarda Alba', de Mario Camus
EL PA?S ofrece ma?ana, por 1,95 euros, la adaptaci¨®n de la obra de Garc¨ªa Lorca
"Nunca he tenido el m¨¢s m¨ªnimo reparo en llevar una obra de teatro al cine"
Lorca fech¨® este drama en junio de 1936, es decir, un par de meses antes de ser asesinado. En aquel momento, seg¨²n testimonio de Manuel Altolaguirre, sent¨ªa la necesidad de un nuevo teatro en el que predominaran "la severidad y la sencillez: el artista debe llorar y re¨ªr con su pueblo; hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan las azucenas". Inspirada, seg¨²n su testimonio, en la vida de una mujer que somet¨ªa a sus hijas solteras a una inexorable y tir¨¢nica vigilancia, "a un infierno mudo y fr¨ªo bajo un sol africano, sepultura de gente viva bajo la f¨¦rula inflexible del cancerbero oscuro", La casa de Bernarda Alba fue entendida como un s¨ªmbolo de la Espa?a negra anclada en el tiempo, desde que Margarita Xirgu la estrenara en Argentina en 1945 (no lleg¨® a los escenarios espa?oles hasta 1964).
Respetando el origen teatral de la pieza, "la acci¨®n de la pel¨ªcula se abre con una cortinilla que, como los telones del teatro, sube de abajo arriba: empieza la funci¨®n", en observaci¨®n de Molina Foix: "La acci¨®n se desarrolla, salvo escasas excepciones, en los interiores de casa y el falso exterior del patio de la casa, un decorado obvio que -con su curioso recuerdo de los cartones-piedra de Cifesa- a algunos les parece desfasado pero a m¨ª me resulta muy acorde con la suplantaci¨®n irrealista del filme". Esta observaci¨®n del cr¨ªtico de Fotogramas hac¨ªa referencia a la divisi¨®n de opiniones con que la pel¨ªcula fue recibida entre la cr¨ªtica espa?ola. Mientras Jos¨¦ Luis Guarner en La Vanguardia subray¨® "el tacto de Mario Camus para rehuir el folclorismo en beneficio de una austera severidad (la acci¨®n se confina en una l¨®brega escenograf¨ªa de pel¨ªcula de terror psicol¨®gico, no se recurre a la m¨²sica -salvo un zapateado para subrayar el cl¨ªmax- y los efectos se reducen a un absoluto m¨ªnimo)", ponderando "la inteligencia del director al apoyarse en las actrices y optar por la austeridad, con un resultado pulcro, profesional y un tanto fr¨ªo". Fern¨¢ndez-Santos en EL PA?S calificaba este intento de adaptar cinematogr¨¢ficamente a Lorca como "una misi¨®n imposible", se?alando que "no pod¨ªa ser de otra manera, pese a la fuerza de secuencias aisladas, de las que destacaremos la del funeral, que es un puro ejemplo de puro cine. No deja de ser elocuente que precisamente esta escena sea la ¨²nica que no pertenece a Lorca, sino a los autores del filme". Por su parte, Antonio Lara valor¨® la pel¨ªcula como "un entendimiento vivo y contempor¨¢neo de la tragedia lorquiana, con el m¨¦rito de la claridad expositiva y la coherencia".
Para Camus, la obra es "un drama de mujeres por excelencia en el que los hombres tienen una especial significaci¨®n ya que, aunque no se les llega a ver, son en realidad los aut¨¦nticos protagonistas de la historia. Por eso, para respetar los conceptos lorquianos he optado por dar las figuras masculinas difuminadas, en silueta o, simplemente, sin rostro. Los hombres est¨¢n, pero no de una manera concreta". De ah¨ª que la elecci¨®n del reparto constituyera parte del desaf¨ªo. Tras haber pensado en Vanessa Redgrave, Camus prefiri¨® a Irene Guti¨¦rrez Caba, que, en opini¨®n de Fern¨¢ndez-Santos, "proporciona al rostro de su Bernarda energ¨ªa fan¨¢tica, credibilidad a su enloquecida mirada, intensidad magn¨¦tica a su gesto". Antonio Gutti, en Cinco D¨ªas, elogi¨® a "las magn¨ªficas actrices, atentas a las miradas, las voces y los rostros descompuestos con precisi¨®n matem¨¢tica". ?stas fueron Ana Bel¨¦n, Florinda Chico, Enriqueta Carballeira, Victoria Pe?a, Aurora Pastor, Mercedes Lezcano, Pilar Puchol, Rosario Garc¨ªa Ortega... En los premios del a?o, Rafael Palmero recibi¨® el Goya a la mejor direcci¨®n art¨ªstica.
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