Cuestiones cl¨®nicas

A veces, el cine americano demuestra una envidiable capacidad para tomar el pulso a la realidad y para convertir cualquier suceso medi¨¢tico en el tema de una ficci¨®n cinematogr¨¢fica. Viene a cuento la cosa porque no otro que un tema de candente actualidad es el que organiza la acci¨®n de este El enviado, primera pel¨ªcula americana de un prestigioso director teatral brit¨¢nico, Nick Hamm. Y el tema no es otro que la clonaci¨®n humana: debido a un accidente, un matrimonio (Romijn-Stamos y Kinnear) pierde a su hijo de 8 a?os, pero pronto un m¨¦dico misterioso (De Niro) se ofrece para clonar a su hijo. En¨¦sima revisitaci¨®n del pacto f¨¢ustico (aunque aqu¨ª Lucifer se traviste de investigador gen¨¦tico), El enviado presenta dos caras perfectamente diferenciadas: en una, cronol¨®gicamente la primera, se trata de mostrar el drama familiar de la muerte, el dolor, las manipulaciones del m¨¦dico, un nuevo marco y una nueva existencia para el matrimonio. Eso dura aproximadamente hasta la mitad del metraje, y es, con diferencia, lo m¨¢s interesante del filme, sobre todo porque si algo controla Hamm es justamente la direcci¨®n de actores, y ¨¦stos le responden, especialmente el inquietante ni?o Bright, poseedor de una mirada glacial y heladora.

En la segunda mitad, la clonaci¨®n y todo el debate inherente quedan sumergidos por la inevitable tendencia terror¨ªfica que parece ser la intenci¨®n ¨²ltima del asunto. Desde ah¨ª la cosa evoluciona hacia el susto f¨¢cil y el final gui?olesco e incre¨ªble, lo que echa por tierra los esfuerzos hasta entonces desarrollados.