Del estrado a la cancha
Kobe Bryant fue vital en el triunfo de los Lakers ante los Rockets tras estar tres d¨ªas declarando en el juicio por violaci¨®n que se sigue contra ¨¦l
Kobe Bryant es la Cenicienta del deporte moderno. El mejor en el baile y siempre mirando el reloj. Los ?ngeles Lakers vencieron 97-78 a Houston Rockets en el quinto partido de su eliminatoria por el t¨ªtulo de la NBA y pasaron de esa manera a semifinales de conferencia tras superar al equipo de Texas por 4-1 en el global de la eliminatoria. Pero las tertulias del jueves en California no hablaban ni de Houston Rockets ni del siguiente y temible rival, San Antonio Spurs, el actual campe¨®n. La gente compra y disfruta una historia con t¨ªtulo de pel¨ªcula de Monty Python. El norteamericano consume con gusto la vida de Bryant. Una historia en la que nadie puede separar baloncesto, morbo, suceso, intriga, juicio o rechazo. Nadie excepto Bryant y su propio entrenador, Phil Jackson.
Los caminos del cerebro de Kobe Bryant son inescrutables pero sus emociones parecen bien distribuidas y perfectamente separadas cada una por su senda, independientes y autosuficientes. Entre el cuarto y el quinto partido de la eliminatoria, Bryant tuvo que prestar declaraci¨®n durante tres d¨ªas en Colorado, en la vista oral correspondiente a la acusaci¨®n que recae sobre ¨¦l por violaci¨®n. Lleg¨® al pabell¨®n del Staples Center resoplando, frot¨¢ndose la cara con las dos manos, agobiado.
Faltaban cuatro minutos para las siete de la tarde, la hora oficial de comienzo del partido. A las 19:09, trece minutos antes del inicio real del encuentro, que se retras¨®, como es habitual en Los ?ngeles, Bryant se uni¨® a sus compa?eros para el calentamiento. A las 19:22 se inici¨® el partido con Kobe Bryant como titular de los Lakers. Fall¨® sus tres primeros tiros y entonces recibi¨® una asistencia impagable de su entrenador. Phil Jackson le mand¨® al banquillo durante un minuto. Le puso en situaci¨®n, le dio ese aire y ese tiempo que desde octubre ha intentando suministrar a un joven con problemas. "Creo que en una situaci¨®n as¨ª las personas necesitan mucho espacio. La opresi¨®n y el control sobre el jugador habr¨ªan resultado un impedimento para su productividad durante la temporada", afirm¨®, prof¨¦tico, Phil Jackson en su declaraci¨®n previa al partido.
Cuando Bryant volvi¨® a la pista su expresi¨®n facial ya era otra. Jackson lo cambi¨® de posici¨®n, pas¨¢ndolo de escolta a alero. Convirti¨® ocho de sus diez siguientes lanzamientos. En el descanso del partido ya sumaba 20 puntos, seis rebotes y cinco asistencias. En la segunda mitad Jackson le dio descanso definitivo a falta de seis minutos para el final. Bryant hab¨ªa completado un partido extraordinario, canalizando la victoria f¨¢cil de su equipo con 31 puntos y diez asistencias en su estad¨ªstica final. En el banquillo, esperando a que acabara el partido, Bryant no dej¨® de frotarse los ojos y bostezar. "Tengo mucho sue?o, ma?ana no me levanto del sof¨¢ en todo el d¨ªa", explicaba tras el encuentro. Como Cenicienta, a las doce en casa.
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