Paseo de libros veteranos

La primavera madrile?a presenta desde ayer un incentivo m¨¢s para su deleite: el paseo de Recoletos exhibe la 28? Feria del Libro Antiguo y de Ocasi¨®n, que congrega en el ahora florido bulevar hasta 47 libreros de Barcelona, Sevilla, Valencia, Granada y Madrid. La muestra, con ejemplares de bell¨ªsima hechura y jugosa historicidad, m¨¢s otros a precios econ¨®micos, puede ser visitada entre las once de la ma?ana y las nueve de la noche todos los d¨ªas hasta el 16 de mayo.

Esta edici¨®n, que edita para la ocasi¨®n un libro de Manuel Chaves Nogales, compone un hito de la vida cultural de la ciudad que fue jalonado ayer por el alcalde Alberto Ruiz-Gallard¨®n con su visita a la feria, acompa?ado de Alicia Moreno, concejal de Las Artes. El primer edil adquiri¨® a un precio asequible El Jarama, de Rafael S¨¢nchez Ferlosio, y Obra abierta, de Umberto Eco.

El escritor Juan Bonilla ley¨® el preg¨®n de este a?o y sedujo a muchos de los oyentes con su habla. Los libros en verdad importantes no son, como solemos creer, aquellos a cuyo interior nos adentramos, sino m¨¢s bien aquellos otros que se adentran en nuestras vidas, vino a decir Bonilla tras inventariar una muy suya bilioteca ideal.

El visitante puede surcar Recoletos a paso lento y descubrir tesoros como ?bano, del polaco Ruyszard Kapucinski, al precio de tres euros; Cleopatra, del gran bi¨®grafo Emil Ludwig, por seis, o El Rastro, de Ram¨®n G¨®mez de la Serna, por 15 euros. Precisamente, desde el otro and¨¦n del paseo de Recoletos, las flores predilectas de este escritor, glicinias, cuya floraci¨®n marcaba a su entender el arranque aqu¨ª de la primavera, irradiaban ayer pinceladas color violeta desde las p¨¦rgolas que ajardinan el cercano palacio del marqu¨¦s de Salamanca. As¨ª recordaban que Ram¨®n sigue siendo en esta feria uno de los autores que m¨¢s devoci¨®n despierta, por la sana avaricia que la cosecha de sus t¨ªtulos por doquier desata.

Francisco J. Mart¨ªnez Moncada, que preside este a?o la Feria del Libro Antiguo, define algunos de los problemas que el sector sufre. Comenta los efectos, a su entender perniciosos, de la reducci¨®n de los plazos de las ediciones en las librer¨ªas de nuevo. Ello convierte a las de libros antiguos en recipiendarias naturales de los fondos no absorbibles por aqu¨¦llas. "El librero, que es algo m¨¢s que un comerciante, se ve acuciado por la necesidad de vender cuanto antes los libros m¨¢s novedosos que le presentan -se editan 70.000 t¨ªtulos al a?o- y pierde as¨ª la cualidad de orientador que su profesi¨®n le otorgaba sobre los lectores, para verse ahora circunscrito a la funci¨®n de un tendero".

Sin embargo, el acariciar la textura de ejemplares antiguos o deleitarse con sus espl¨¦ndidas encuadernaciones, am¨¦n de la procura de sue?os que su contenido brinda, permanecen al alcance de la mano de madrile?os y forasteros en Recoletos.