Bartabas orquestar¨¢ en el F¨®rum una gran parada de lamas, caballos y emoci¨®n
El T¨ªbet inspira 'Loungta', del teatro ecuestre Z¨ªngaro, uno de los espect¨¢culos estrella del evento
El canto gutural y la m¨²sica sacra de los lamas tibetanos y los hermosos caballos y los audaces jinetes del grupo de teatro ecuestre Z¨ªngaro se mezclan en el nuevo montaje de la compa?¨ªa, Loungta, les chevaux de vent, que recalar¨¢ en el F¨®rum del 18 de mayo al 4 de junio como uno de los grandes acontecimientos de la programaci¨®n. Espect¨¢culo bell¨ªsimo, cargado de espiritualidad, magia, emoci¨®n, riesgo y poes¨ªa. La ¨²ltima creaci¨®n del patilludo centauro Bartabas, el director de Z¨ªngaro, se representa estos d¨ªas en La Rochelle (Francia) antes de viajar hacia Barcelona.
"Hay algo universal en la m¨²sica del T¨ªbet como lo hay en el trabajo con los caballos", dijo Bartabas tras una funci¨®n en un encuentro con periodistas espa?oles. Loungta -el nombre que se da en el T¨ªbet a las oraciones escritas en tela que se cuelgan para que las agite el aire y las extienda por el mundo, y significa, precisamente, "caballo de viento"- se representa en la caracter¨ªstica carpa negra con forma de silla de montar de Z¨ªngaro. La obra se inicia con un pre¨¢mbulo ritual en el que la m¨²sica, la penumbra, nubes de incienso y el movimiento ceremonial de varios int¨¦rpretes inducen en el p¨²blico un estado cercano al trance. La presencia de los monjes con sus vestiduras y sus altos gorros amarillos, sus trompas, sus molinillos, sus banderas de oraci¨®n y sus tambores llena el espacio de una sacralidad casi palpable. El elemento escenogr¨¢fico fundamental es una especie de c¨²pula de tela que evoca a la vez la yurta, la tienda tradicional de los n¨®madas; el chorten, el monumento funerario omnipresente en el paisaje tibetano, y el onfalos, el m¨ªtico centro del mundo. Tambi¨¦n remite al velo de Maya budista que crea la ilusi¨®n y disfraza la realidad.
Esa estructura, colocada en la pista central de la carpa, puede recogerse en el techo, hacerse transparente para mostrar su interior o recibir proyecciones de fotos, dibujos o s¨ªmbolos (el Potala, caravanas de yaks, lamas). Al principio de la funci¨®n revela en su seno una manada de caballos completamente inm¨®viles.
A lo largo del espect¨¢culo, de una hora y cuarenta y cinco minutos, las im¨¢genes inolvidables se suceder¨¢n: caballos que se desparraman libres por la pista, galopadas salvajes con jinetes que se descuelgan acrob¨¢ticamente del lomo de los animales, montan sobre dos de ellos o componen vertiginosos pilares humanos; tropas de demonios himalayos con m¨¢scaras de calavera, chamanes que bailan danzas hipn¨®ticas... Bartabas aparece como un monje errante a lomos de un zaino para ejecutar ensimismado unos movimientos haute ¨¦cole de belleza obsesiva que en el contexto adquieren calidad de ejercicios zen. Una diosa azul de pechos desnudos y con un cetro que sugiere el tridente de Siva en la mano evoluciona con un asno (Narthex, un veterano de la compa?¨ªa) componiendo una estampa de sabor hind¨²; un efebo a caballo alimenta a una tropa de treinta ocas que le siguen con n¨ªvea disciplina trompeteando en contrapunto de las trompas de cobre de los monjes. Todo ello en escena tiene una calidad y un ritmo rituales y una estructura circular que proporciona al conjunto la calidad de un mandala viviente. En un momento del espect¨¢culo, los jinetes aparecen de entre el p¨²blico ataviados de calle y en el borde de la pista se van desnudando y revistiendo con ropajes de n¨®madas. Montan en sus caballos enjaezados y se entregan, tribu gozosa e irreductible, ¨¦mulos de los guerrilleros khambas que aterrorizaron a los chinos, a un galopar desenfrenado, un canto a la libertad que inunda la carpa de un profundo, ¨¢cido y bestial aroma equino y genera una embriagadora corriente de aire: los caballos de viento.
Al d¨ªa siguiente, con un sol radiante que parece disipar las brumas himalayas conjuradas en la noche, en las peque?as carpas de entrenamiento del Z¨ªngaro su director presenta un aspecto magn¨ªfico, algo intimidatorio con las altas polainas. Luce espuelas. Bartabas toma asiento junto a su rutilante caravana verdirroja. Abre con un tenedor una botella de agua y enciende un cigarrillo. "Estuve cuatro d¨ªas en el remoto monasterio de Gyuto, para seleccionar a los monjes que trabajar¨ªan con nosotros", dice. Y explica las dificultades para aplicar los m¨¦todos art¨ªsticos occidentales con ellos y c¨®mo observ¨® manifestaciones de teatro popular tibetano que ha traslado a Loungta. La idea de origen, como siempre en Z¨ªngaro, no era muy precisa, sino instintiva: simplemente, acercarse a la cultura tibetana en pos de una m¨²sica, que proporcionar¨ªa tambi¨¦n un ambiente, una respiraci¨®n, un ritmo, el esp¨ªritu de la obra. En Loungta hay elementos ceremoniales tibetanos, pero no una historia.
Esp¨ªritu universal
Bartabas exhibe un talante muy F¨®rum, y no s¨®lo por la defensa de los tibetanos, que le cuesta a la compa?¨ªa, dice, una carta de protesta del consulado chino en cada ciudad en la que act¨²an. "Nosotros, Z¨ªngaro, tambi¨¦n tenemos una cultura propia, hemos inventado una manera de vivir y de trabajar -un arte de vida si se quiere- hasta el punto de que ante uno de nuestros espect¨¢culos es imposible decir cu¨¢l es nuestra procedencia, de d¨®nde somos". El director considera que buena parte de ese esp¨ªritu universal de la compa?¨ªa y de apertura a otras culturas se debe a los caballos: "Hay algo universal en el trabajo con el caballo. El caballo est¨¢ siempre en el inconsciente colectivo".
Para ¨¦l, el caballo es un instrumento como puede serlo el suyo para un m¨²sico. "Los espect¨¢culos de Z¨ªngaro no son para ver caballos, sino para ver la relaci¨®n del hombre con el caballo. El caballo es un espejo, te da lo que t¨² eres capaz de dar, sumisi¨®n o amor". El artista acepta que Loungta es muy F¨®rum. "Creo que es m¨¢s elocuente que una conferencia sobre diversidad, y lo que hay detr¨¢s, la reivindicaci¨®n de un tipo de vida, el respeto a los animales, y el budismo con su noci¨®n de paz, est¨¢ en la l¨ªnea de la cita".
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