Un largo camino hacia el aula
Emili Andr¨¦s trabaja en un almac¨¦n y posa como modelo fotogr¨¢fico mientras se prepara para dar clases
La carrera de Emili Andr¨¦s hac¨ªa el mundo del trabajo es la de un experimentado corredor de fondo. A ¨¦ste joven de Castell¨® de la Ribera de 25 a?os no le fue nada f¨¢cil hacerse con la licenciatura de Filologia Catalana, y no por falta de aptitudes intelectuales, sino m¨¢s bien por cuestiones, dir¨ªamos, puramente log¨ªsticas. El caso es que a Emili, al igual que pasa con miles de estudiantes de clase trabajadora, la beca apenas le llegaba para medio llenar la nevera y as¨ª las cosas tuvo que arrimar el hombro exactamente como hace ahora a la vez que se prepara tozudamente con el ¨²nico objetivo de acceder a una plaza de docente en alg¨²n instituto valenciano.
A los 16, repart¨ªa pizzas por media Ribera Alta y a?os m¨¢s tarde, incorporado ya a las aulas de la Universitat de Val¨¨ncia, estuvo durante todo un verano de celador en un centro de Godella para enfermos mentales. "Aquella experiencia fue", confiesa, "muy importante, despert¨® en m¨ª un fuerte sentimiento hacia los problemas de las personas, me descubri¨® otra manera de ver la vida... en aquel centro te encontrabas con casos muy graves, con personas que necesitaban mucha ayuda de los dem¨¢s... creo que aprend¨ª bastante de c¨®mo tratar a la gente".
Fue en el instituto de su poblaci¨®n donde se despert¨® su vocaci¨®n por la filolog¨ªa y concretamente por la socioling¨¹¨ªstica, especialidad por la que se siente intelectualmente muy atra¨ªdo. Al contrario que muchos, a Emili las clases de la facultad le supusieron un aliciente. La universidad, sin duda, colm¨® con creces las expectativas que se hab¨ªa hecho. "Era un gran aficionado a la lectura desde muy joven, pero en la universidad", comenta, "tuve la gran ocasi¨®n de conocer, de analizar y profundizar en las obras de Joan Fuster, Merc¨¦ Rodoreda o Papasseit entre otros muchos". Justamente es la Pla?a del Diamant de Rodoreda uno de los libros que m¨¢s le han fascinado hasta ahora. Y mientras se sumerg¨ªa en el mundo de la escritora del barrio de Gr¨¤cia, se ganaba el jornal como camarero en las barras de algunos locales nocturnos de la zona de Juan Llorens de Valencia. Por las ma?anas se manten¨ªa en forma haciendo a pie el camino desde su casa hasta la lejan¨ªsima facultad, una manera de evitar gastar dinero en transporte. Terminada la carrera trabaj¨® durante alg¨²n tiempo como comercial de Endesa y como cogedor de naranja. Se cas¨® sin esperar mejor destino y se emple¨® en un almac¨¦n de compraventa de art¨ªculos multiprecio de su pueblo donde todav¨ªa sigue hoy, dos a?os despu¨¦s de dejar la Universidad. Emili tambi¨¦n es modelo fotogr¨¢fico para moda deportiva. "Me llaman algunas veces para posar", explica sonriente, "me gusta... se gana bastante dinero y es una cosa diferente, un hobby mientras preparo el CAP y las oposiciones!". Al fin y al cabo su principal objetivo sigue siendo trabajar como profesor de valenciano aunque reconoce que le gustar¨ªa que su carrera tuviera m¨¢s salidas profesionales. "Ser¨ªa fant¨¢stico", dice, "que las empresas tuvieran su propio departamento de traducci¨®n y orientaran su publicidad y imagen externa en la lengua del pa¨ªs, o que el mercado editorial en valenciano fuera mayor... ¨¦ste ¨²ltimo sector es uno de los que me tentaban y no creo que haya hoy en d¨ªa una sola editorial que no tenga mi curr¨ªculum", bromea. Y es que, como ¨¦l mismo reconoce, el hecho de haber estudiado para fil¨®logo ha agudizado su sentido cr¨ªtico sobre la situaci¨®n del valenciano. "Ni Canal 9 cumple con sus objetivos de promoci¨®n del valenciano, ni creo tampoco que la Academia Valenciana de la Lengua vaya a superar la resistencia de una parte de la sociedad a fomentarlo", espeta sin acritud.
Mientras posa, dise?a -otra de sus habilidades- y devora libros, sue?a con dar clases. "Creo", explica con ¨¢nimo, "que mi camino es la docencia...".
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