Duelo multitudinario
"Esta ma?ana ¨¦ramos una familia. Ahora me encuentro solo", exclam¨® David Hatuel, de 35 a?os, con la voz entrecortada, antes de recitar el kaddish, la oraci¨®n f¨²nebre. A su alrededor, en el cementerio de Ashkelon, en el sur de Israel, miles de personas, hombres, mujeres y ni?os, muchos con l¨¢grimas en los ojos, vinieron para acompa?ar a Hatuel en el entierro de su esposa embarazada y sus cuatro hijas, asesinadas ayer en Gaza por milicianos palestinos. "Estaba tan feliz de que por fin iba a tener un hijo, pero ahora todo ha desaparecido", prosigui¨® el padre.
La multitud que asisti¨® al entierro no pudo contener su emoci¨®n y mostr¨® su c¨®lera contra los dirigentes israel¨ªes ante los cinco f¨¦retros y contra el plan de Ariel Sharon, que fue rechazado por el Likud s¨®lo unas horas despu¨¦s del entierro.
"Los atentados terroristas no nos doblegar¨¢n", dijo el presidente israel¨ª, Moshe Katzav, quien pidi¨® a los dirigentes mundiales que "no guarden silencio ante estos cr¨ªmenes".
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