Celebraci¨®n de Babel
'Voces' explica con profusi¨®n de medios audiovisuales la diversidad ling¨¹¨ªstica
Suenan voces y m¨²sicas a la entrada. Dif¨ªciles de identificar. Auguran el bombardeo de informaci¨®n que se avecina una vez se ha franqueado el pasillo que da acceso a la enorme sala de m¨¢s de 3.000 metros cuadrados de la exposici¨®n. El t¨ªtulo -Veus / Voices / Voces / Voix- est¨¢ en los cuatro idiomas oficiales del F¨®rum, pero la exposici¨®n celebra la existencia de 5.000 lenguas y plantea la necesidad de preservarlas todas porque, parafraseando a George Steiner, cada lengua es un mundo y el 95% de estos mundos, es decir, de estas lenguas, est¨¢ en peligro de desaparecer en el siglo XXI.
De hecho, en la exposici¨®n se explica que s¨®lo un 2% de las lenguas est¨¢n reconocidas oficialmente y que se da el caso de que, por ejemplo, en Ocean¨ªa hay 40 lenguas que tienen un solo hablante. En cambio, 855 millones de personas hablan chino mandar¨ªn.
Todo es oscuro en la exposici¨®n. Las paredes, techo y suelo son negros, y la luz y el color la ponen las 24 pantallas situadas en forma de medio c¨ªrculo en un ala de la sala, las 20 mesas con informaci¨®n monogr¨¢fica sobre diversos temas y, sobre todo, la gran semiesfera de 30 metros de di¨¢metro y 12 metros de alto que contiene 28 pantallas en las que cada 10 minutos se repite el mismo audiovisual.
Se abarca de un vistazo, pero en cambio la mayor¨ªa de gente se entretiene y la visita se alarga una hora o m¨¢s. Unos se encaminan directamente hacia la esfera, con capacidad para 110 personas, y otros prefieren entretenerse primero en las mesas de luz que, de hecho, son las que aportan la informaci¨®n m¨¢s interesante y amplia. Las pantallas laterales, pese a su espectacularidad, tienen menos ¨¦xito porque apabullan con tanta informaci¨®n: aparecen unos 96 hablantes de diferentes lenguas y gr¨¢ficos informativos sobre la localizaci¨®n y n¨²mero de hablantes de las diferentes lenguas que se van sucediendo a un ritmo mareante.
La multiproyecci¨®n audiovisual que se presenta en las 28 pantallas de la semiesfera es espectacular, con un ritmo y un tono que recuerda a los videoclips publicitarios. Su realizador es Simon Taylor (Inglaterra, 1965), uno de los miembros del colectivo de dise?o brit¨¢nico Tomato. Si las pantallas laterales se centran en las lenguas, el audiovisual principal se centra en la diversidad a trav¨¦s de im¨¢genes coloristas de diferentes lugares, gentes y objetos del mundo que se trufan con mensajes en cuatro idiomas, los oficiales, un tanto cr¨ªpticos de tan generales si se leen atentamente, pero que funcionan en el conjunto. Da la sensaci¨®n de que las im¨¢genes est¨¢n tomadas por su belleza m¨¢s que por la l¨®gica de un gui¨®n. El objetivo es provocar un impacto visual o "un viaje emocional", como lo describe el dise?ador del conjunto, el estadounidense Ralph Appelbaum. El impacto se consigue porque esta instalaci¨®n central prima lo est¨¦tico sobre lo informativo, aunque tambi¨¦n es cierto que el mensaje principal se entiende: hay muchas lenguas y todas merecen preservarse. Su comisario, el periodista y escritor catal¨¢n Vicen? Villatoro, insiste en que el transfondo ideol¨®gico es evidente, por lo que el p¨²blico tiene que salir, adem¨¢s, con la sensaci¨®n de que en sus manos est¨¢ mantener la lengua propia. Al final de la proyecci¨®n, se subvierte la leyenda del mono ciego, sordo y mudo de manera que, por ejemplo, sobre la fotograf¨ªa de una persona que se tapa la boca aparece la palabra "habla". Casi todo en la exposici¨®n -cuya direcci¨®n art¨ªstica ha corrido a cargo de Mona Kim- juega con la acumulaci¨®n de im¨¢genes impactantes y una breve leyenda o explicaci¨®n. Al estilo de Colors o de las modernas revistas de tendencias. Las mesas de luz abordan de manera m¨¢s amplia el tema de la comunicaci¨®n humana no s¨®lo en el aspecto ling¨¹¨ªstico, que tambi¨¦n, sino en sus m¨²ltiples formas no verbales y gr¨¢ficas. Desde los tatuajes, los colores o los ritos religiosos -sorprende encontrar al mismo nivel los ritos budistas o cat¨®licos con las ceremonias de marines estadounidenses o las concentraciones de uf¨®logos- a la se?al¨ªstica de los lavabos o la imagen de las brujas.
Con todo, son las mesas de informaci¨®n pura y dura las que resultan m¨¢s relevantes en relaci¨®n al uso y posibilidades de supervivencia de las lenguas. Se puede conocer, por ejemplo, que el idioma island¨¦s tienen un porcentaje de 5,7 p¨¢ginas web por hablante, por delante del ingl¨¦s (3,7) y del sueco (1,6). El japon¨¦s, el catal¨¢n, el espa?ol, el chino y el ¨¢rabe no llegan a una p¨¢gina web por hablante. En cambio, el island¨¦s (con 250.000 hablantes) no tiene canal de televisi¨®n por sat¨¦lite, mientras que el sueco (9 millones de hablantes) tiene 28 canales.
Es posible escuchar c¨®mo se dice hola, gracias, adi¨®s o perd¨®n en m¨²ltiples idiomas; ver escritos de distintos alfabetos; conocer el origen de palabras comunes que originariamente pertenecen a otros idiomas (por ejemplo, lim¨®n es persa; patata es quechua, y calamar, italiano), o aprender los nuevos c¨®digos de los mensajes SMS de los m¨®viles. Otra mesa permite escuchar m¨²sicas de diferentes partes del mundo y en una se muestran fotograf¨ªas con la informaci¨®n de los "discos de oro" que se enviaron en los a?os setenta al espacio en las naves Voyager para intentar comunicarse con posibles extraterrestres. ?Hay alguien all¨ª fuera?
La m¨¢s cara
Voces arrastra la carga de ser la exposici¨®n con m¨¢s presupuesto de las organizadas con motivo del F¨®rum, y tambi¨¦n una de las m¨¢s caras realizadas nunca en Espa?a. Ha costado 6,4 millones de euros, aunque la organizaci¨®n explica que esta cifra incluye el presupuesto de mantenimiento -costoso, debido a la sofisticaci¨®n tecnol¨®gica de sus elementos-, y tambi¨¦n los honorarios y el coste del primer proyecto, que se encarg¨® al dise?ador Ralph Appelbaum. El dise?o tuvo que cambiar por completo cuando a finales de 2002 se confirm¨® que el Edificio F¨®rum, dise?ado por Herzog & De Meuron, no estar¨ªa listo a tiempo para preparar la instalaci¨®n. Hubo que cambiar todo el proyecto y adaptarlo al edificio del Centro de Convenciones, dise?ado por Jos¨¦ Luis Mateo, con una estructura m¨¢s di¨¢fana y unitaria. La exposici¨®n se plantea como una instalaci¨®n, una experiencia sensorial en la que lo que cuenta es provocar la curiosidad y sensibilizar al p¨²blico sobre la riqueza ling¨¹¨ªstica del mundo y la necesidad del di¨¢logo y la comunicaci¨®n. El cat¨¢logo (24 euros) mantiene la est¨¦tica visual desordenada de la muestra e incluye algunos de los datos de la exposici¨®n, aunque, desgraciadamente, s¨®lo una peque?a parte de los mismos. Esto s¨ª, cuenta con 20 ensayos sobre temas concretos a cargo de especialistas como Jes¨²s Tus¨®n, Colette Grinewald, Peter M¨¹lhlhausler, Manel Castells o Ayo Bamgbose.
Tambi¨¦n se ha previsto una p¨¢gina web paralela (http://voces.barcelona2004.org), que puede visitarse en la misma exposici¨®n, pero que ayer a¨²n no estaba activada en Internet.
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