El informe Taguba sobre las torturas
La investigaci¨®n de un general sobre los malos tratos a los prisioneros iraqu¨ªes revela la existencia de presos fantasma que no fueron registrados en Abu Ghraib; aunque est¨¢ clasificado, su contenido ha sido filtrado a diversos medios
ANTECEDENTES
1. El 19 de enero de 2004, el teniente general (LTG) Ricardo S. S¨¢nchez, comandante de la Fuerza Combinada de Tareas Conjuntas n¨²mero 7 (CJTF-7), solicit¨® que el comandante del Mando Central de Estados Unidos nombrara un Oficial Investigador (IO) con la graduaci¨®n de general de divisi¨®n (DG) o superior para investigar las operaciones de la 800? Brigada de la Polic¨ªa Militar (MP). S¨¢nchez solicit¨® que se investigaran las operaciones de detenci¨®n e internamiento realizadas por la brigada desde el 1 de noviembre de 2003 hasta el momento actual. S¨¢nchez cit¨® informes recientes de malos tratos a los detenidos, fugas de centros de confinamiento y fallos de responsabilidad, que indicaban problemas de sistema dentro de la brigada y suger¨ªan una falta de criterios claros, de eficacia y de liderazgo. S¨¢nchez solicit¨® una investigaci¨®n exhaustiva y global parahacer recomendaciones referentes al rendimiento de la 800? Brigada de la MP.
2. El 24 de enero de 2003, el jefe del Estado Mayor del Mando Central Estadounidense (CENTCOM), GD R. Steven Whitcomb, en nombre del comandante del CENTCOM, orden¨® al jefe del Mando de Componentes de Fuerzas de Tierra de la Coalici¨®n (CFLCC), LTG David D. McKieman, que dirigiera una investigaci¨®n sobre las operaciones de detenci¨®n e internamiento de la 800? Brigada de la PM desde el 1 de noviembre de 2003 hasta la actualidad. El CENTCOM orden¨® que la investigaci¨®n analice todos los hechos y circunstancias que rodean los informes recientes en los que se mantienen sospechas de malos tratos a los detenidos en Irak. 3. El 31 de enero de 2004, el comandante del CFLCC encarg¨® al GD Antonio M. Taguba, Asistente Adjunto del Comandante General de la CFLCC, la direcci¨®n de esta investigaci¨®n. A Taguba se le orden¨®:
a. investigar todos los hechos y circunstancias relacionados con las recientes alegaciones de abusos contra los detenidos, espec¨ªficamente en Abu Ghraib;
b. investigar las fugas de detenidos y los fallos de responsabilidad, en Abu Ghraib;
c. investigar la formaci¨®n, los criterios de funcionamiento, el empleo, las pol¨ªticas de mando, los procedimientos internos y el clima de mando que se dan en la 800? Brigada de la MP;
d. recomendar medidas correctivas, si fuera necesario.
4. La solicitud por parte de S¨¢nchez de que se investigara a la 800? Brigada de la MP fue posterior al inicio de una investigaci¨®n penal por parte de la Comandancia de Investigaci¨®n Penal del Ej¨¦rcito Estadounidense (USACIDC) sobre alegaciones espec¨ªficas de malos tratos a los detenidos, cometidos por miembros de la Compa?¨ªa 372 de la MP, y del Batall¨®n 320 de la MP en Irak. Estas unidades forman parte de la 800? Brigada de la MP. Adem¨¢s, la CJTF-7 dispon¨ªa de varios informes sobre fugas de detenidos de las Instalaciones de Confinamiento de la Coalici¨®n / EE UU en Irak. Estas instalaciones incluyen el Campo Bucca, Campo Ashraf, Abu Ghraib, y el Complejo de Detenidos de Alto Valor (HVD) / Campo Cropper. La 800? Brigada de la MP era la encargada de estas instalaciones. Adem¨¢s, cuatro soldados del Batall¨®n 320 de la MP hab¨ªan sido formalmente acusados de malos tratos a los detenidos en mayo de 2003 en Campo Bucca.
5. El Equipo de Investigaci¨®n tambi¨¦n revis¨® la Evaluaci¨®n de las Operaciones de Interrogatorio y Detenci¨®n Contraterroristas del Departamento de Defensa en Irak realizada por Geoffrey D. Miller, comandante de la Fuerza de Tareas Conjuntas de Guant¨¢namo. Desde el 31 de agosto al 9 de septiembre de 2003, Miller revis¨® la actual capacidad del teatro de operaciones iraqu¨ª para aprovechar r¨¢pidamente a los internos y obtener inteligencia que se pueda convertir en acci¨®n.
6. El Equipo de Investigaci¨®n empez¨® su estudio con un an¨¢lisis en profundidad del Informe sobre Detenci¨®n y Correctivos en Irak, fechado el 5 de noviembre de 2003 y efectuado por el general de divisi¨®n Donald J. Ryder y un equipo de polic¨ªas militares y expertos jur¨ªdicos, m¨¦dicos y en automatizaci¨®n. Desde el 13 de octubre al 6 de noviembre de 2003, Ryder dirigi¨® este equipo de evaluaci¨®n / asistencia en Irak.
EVALUACI?N DE MILLER
1. El equipo de Miller se centr¨® en el interrogatorio estrat¨¦gico a detenidos / internos en Irak. Entre las conclusiones a las que lleg¨® se encontraban que la CJTF-7 no ten¨ªa competencias y procedimientos establecidos que afectaran a una estrategia unificada para detener, interrogar y comunicar informaci¨®n sobre detenidos / internos en Irak.2. Con respecto a los interrogatorios, el equipo de Miller recomend¨® que la CJTF-7 estableciera y formara una fuerza de vigilancia para detenci¨®n que "establezca las condiciones para el interrogatorio y el aprovechamiento con ¨¦xito de los internos / detenidos". El equipo de Miller estableci¨® que la funci¨®n de las Operaciones de Detenci¨®n es proporcionar un entorno seguro y humano que apoye la recopilaci¨®n expeditiva de inteligencia.3. El equipo de Miller concluy¨® tambi¨¦n que las Operaciones Conjuntas de Interrogatorio Estrat¨¦gico se ven obstaculizadas por la falta de control activo de los internos en el entorno de la detenci¨®n.
4. Hay fuertes indicios de que el valor de inteligencia de los detenidos de Guant¨¢namo es diferente del de los detenidos / internos mantenidos en Abu Ghraib y en otras instalaciones de detenci¨®n de Irak. En la actualidad, hay gran n¨²mero de delincuentes iraqu¨ªes detenidos en Abu Ghraib. No se cree que ¨¦stos sean terroristas internacionales o miembros de Al Qaeda, ni de otras organizaciones terroristas internacionales.
5. La recomendaci¨®n hecha por el equipo de Miller de que la "fuerza de vigilancia" participe activamente en el establecimiento de las condiciones para aprovechar con ¨¦xito a los internos parecer¨ªa oponerse a las recomendaciones hechas por el equipo de Ryder, que establece que la polic¨ªa militar "no participe en las sesiones de interrogatorio supervisadas por inteligencia militar".
INFORME DE RYDER
1. Ryder y su equipo de evaluaci¨®n realiz¨® una revisi¨®n exhaustiva de todo el sistema de detenidos y correctivos en Irak y proporcion¨® recomendaciones sobre cada una de las siguientes ¨¢reas:
A. Gesti¨®n de detenidos
1. Varios puntos de reuni¨®n de Divisi¨®n / Brigada y prisiones iraqu¨ªes controladas por Estados Unidos presentaban un uso deficiente o insuficientemente detallado de la fuerza y de otros procedimientos o pol¨ªticas de funcionamiento vigentes.
2. Debido a la falta de instalaciones iraqu¨ªes adecuadas, los delincuentes iraqu¨ªesse encuentran detenidos junto a internos de seguridad y prisioneros de guerra enemigos en las mismas instalaciones, aunque segregados.
3. Las unidades 800 de la MP no recibieron instrucci¨®n espec¨ªfica durante su periodo de movilizaci¨®n.
B. Medios de mando y control del sistema de detenci¨®n.
1. Las unidades de la 800 sufren en general escasez de fuerzas, y las unidades del Componente de Reserva no disponen de un sistema de reemplazo de personal individual para mitigar las bajas m¨¦dicas o la partida de determinados soldados.
2. La proporci¨®n entre detenidos y soldados de la Mest¨¢n basados en una poblaci¨®n d¨®cil y autodisciplinada de prisioneros de guerra enemigos, y no de delincuentes e internos de seguridad de alto riesgo.
3. Los prisioneros de guerra enemigos y civiles internos deber¨ªan recibir plena protecci¨®n de las Convenciones de Ginebra.
4. El Art¨ªculo 190-8 (Prisioneros de Guerra, Personal retenido, internos civiles y otros detenidos enemigos) exige que la polic¨ªa militar establezca un ¨¢rea para los esfuerzos de recopilaci¨®n de inteligencia dentro de las instalaciones de prisioneros de guerra. La Polic¨ªa Militar, experta en la recopilaci¨®n pasiva de inteligencia dentro de una instalaci¨®n, no participa en las sesiones de interrogatorio supervisadas por Inteligencia Militar. La reciente recopilaci¨®n de inteligencia para respaldar la Operaci¨®n Libertad Duradera adopt¨® un m¨¦todo por el cual la polic¨ªa militar establec¨ªa las condiciones favorables para las entrevistas posteriores. Tales acciones proceden contra el funcionamiento adecuado de una instalaci¨®n de detenci¨®n, que intenta mantener a su poblaci¨®n en un estado d¨®cil.
COMENTARIOS AL INFORME DE RYDER
1. El objetivo del Equipo Ryder era observar las operaciones de detenci¨®n y prisi¨®n, identificar asuntos potencialmente sist¨¦micos y de derechos humanos, y proporcionar recomendaciones a corto, medio y largo plazo. Los hallazgos y recomendaciones del Equipo Ryder son concienzudos y precisos y deben ser llevados inmediatamente a la pr¨¢ctica.
2. Desgraciadamente, muchos de los problemas que afloraron durante la evaluaci¨®n de Ryder son los mismos asuntos que componen la materia de esta investigaci¨®n. De hecho, muchos de los malos tratos padecidos por los prisioneros se produjeron durante o pr¨®ximos a las fechas de dicha evaluaci¨®n.
3. La Polic¨ªa Militar, aunque experta en la recolecci¨®n pasiva de inteligencia en el interior de una instalaci¨®n, no debe participar en las sesiones de interrogatorio supervisadas por la Inteligencia Militar. M¨¢s a¨²n, la Polic¨ªa Militar no debe involucrarse en el establecimiento de "condiciones favorables" para entrevistas subsiguientes.
INVESTIGACIONES PRELIMINARES
1. Despu¨¦s de nuestra revisi¨®n del Informe de Ryder y del Informe de Miller, mi equipo de investigaci¨®n comenz¨® inmediatamente una revisi¨®n en profundidad de todos los documentos disponibles relacionados con la 800? Brigada de la MP. Revisamos en detalle la voluminosa investigaci¨®n relacionada con los supuestos malos tratos en los centros de detenci¨®n de Irak, especialmente en Abu Ghraib. Analizamos aproximadamente cincuenta declaraciones de testigos de la Polic¨ªa Militar, el personal de Inteligencia Militar, posibles sospechosos y detenidos. Revisamos numerosas fotos y v¨ªdeos de malos tratos reales de los detenidos tomados por personal del centro de detenci¨®n.(...)
HALLAZGOS Y RECOMENDACIONES (PRIMERA PARTE)
La investigaci¨®n debe indagar todos los hechos y circunstancias que rodean las alegaciones recientes sobre malos tratos de los detenidos, especialmenteen la prisi¨®n de Abu Ghraib.
1. La Comandancia de Investigaci¨®n Penal (CID, siglas en ingl¨¦s) del Ej¨¦rcito de Estados Unidos, dirigida por el coronel Jerry Mocello, y un equipo de agentes profesionales muy cualificados han realizado un excelente trabajo al investigar varios incidentes complejos y muy inquietantes de maltrato de detenidos en Abu Ghraib. Dieron a conocer numerosas fotograf¨ªas y v¨ªdeos que muestran de forma gr¨¢fica y detallada los malos tratos del personal de la Polic¨ªa Militar en numerosas ocasiones desde octubre a diciembre de 2003. Varios sospechosos potenciales ofrecieron confesiones completas y relacionadas con su intervenci¨®n personal y la de otros soldados en dichos malos tratos.
RELACI?N DE HECHOS:
1. Entre octubre y diciembre de 2003, en el Centro de Confinamiento de Abu Ghraib, hubo numerosos incidentes de malos tratos s¨¢dicos, flagrantes e injustificadamente criminales infligidos a diversos detenidos. El maltrato sistem¨¢tico e ilegal de los detenidos fue perpetrado intencionadamente por varios miembros de las fuerzas de guardia de la Polic¨ªa Militar (Compa?¨ªa 372 de la Polic¨ªa Militar, Batall¨®n 320 de la Polic¨ªa Militar, 800? Brigada de la MP) en el Grupo (secci¨®n) 1-A de la prisi¨®n de Abu Ghraib. Las alegaciones de maltrato fueron corroboradas con las detalladas declaraciones de testigos y el hallazgo de evidencia fotogr¨¢fica extremadamente gr¨¢fica. Adem¨¢s de los cr¨ªmenes anteriormente mencionados, hubo tambi¨¦n malos tratos cometidos por miembros del Batall¨®n 325 de la MI, de la 205? Brigada de la MI y del Centro Conjunto de Interrogatorio e Informaci¨®n. Concretamente, el 24 de noviembre de 2003, la SPC Luciana Spencer, de la 205? Brigada de la MI, decidi¨® degradar a un detenido oblig¨¢ndole a desnudarse y volver desnudo a su celda.
2. Hallo que el abuso intencionado de los detenidos a manos del personal de la Polic¨ªa Militar incluy¨® los siguientes actos:
a) pu?etazos, bofetadas y patadas a los detenidos; haci¨¦ndoles saltar sobre los pies descalzos.
b) grabaci¨®n en v¨ªdeo y fotograf¨ªas de reclusos desnudos, varones y hembras.
c) obligar por la fuerza a varios detenidos a adoptar posturas sexualmente expl¨ªcitas para fotografiarles.
d) obligar a los detenidos a despojarse de sus ropas, manteni¨¦ndolos desnudos durante varios d¨ªas seguidos.
e) obligar a prisioneros varones desnudos a vestir ropa interior de mujer.
f) obligar a grupos de prisioneros varones a masturbarse mientras les sacaban fotos y les grababan en v¨ªdeo.
g) colocar a prisioneros varones desnudos en un mont¨®n y saltar sobre ellos.
h) situar a un prisionero desnudo en una caja MRE, con un saco de arena en la cabeza y sujetando cables en sus dedos de las manos y los pies y el pene para simular una tortura el¨¦ctrica.
i) escribir "Soy un Biolador" (sic) en la pierna de un prisionero del que se afirmaba que hab¨ªa violado a otro prisionero de 15 a?os y despu¨¦s retratarlo desnudo.
j) colocar una cadena o correa de perro alrededor del cuello de un detenido y hacer que una soldado posase para la fotograf¨ªa.
k) un guardia de la Polic¨ªa Militar teniendo relaciones sexuales con una prisionera.
l) utilizar perros de trabajo del Ej¨¦rcito (sin bozal) para intimidar y aterrorizar a los prisioneros y, por lo menos en una ocasi¨®n, morder y herir gravemente a un detenido.
m) tomar fotograf¨ªas de detenidos iraqu¨ªes muertos.
3. Dichos hallazgos est¨¢n ampliamente refrendados por las confesiones escritas suministradas por varios sospechosos, declaraciones por escrito de prisioneros y declaraciones de testigos. Para llegar a mis hallazgos he considerado cuidadosamente las declaraciones pre-existentes de los siguientes testigos y sospechosos:
SPC Jeremy Sivits, Compa?¨ªa 372 MP - sospechoso; SPC Sabrina Harman, Compa?¨ªa 372 MP - sospechoso; SGT Javal S. Davis, Compa?¨ªa 372 MP - sospechoso; PFC Lynndie R. England, Compa?¨ªa 372 MP - sospechoso; Adel Nakhla, traductor civil, Titan Corp. asignado a la Brigada 205 MI - sospechoso; SPC Joseph M. Darby, Compa?¨ªa 372 MP; SGT Neil A. Wallin, Batall¨®n M¨¦dico de Apoyo ?rea 109; SGT Samuel Jefferson Provance, Batall¨®n 302 MI; Torin S. Nelson, contratado, Titan Corp. asignado a la Brigada 205 MI; CPL Matthew Scott Bolanger, Compa?¨ªa 372 MP; SPC Matthew C. Wisdom, Compa?¨ªa 372 MP; SSG Reuben R. Layton, enfermero, Destacamento M¨¦dico 109; SPC John V. Polak, Compa?¨ªa 229 MP.
4. Adem¨¢s, varios detenidos describieron tambi¨¦n los siguientes actos de abuso que, dadas las circunstancias, considero cre¨ªbles:
a) romper bombillas qu¨ªmicas y derramar el l¨ªquido fosf¨®rico sobre los prisioneros.
b) amenazar a los detenidos con una pistola de 9 mil¨ªmetros cargada.
c) derramar agua fr¨ªa sobre los detenidos desnudos.
d) pegar a los detenidos con un mango de escoba y una silla.
e) amenazar a los detenidos varones con la violaci¨®n.
f) permitir que un guardia de la Polic¨ªa Militar cosiera la herida de un prisionero tras haber sido estrellado contra la pared de su celda.
g) sodomizar a un prisionero con una bombilla y quiz¨¢ con el palo de una escoba.
h) emplear perros militares para asustar e intimidar a los detenidos con amenazas de ataque, que, en un caso, acabaron con una mordedura real.
5. He considerado cuidadosamente las declaraciones proporcionadas por los siguientes detenidos, que dadas las circunstancias encuentro cre¨ªbles por la claridad de las afirmaciones y las pruebas adjuntas ofrecidas por otros testigos: Amjed Isail Waleed, Hiadar Saber Abed Miktub-Aboodi, Huessin Mohssein Al-Zayiadi, Kasim Mehaddi Hilas, Mohanded Juma Juma (sic), Mustafa Jassim Mustafa, Shalan Said Alsharoni, Abd Alwhab Youss, Asad Hamza Hanfosh, Nori Samir Gunbar Al-Yasseri, Thaar Salman Dawod, Ameen Sa'eed Al-Sheikh, Abdou Hussain Saad Faleh.
6. Contrariamente a la cl¨¢usula de AR 190-8 y las pruebas halladas en el Informe de Ryder, los interrogadores de la MI y de OGA solicitaron activamente a los guardias de la MP que establecieran condiciones mentales y f¨ªsicas para interrogar favorablemente a los testigos. Contrariamente a las pruebas del Informe de Ryder, encuentro que el personal asignado a la Compa?¨ªa 372 de la MP, 800? Brigada de la MP, recibieron ¨®rdenes de cambiar los procedimientos de las instalaciones para "establecer las condiciones" de los interrogatorios de la MI. No he encontrado ninguna prueba directa de que el personal de la MP participara en esos interrogatorios de la MI.
7. Llego a esta conclusi¨®n bas¨¢ndome en el hecho probado del maltrato que se infligi¨® a los detenidos y en las siguientes declaraciones de testigos:
a) Sabrina Harman, Compa?¨ªa 372 de la MP, afirm¨® en su declaraci¨®n jurada con referencia al incidente en el que un detenido fue introducido en una caja con cables puestos en los dedos de las manos, de los pies y en el pene, que su trabajo era "mantener despiertos a los detenidos". Afirm¨® que la MI estaba hablando con el CPL Grainer. Declar¨®: "La MI quer¨ªa que hablaran. El trabajo de Grainer y Frederick era hacer el trabajo de la MI y las OGA para conseguir que la gente hablara".
b) Javal S. Davis, Compa?¨ªa 372 de la MP, afirm¨® lo siguiente en su declaraci¨®n jurada: "Yo vi prisioneros en la secci¨®n bajo control de la MI, el ala 1A, a los que obligaban a hacer cosas que a m¨ª me parec¨ªan moralmente cuestionables. En el ala 1A nos dijeron que ten¨ªan reglas distintas y SOP diferentes para el tratamiento de los prisioneros. Yo nunca vi las reglas o los SOP de esa secci¨®n, s¨®lo lo supe de palabra. El soldado al cargo de la 1A era Grainer. ?l afirm¨® que los agentes y los soldados de la MI le ped¨ªan que hiciera algunas cosas, pero nunca por escrito para que no pudiera quejarse". Cuando se le pregunt¨® que por qu¨¦ no inform¨® a sus superiores de los malos tratos, el SGT Davis declar¨®: "Porque supuse que si estaban haciendo cosas fuera de lo normal o al margen de las normas, alguien dir¨ªa algo. Adem¨¢s, esa secci¨®n era de la MI y parec¨ªa que el personal de la MI estaba a favor del abuso". El SGT Davis tambi¨¦n afirm¨® que escuch¨® a la MI sugiriendo a los guardias que abusaran de los prisioneros. Cuando se le pregunt¨® qu¨¦ tipo de cosas dec¨ªa la MI, declar¨®: "Afl¨®janos a ¨¦ste, aseg¨²rate de que pasa mala noche, aseg¨²rate de que obtenga el tratamiento". Por ¨²ltimo, el SGT Davis declar¨® que: "A mi entender, el personal de la MI felicit¨® a Granier por su forma de llevar la secci¨®n de la MI. Por ejemplo, con frases como 'Muy bien, est¨¢n vini¨¦ndose abajo enseguida. Responden a todas las preguntas. Est¨¢n dando buena informaci¨®n, por fin".
c) Jason Kennel, Compa?¨ªa 372 de la MP, fue preguntado si estaba presente cuando se realizaron abusos a los detenidos. Declar¨®: "Les vi desnudos, pero la MI nos dec¨ªa que les quit¨¢ramos los colchones, las s¨¢banas y la ropa". M¨¢s tarde fue informado de que "no pod¨ªamos hacer nada que avergonzara a los prisioneros".
d) Adel L. Nakhla, un traductor externo civil estadounidense, fue interrogado sobre varios detenidos acusados de violaci¨®n. Coment¨® que: "Los detenidos estaban todos desnudos y hab¨ªa un grupo de gente de la MI, la MP estaba all¨ª aquella noche, y los prisioneros recibieron ¨®rdenes del SGT Granier y el SGT Frederick de admitir lo que les estaban preguntando en los interrogatorios. Les obligaban a hacer ejercicios extra?os como ponerse bocabajo, saltar, les tiraban agua y les hac¨ªan mearse encima, les llamaban todo tipo de cosas, como 'maricas', o les dec¨ªan que si les gustaba hacer el amor con hombres, y luego les esposaban y les ataban los pies con grilletes y les apilaban unos encima de otros asegur¨¢ndose de que el pene del de abajo tocara el culo del de arriba".
e) Neil A. Wallin, Batall¨®n M¨¦dico de Apoyo de ?rea 109, m¨¦dico, testific¨®: "La celda 1A se empleaba para alojar detenidos de alta prioridad y la 1B para los detenidos de alto riesgo o problem¨¢ticos. Durante mi visita a la prisi¨®n observ¨¦ que algunos detenidos reci¨¦n llegados a la prisi¨®n eran obligados a llevar ropa interior femenina, lo cual era un m¨¦todo para conseguir que se vinieran abajo".
8. Antes de su llegada a Irak, el Batall¨®n 320 de la MP, y la Compa?¨ªa 372 de la MP, no recibi¨® formaci¨®n de operaciones de detenidos e internos. Tambi¨¦n lleg¨® a la conclusi¨®n de que se proporcionaron muy pocas instrucciones o formaci¨®n al personal de la MP sobre la normativa a aplicar de la Convenci¨®n de Ginebra sobre el Tratamiento de Prisioneros de Guerra. Por otro lado, encuentro que no se proporcionaron suficientes copias, si es que se proporcion¨® alguna, de la Convenci¨®n de Ginebra al personal de la MP o a los detenidos.
9. Otro ejemplo obvio de que el mando de la brigada no se comunicaba con sus soldados ni garantizaba su eficiencia t¨¢ctica hace referencia al incidente de malos tratos a detenidos ocurrido en el Campo Bucca, el 12 de mayo de 2003. Soldados de la Compa?¨ªa 223 de la MP informaron al mando de la 800? Brigada de la MP de que cuatro soldados de la polic¨ªa militar del Batall¨®n 320 de la MP hab¨ªan abusado de una serie de detenidos durante el ingreso en el Campo Bucca. Una investigaci¨®n intensiva por parte del CID determin¨® que cuatro soldados del Batall¨®n 320 de la MP hab¨ªa pegado patadas y pu?etazos a estos detenidos tras una misi¨®n de traslado desde la base a¨¦rea de Talil.
10. Se acus¨® formalmente a estos soldados y se llev¨® a cabo una investigaci¨®n Art¨ªculo 32 por parte del teniente general Gentry, que recomend¨® llevar a cabo un consejo de guerra general para los cuatro acusados, propuesta que apoy¨® la general Karpinski. A pesar de estos abusos documentados, no hay pruebas de que Karpinski intentara recordar a los soldados de la 800? Brigada los requisitos dictados por la Convenci¨®n de Ginebra con relaci¨®n al tratamiento de detenidos, ni tom¨® ninguna medida para que esos malos tratos no se repitieran. Tampoco hay pruebas de que Phillabaum, comandante de los soldados involucrados en el incidente de abusos en el Campo Bucca, tomara alguna iniciativa para asegurarse que los soldados recib¨ªan la formaci¨®n adecuada con respecto al tratamiento de detenidos.
RECOMENDACIONES SOBRE LA PRIMERA INVESTIGACI?N
1. Implementar en Irak un Equipo de Formaci¨®n M¨®vil (MTT) multidisciplinar constituido por varios expertos en distintas materias de operaciones de internamiento / asentamiento, derecho internacional y operativo, tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, gesti¨®n de instalaciones, t¨¦cnicas de interrogatorio y obtenci¨®n de datos, sacerdotes, concienciaci¨®n de cultura ¨¢rabe, y pr¨¢cticas m¨¦dicas como corresponde a las actividades de I/R. Este equipo tendr¨¢ que supervisar y llevar a cabo formaci¨®n exhaustiva en todos los aspectos referentes a las operaciones de detenci¨®n y confinamiento.
2. Que toda la polic¨ªa militar y el personal de la inteligencia militar involucrado en alg¨²n aspecto de las operaciones con detenidos u operaciones de interrogatorio en CJTF-7, y unidades subordinadas, obtengan formaci¨®n por parte de un experto en derecho internacional/operacional.
3. Que un ¨²nico comandante de CJTF-7 sea responsable de todas las operaciones con detenidos en todo Irak.
4. Que los comandantes de los recintos de detenci¨®n y los comandantes de recintos de interrogatorio se aseguren de que haya copias de la Convenci¨®n de Ginebra Relativa y anuncios sobre las protecciones disponibles tanto en ingl¨¦s como en los idiomas de los detenidos, colocadas en lugares visibles en todos los recintos de detenci¨®n.
5. Que todos los comandantes de recintos de detenci¨®n y los comandantes de recintos de interrogatorio publiquen un conjunto de Procedimientos Operativos Est¨¢ndar (SOP) en cuanto al tratamiento de detenidos, y que se requiera que todo el personal lea los SOP y firme un documento que indique que han entendido los SOP.
6. Que se lleve a cabo una investigaci¨®n para determinar el alcance de la culpabilidad del personal de Inteligencia Militar, asignado a la Brigada 205 de la MI y el Centro Conjunto de Interrogaci¨®n e Informaci¨®n (JIDC) en cuanto a los abusos en Abu Graib.
7. Que es vital que al selector de personal para las operaciones con detenidos se le asigne un Juez Abogado a tiempo completo, con conocimiento de derecho internacional y operativo, para ayudar y aconsejar sobre temas de operaciones con detenidos.
HALLAZGOS Y RECOMENDACIONES (SEGUNDA PARTE)
1. Las operaciones con detenidos inclu¨ªan el reconocimiento de responsabilidades, el cuidado y el bienestar de los prisioneros de guerra enemigos, de las personas retenidas, los detenidos civiles y otros detenidos, as¨ª como los prisioneros delincuentes iraqu¨ªes.
2. Hay una ausencia generalizada de conocimiento, implementaci¨®n y ¨¦nfasis de los requisitos b¨¢sicos legales, regulativos, doctrinales y de mando en la 800? Brigada.
3. El Campo Bucca ten¨ªa un "SOP para el ingreso de detenidos" y unas "Directrices de formaci¨®n" para el traslado y la liberaci¨®n de detenidos, que parecen haber sido respetados.
4. Hubo un grave fallo de recuento de detenidos en la Prisi¨®n de Abu Ghraib. El Batall¨®n 320 de la MP empleaba una "hoja de cambios" de creaci¨®n propia para documentar el traslado de un detenido de un lugar a otro. Para llevar un recuento correcto, es imperativo que estas hojas de cambio se procesen y que la lista de detenidos se actualice en las 24 horas posteriores al traslado. En Abu Ghraib, este proceso sol¨ªa tardar hasta cuatro d¨ªas. Este retraso resultaba en un recuento impreciso de los N¨²meros de Serie de Internamiento (ISN), grandes diferencias entre la lista de detenidos y los ocupantes reales de un recinto individual, y una confusi¨®n considerable entre los soldados de la MP. El Batall¨®n 320 de la MP S-1, la CPT Theresa Delbalso, y el S-3, MAJ David DiNenna, explicaron que esta desorganizaci¨®n se deb¨ªa a la falta de mano de obra para procesar las hojas de cambio.
5. El Batall¨®n 320 TACSOP requiere un recuento de detenidos al menos cuatro veces al d¨ªa en Abu Ghraib. Sin embargo, un registro detallado de los diarios operativos revel¨® que estos recuentos a menudo no se hac¨ªan o no eran documentados por la unidad. Adem¨¢s, no hay indicios de que los errores en recuentos o la p¨¦rdida de un detenido en el proceso de recuento disparaba una inmediata acci¨®n correctiva por parte del TOC del Batall¨®n.
6. Existe una falta de regularizaci¨®n en la forma en la que el Batall¨®n 320 llevaba a cabo los recuentos f¨ªsicos. Cada recinto dentro de un campamento concreto realizaba los recuentos de forma distinta. Algunos obligaban a los prisioneros a formar en filas de diez personas, otros les hac¨ªan sentarse por grupos y algunos llevaban a todos los detenidos a un extremo del recinto y los contaban mientras regresaban al otro lado.
7. FM 3-19.40 subraya la necesidad de pasar lista dos veces al d¨ªa (repasando el total de los ISNs). El Batall¨®n 320 de la MP s¨®lo realizaba esta comprobaci¨®n dos veces a la semana. Dada la escasez de actualizaciones del sistema, estas comprobaciones sol¨ªan ser imprecisas.
8. La 800? Brigada de la MP y las unidades subordinadas adoptaron t¨¦rminos no oficiales como "controles de banda", "enrolamientos" y "llamadas", que contribu¨ªan a los errores en el recuento y a la confusi¨®n entre los soldados.
9. Los diarios operativos de los diferentes recintos y el TOC del Batall¨®n 320 conten¨ªa numerosas entradas no profesionales y comentarios irrespetuosos, que reflejaban la falta de disciplina de la unidad. No hay indicios de que los diarios fueran revisados en alg¨²n momento por alguno de sus superiores.
10. Los SOP de recuento no se desarrollaban al completo y los TACSOPs en vigor eran totalmente ignorados. Los SOP existentes no se ense?aban y no se distribu¨ªan al nivel inferior. Casi todos los procedimientos estaban archivados en el TOC de la unidad, en lugar de estar en los puestos de las unidades subordinadas y los guardias.
11. La Doctrina B¨¢sica del Ej¨¦rcito no era mencionada a menudo ni se empleaba para llevar a cabo las pr¨¢cticas de recuento entre las unidades subordinadas de la 800? Brigada de la MP. El procesamiento, el recuento y el cuidado de los detenidos, procesos realizados a diario, parecen haber sido realizados a medida que se llevaban a cabo las operaciones, apoy¨¢ndose en las directrices ofrecidas por los miembros m¨¢s j¨®venes de la unidad que ten¨ªan experiencia en correccionales civiles.
12. Los soldados ten¨ªan una preparaci¨®n pobre y no hab¨ªan sido formados para conducir operaciones de I/R antes de la implementaci¨®n, en el lugar de movilizaci¨®n, a su llegada al escenario y durante su misi¨®n.
13. La documentaci¨®n proporcionada en esta investigaci¨®n identific¨® 27 huidas o intentos de huida de las instalaciones entre AOR de la 800? Brigada de la MP. Bas¨¢ndome en mi evaluaci¨®n y detallado an¨¢lisis del proceso de recuento subest¨¢ndar mantenido por la 800? Brigada de la MP, es bastante probable que hubiera m¨¢s casos de huida que fueron borrados como errores administrativos o directamente no fueron documentados. El ILT Lewis Raeder, l¨ªder de pelot¨®n, de la Compa?¨ªa 372 de la MP, inform¨® de que ¨¦l conoc¨ªa al menos dos huidas adicionales (una de un campo de trabajo y otra por una ventana) de Abu Graib que no fueron documentadas. El LTC Dennis McGlone, comandante, del Batall¨®n 744 de la MP, describi¨® la huida de un detenido en el Pabell¨®n de Reclusos de Alto Valor, que se fue a la letrina y sali¨® corriendo, escapando de los guardias. Por ¨²ltimo, Janis Karpinski, comandante, de la 800? Brigada, afirm¨® que hubo m¨¢s de 32 huidas de sus instalaciones, lo que no concuerda con el n¨²mero proporcionado por los materiales de la investigaci¨®n.
14. Los recintos carcelarios de Abu Ghraib y el Campo Bucca est¨¢n muy por encima de su capacidad m¨¢xima, mientras que el personal de guardia es escaso y carece de recursos. Este desequilibrio ha contribuido a unas condiciones de vida pobres, a huidas, y a errores de recuento en las distintas instalaciones. El hecho de que los recintos est¨¦n demasiado poblados tambi¨¦n limita la capacidad de identificar y segregar a los l¨ªderes entre los detenidos que podr¨ªan organizar huidas y motines.
El filtrado, procesamiento y liberaci¨®n de los detenidos que no deber¨ªan estar bajo custodia lleva demasiado tiempo y contribuye a que el n¨²mero de presos sea excesivo y que el ambiente est¨¦ revuelto. Actualmente hay tres mecanismos distintos de liberaci¨®n en todo el escenario de operaciones de internamiento. En primer lugar, la unidad de arresto puede liberar a un detenido si se decide que su detenci¨®n no est¨¢ justificada. En segundo lugar, un detenido puede ser liberado si se llega a la conclusi¨®n de que carece de informaci¨®n pertinente, y que su liberaci¨®n no ir¨¢ en detrimento de la sociedad. Karpinski ten¨ªa autoridad para firmar la libertad de los detenidos. Y por ¨²ltimo, los detenidos acusados de cometer "Cr¨ªmenes contra la coalici¨®n" retenidos en los diferentes recintos, pueden ser liberados si se determina que no poseen informaci¨®n valiosa y que ya no son una amenaza para las Fuerzas de Coalici¨®n. El proceso de liberaci¨®n para esta categor¨ªa de prisioneros consiste en una selecci¨®n de la C¨¦lula de Magistrados del Ej¨¦rcito Estadounidense local y una revisi¨®n de una Junta para la Liberaci¨®n de Detenidos formada por Karpinski, el coronel Marc Warren, y la general Barbara Fast, C-2, CJTF-7. Fast es la "Autoridad para la Liberaci¨®n de Detenidos" para aquellos prisioneros retenidos por haber cometido delitos contra la coalici¨®n. Seg¨²n Karpinski, esta categor¨ªa de prisioneros supone m¨¢s del 60% del total de la poblaci¨®n carcelaria, y es la categor¨ªa de m¨¢s r¨¢pido crecimiento. Sin embargo, Fast, seg¨²n Karpinski, denegaba de forma rutinaria las recomendaciones de la junta para liberar a prisioneros de esta categor¨ªa que ya no eran considerados una amenaza y claramente cumpl¨ªan los requisitos para la puesta en libertad. Seg¨²n Karpinski, el extraordinariamente lento e ineficaz proceso de liberaci¨®n ha contribuido de forma significativa a la superpoblaci¨®n de los centros.
15. No se llevaron a cabo de forma rutinaria Revisiones Posteriores a la Acci¨®n (AAR) tras una fuga. No parece que se haya difundido a los subordinados ning¨²n informe de lecciones aprendidas que permitiera la acci¨®n correctiva en el nivel m¨¢s bajo.
16. Las Lecciones Aprendidas recibieron un sello de aprobaci¨®n y Karpinski orden¨® que se pusieran en pr¨¢ctica. Si los hallazgos y recomendaciones contenidos en sus propias investigaciones hubieran sido analizados y puestos en pr¨¢ctica por Karspinski, podr¨ªan haberse evitado muchas de las posteriores fugas, fallos de responsabilidad y casos de malos tratos.
17. La iluminaci¨®n del per¨ªmetro que rodea a Abu Ghraib y las instalaciones de detenci¨®n de Campo Bucca es inadecuada y tiene que mejorarse para iluminar las zonas oscuras que se han convertido en v¨ªas habituales de escape.
18. Ni las normas del campamento ni las disposiciones de la Convenci¨®n de Ginebra est¨¢n expuestas en ingl¨¦s ni en el idioma de los detenidos en ninguna de las instalaciones de detenci¨®n de la 800? Brigada, a pesar de que en diversas investigaciones se hab¨ªa anotado la falta de este requisito.
19. Los guardias iraqu¨ªes de Abu Ghraib exhiben una ¨¦tica de trabajo y unas lealtades cuestionables, y suponen un contingente peligroso en potencia dentro del Emplazamiento Duro. Estos guardias han entregado contrabando, armas e informaci¨®n a los delincuentes iraqu¨ªes internados. Asimismo, han facilitado la huida al menos de un detenido.
20. En general, el personal contractual civil estadounidense (Titan Corporation, CACI, etc.), los nacionales de terceros pa¨ªses y los contratistas locales no parecen estar adecuadamente supervisados dentro de las instalaciones de detenci¨®n de Abu Ghraib. Durante nuestra inspecci¨®n in situ, vagaban por el centro y gozaban de demasiado acceso libre sin supervisi¨®n en la zona de los detenidos.
21. SGM Marc Emerson, SGM Operaciones, Batall¨®n 320 de la MP, aleg¨® que se hab¨ªan comunicado las Normas de Detenci¨®n (DROE) y los principios generales de la Convenci¨®n de Ginebra en cada guardia en Abu Ghraib. Sin embargo, ninguno de nuestros testigos, ni tampoco nuestras observaciones personales, respaldan su alegaci¨®n. Creo que Emerson no es un testigo cre¨ªble.
22. Varios entrevistados insistieron en que los Soldados de la MP y MI de Abu Ghraib recib¨ªan formaci¨®n regular sobre los principios b¨¢sicos de las operaciones con detenidos; sin embargo, han sido incapaces de entregar ninguna documentaci¨®n justificativa.
23. Las distintas instalaciones de detenci¨®n gestionadas por la 800? Brigada han tenido internadas de forma habitual personas que les han sido entregadas por Otras Agencias del Gobierno (OGA) sin responsabilizarse por ellas, conocer su identidad, ni el motivo de su detenci¨®n. El Centro Conjunto de Interrogatorio e Informaci¨®n (JIDC) de Abu Ghraib denominaba a estos detenidos "detenidos fantasmas". Al menos en una ocasi¨®n, El Batall¨®n 320 de la MP de Abu Ghraib tuvo internos a un pu?ado de "detenidos fantasmas" (6 - 8) por OGA, que trasladaban de un lado a otro dentro de las instalaciones de detenci¨®n para ocultarlos al equipo de investigaci¨®n del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (ICRC) que estaba de visita.
HALLAZGOS Y RECOMENDACIONES (TERCERA PARTE)
Investigar la formaci¨®n, los criterios, el empleo, las pol¨ªticas de mando, los procedimientos internos y el clima jer¨¢rquico en la 800? brigada, seg¨²n corresponda:
De conformidad con la Tercera Parte de la Investigaci¨®n, varios miembros escogidos del equipo de investigaci¨®n (fundamentalmente, el coronel La Fate y yo) entrevistamos a testigos entre ellos a la General de brigada Janis Karpinski, jefe de la 800? brigada y al Coronel Thomas Pappas, jefe de la 205? brigada IM.
CONCLUSIONES ESPEC?FICAS DE LA TERCERA PARTE
1. Antes de que Karpinski asumiera el mando, los miembros de la 800? brigada cre¨ªan que se les permitir¨ªa volver a casa cuando quedaran en libertad todos los presos del centro de detenci¨®n de Campo Bucca, tras el cese de las grandes operaciones terrestres el 12 de mayo de 2003. En un momento dado lleg¨® a haber en Camp Bucca entre 7.000 y 8.000 detenidos. Varios miles quedaron en libertad mediante tribunales formados en virtud del art¨ªculo 5 y un proceso de selecci¨®n. Muchos miembros del mando cre¨ªan que, con la liberaci¨®n de los presos, iban a volver a casa. A finales de mayo y principios de junio de 2003, la 800? brigada recibi¨® una nueva misi¨®n, la de administrar el sistema penal. Esta misi¨®n significaba que los soldados no ban a volver a territorio estadounidense como se preve¨ªa. La moral se resinti¨® y, durante los meses sucesivos, no pareci¨® que el mando hiciera nada por remediar este problema.
2. Existen abundantes pruebas, en las declaraciones de numerosos testigos, de que los soldados de la 800? brigada no estaban capacitados para desarrollar las funciones especializadas b¨¢sicas, especialmente las tareas de internamiento y realojamiento. Adem¨¢s, no existen pruebas de que el mando, pese a ser consciente de estos fallos, intentara corregirlos, sino s¨®lo mediante la formaci¨®n ocasional por parte de individuos con experiencia de c¨¢rceles civiles.
3. Mi conclusi¨®n es que la 800? brigada no estaba suficientemente preparada para una misi¨®n que inclu¨ªa administrar una prisi¨®n o un establecimiento penal en el complejo de Abu Ghraib. Estoy de acuerdo con la investigaci¨®n Ryder en que las unidades de la 800? brigada no recibieron una formaci¨®n espec¨ªfica para hacerse cargo de una prisi¨®n durante su periodo de movilizaci¨®n. Las unidades de PM no asumieron misiones espec¨ªficas durante su formaci¨®n, ni antes ni despu¨¦s de la movilizaci¨®n, por lo que no estaban preparadas para misiones concretas.
4. Concluyo asimismo, como el equipo del general de divisi¨®n Ryder, que la 800? brigada no era suficiente para llevar a cabo la tarea encomendada. La doctrina militar estipula que para organizar una brigada de internamiento y realojamiento son necesarios entre siete y 21 batallones, y que el tama?o medio del batall¨®n deber¨ªa ser el suficiente para hacerse cargo de unos 4.000 presos al mismo tiempo. Esta investigaci¨®n indica que Karpinski y su equipo no distribuyeron de forma adecuada los recursos en el territorio de Irak. Abu Ghraib ten¨ªa siempre entre 6.000 y 7.000 detenidos, pero estaba vigilado por un solo batall¨®n, mientras que el Centro de detenci¨®n de alto riesgo no tiene m¨¢s que unos 100 presos y est¨¢ administrado tambi¨¦n por un batall¨®n.
5. Las unidades de la reserva no tienen un sistema de sustituci¨®n individual que permita aliviar las bajas por motivos m¨¦dicos o de otro tipo. Con el tiempo, es evidente que la 800? brigada padeci¨® escasez de personal.
6. Con respecto a la misi¨®n de la 800? brigada en Abu Grhaib, concluyo que hab¨ªa fricciones y una falta de comunicaci¨®n entre el jefe de la 205? brigada IM, que controlaba la base de operaciones de Abu Ghraib desde el 19 de noviembre de 2003, y el jefe de la 800? brigada, que controlaba el campo de detenci¨®n. La coordinaci¨®n se produc¨ªa en los niveles inferiores, sin que hubiera mucha supervisi¨®n por parte de los mandos.
13. Con respecto al 320? batall¨®n PM, concluyo que el jefe del batall¨®n, el teniente coronel Jerry Phillabaum, fue un comandante muy ineficaz. Numerosos testigos confirman que el jefe de operaciones del batall¨®n, comandante David W. DiNenna, era el verdadero encargado del funcionamiento diario. En un momento dado, Karpinski envi¨® al teniente coronel Phillabaum a Campo Arifjan, Kuwait, para una estancia aproximada de dos semanas, aparentemente para liberarle en parte de las presiones que sufr¨ªa como jefe del 320? batall¨®n. Este traslado a Camp Arifjan fue inmediatamente posterior a un informe presentado por el teniente coronel Phillabaum al teniente general S¨¢nchez, a finales de octubre de 2003. Karpinski situ¨® al teniente coronel Ronald Chew, jefe del 115? batall¨®n PM, al frente del 320? batall¨®n PM durante un periodo de unas dos semanas. El teniente coronel Chew estaba adem¨¢s al mando del 115? batall¨®m PM, destinado en Campo Cropper, BIAP, Irak. No he podido encontrar ¨®rdenes que suspendieran ni relevaran del mando al teniente coronel Phillabaum, ni que situaran al teniente coronel Chew al mando del 320?. Tampoco hay indicios de que se comunicara esta sustituci¨®n al jefe del CJTF-7, el jefe del 337? TSC ni los soldados del 320? batall¨®n PM. La sustituci¨®n temporal de un comandante por otro sin una orden y sin notificarlo a los superiores ni a los subordinados es algo sin precedentes en mi carrera militar. El teniente coronel Phillabaum recibi¨® varias reprimendas por diversos fallos de seguridad que permitieron varias fugas. El 320? batall¨®n PM estaba estigmatizado como unidad a causa de un caso anterior de malos tratos a un detenido, ocurrido en mayo de 2003 en Campo Bucca, bajo el mando del teniente coronel Phillabaum. A pesar de sus claras deficiencias como jefe y l¨ªder, Karpinski permiti¨® que el teniente coronel Phillabaum permaneciera al mando de su batall¨®n m¨¢s problem¨¢tico, que vigilaba al mayor n¨²mero de detenidos, con diferencia, de toda la 800? brigada. Phillabaum fue suspendido de sus obligaciones el 17 de enero de 2004.
14. En el transcurso de esta investigaci¨®n, llev¨¦ a cabo una larga entrevista con Karpinski que dur¨® m¨¢s de cuatro horas. Karpinski se mostr¨® muy emocional durante gran parte de su testimonio. Lo que me inquiet¨® especialmente fue su absoluto rechazo a entender o aceptar que muchos de los problemas inherentes a la 800? brigada estaban causados o agudizados por defectos del mando y su negativa a establecer y aplicar unos criterios y principios b¨¢sicos entre sus soldados.
15. Karpinski aleg¨® que no hab¨ªa recibido ninguna ayuda del Mando de asuntos civiles; en concreto, ninguna ayuda del general John Kern ni el coronel Tim Regan. Responsabiliz¨® de gran parte de los malos tratos ocurridos en Abu Ghraib al personal de IM, y afirm¨® que el personal de IM hab¨ªa dado a los PM "ideas" que desembocaron en malos tratos. Adem¨¢s, culp¨® de dichos abusos al sargento de secci¨®n Snider, de la 372? compa?¨ªa, el jefe de la compa?¨ªa, capit¨¢n Reese, y el primer sargento Lipinski. Afirm¨® que los problemas en Abu Ghraib eran culpa del coronel Pappas y el teniente coronel Jordan.
16. Asimismo, Karpinski implic¨® durante su testimonio que los malos tratos criminales ocurridos en Abu Ghraib quiz¨¢ se debieron a la disposici¨®n final de los casos de malos tratos a detenidos ocurridos en Campo Bucca en mayo de 2003. Asegur¨® que "m¨¢s o menos al mismo tiempo que ocurr¨ªan dichos incidentes en el centro de Bagdad, se decidi¨® negociar con los culpables de Bucca. Es decir, lo que transmiti¨® el sistema a los soldados era que lo peor que les pod¨ªa ocurrir era que les enviasen de vuelta a casa". Me parece importante destacar que casi todos los testigos declararon que los casos graves de malos tratos en Abu Ghraib se produjeron a finales de octubre y principios de noviembre de 2003. Las fotograf¨ªas y declaraciones lo confirman. Los casos de Bucca no deb¨ªan someterse a juicio hasta enero de 2004, y el trato final no se cerr¨® hasta el 29 de diciembre de 2003. No existe ninguna prueba de que la decisi¨®n de numerosos miembros de la PM de maltratar a los presos en Abu Ghraib estuviera influira por los casos de Campo Bucca.
RECOMENDACIONES A LOS TRES JEFES PRINCIPALES
1. Que la general Karpinski sea relevada del mando y reciba un memor¨¢ndum general de reprimenda.
2. Que el coronel Pappas, jefe de la 205? brigada de IM, reciba un memor¨¢ndum general de reprimenda y sea sometido a un procedimiento de investigaci¨®n.
3. Que el teniente coronel Phillabaum, jefe del 320? batall¨®n de PM, sea relevado del mando, reciba un memor¨¢ndum general de reprimenda y sea eliminado de la Lista de promociones.
CONCLUSI?N
1. Varios soldados han cometido actos atroces y graves infracciones del derecho internacional en Abu Ghraib y Campo Bucca. Adem¨¢s, varios mandos de la 800? brigada PM y la 205? brigada IM no cumplieron con las normas, pol¨ªticas y directrices establecidas para prevenir el maltrato a los detenidos en Abu Ghraib y Campo Bucca durante el periodo entre agosto de 2003 y febrero de 2004.
2. La aprobaci¨®n y aplicaci¨®n de las recomendaciones de esta Investigaci¨®n AR 15-6 y las destacadas en otras investigaciones previas son fundamentales para establecer, las condiciones, los recursos y los efectivos necesarios para evitar casos futuros de malos tratos a detenidos.
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