La noche toledana de Laforet

Desaparecida del todo Carmen Laforet el pasado mes de febrero, se ha abierto la veda de sus in¨¦ditos, como era de esperar al tratarse de un aut¨¦ntico mito de la literatura espa?ola del ¨²ltimo siglo. Ya el a?o pasado y en esta misma editorial -todav¨ªa en vida una Laforet ya olvidada del mundo a causa del Alzheimer que padec¨ªa (aunque bien rodeada por el afecto de los suyos)- Israel Rol¨®n Barada (uno de los preparadores de este nuevo libro) nos concedi¨® en esta misma editorial su correspondencia con Ram¨®n J. Sender, el gran novelista espa?ol que no pudo volver de su exilio (Puedo contar contigo) ya que se hab¨ªa convertido en uno de sus buenos amigos del final. Poco despu¨¦s tambi¨¦n Destino recuperaba una de sus antiguas obras, su tercera y m¨¢s endeble novela, La mujer nueva (de 1955), que sigue valiendo hoy m¨¢s por su estudio de la condici¨®n femenina que por su historia de conversi¨®n religiosa, y hoy recupera un in¨¦dito de primera magnitud Al volver la esquina, el segundo volumen proyectado de su inacabada trilog¨ªa Tres pasos fuera del tiempo, de la que ya se hab¨ªa publicado en 1963 el primero, La insolaci¨®n, que para algunos (Ignacio Soldevila, por ejemplo) era hasta hoy su mejor novela, superando incluso su tan celeb¨¦rrima Nada inicial, con la que obtuvo en 1945 el primer Premio Nadal de la historia.

Pero, como ya se sabe, all¨ª -en 1963- se interrumpi¨® para siempre la historia de Carmen Laforet como novelista, pues guard¨® a partir de entonces y hasta su reciente muerte un estricto silencio que ya nada turb¨®. Todo lo dem¨¢s fueron art¨ªculos, viajes incesantes, antolog¨ªas y hasta recopilaciones, siempre recibidas con respeto, cuando no con expectaci¨®n: mientras ella iba olvidando al mundo, el mundo sin embargo no la olvid¨® a ella, pues hasta convirti¨® su silencio en uno de los mitos de las letras espa?olas de nuestros d¨ªas. Carmen Laforet era un verdadero enigma que nadie pudo penetrar jam¨¢s, y mucho me temo que la publicaci¨®n de Al volver la esquina seguir¨¢ dejando las espadas en alto y el enigma sin resolver, al menos hasta que se publique el manuscrito del tercer volumen de la trilog¨ªa, Toque de queda, en el estado en que se encuentre, que no se ha aclarado hasta hoy, pues tampoco se dice nada de ello en las dos presentaciones (de uno de sus hijos, Agust¨ªn Cerezales, y de Israel Rol¨®n) de este nuevo libro.

De hecho, todo lo que sabe-

mos ya lo hab¨ªa dicho la propia Carmen Laforet en aquella introducci¨®n a La insolaci¨®n, como recogi¨® Mart¨ªnez Cachero en su excelente reedici¨®n de 1992 para el Instituto de la Mujer. Tambi¨¦n en la vuelta de la cuarta de solapa se inclu¨ªa la presentaci¨®n editorial de esta segunda parte, Al volver la esquina, hasta con una breve descripci¨®n de "una gran pasi¨®n amorosa que cambia en un s¨²bito viraje la vida de 'Mart¨ªn Soto', el artista adolescente de La insolaci¨®n, con un error en el nombre del nuevo personaje de 'la peque?a Loli', que se ha cambiado en 'Soli' en la versi¨®n final". Carmen Laforet dijo en 1963 que con esta trilog¨ªa entraba en una fase de creaci¨®n "m¨¢s continuada y consciente", como si fuera "un comienzo de lo que puedo escribir". Trabaj¨® durante tres a?os en una sola novela, Jaque mate, con un material "en mi imaginaci¨®n destinado al fuego", hasta que vio que ten¨ªa "terminadas tres novelas diferentes, cada una de ellas, un mundo cerrado y acabado", y aunque deb¨ªa haberlas publicado en orden inverso, prefiri¨® hacerlo en el cronol¨®gico de su acci¨®n, que marca tres momentos de la vida de un hombre y de los ¨²ltimos veinte a?os de la Espa?a de entonces. Ese momento sucede en tres veranos de principios de los cuarenta -La insolaci¨®n-, en los primeros cincuenta, en Madrid (y sobre todo en Toledo, como se ver¨¢), en Al volver la esquina, y en los a?os sesenta ("en los que la escribo") en Jaque mate. La editorial posey¨® por tanto el manuscrito de este segundo volumen, pero la autora nunca devolvi¨® las segundas pruebas de correcciones a las que todo autor tiene derecho, con lo que todo qued¨® en poder de la escritora hasta el rescate familiar que ha permitido su publicaci¨®n p¨®stuma. Aqu¨ª se dice que se han incluido las correcciones ya hechas, con lo que todo parece estar ya en orden, a la espera de la publicaci¨®n del tercer volumen que podr¨¢ calmar las especulaciones o volver a suscitarlas, depende, y tasquemos freno que tambi¨¦n da cierto gusto.

Mart¨ªn Soto, el artista ado-

lescente del primer volumen, de 15 a?os, sexualmente indeciso y fascinado por dos hermanos, Anita y Carlos Corsi, se los vuelve a encontrar en Toledo 10 a?os despu¨¦s, ya pintor y heredero de la fortuna de sus abuelos, en medio de un turbi¨®n de sucesos y nuevos personajes que configuran una especie de vertiginosa "noche toledana" (una larga noche de insomnio y pesadillas, seg¨²n los diccionarios) en una especie de fuga en la que desaparecer¨¢, y que s¨®lo recordar¨¢ a?os despu¨¦s, tras las brumas de una memoria vacilante y so?adora, apoyada en un informe policial y bajo los consejos de una misteriosa terapeuta. Se trata de una noche prolongada, en un Toledo misterioso, negro y lluvioso, donde aparece un personaje espl¨¦ndido, la ni?a Soledad, y reaparecen otros como su antigua amiga Anita Corsi, coqueta, misteriosa y quiz¨¢ divorciada, y otro nuevo, su cu?ada Zoila, artista casada con el hermano, en una extra?a vacilaci¨®n amorosa, que se cumplir¨¢ despu¨¦s con la segunda y quedar¨¢ en suspenso con la primera otra vez. Esta primera parte es m¨¢s vagorosa que la segunda, que sucede ya en Madrid, pero en la que sin embargo la narraci¨®n resulta m¨¢s concentrada y todo se precipita de manera m¨¢s s¨®lida y coherente. Como si Laforet no hubiera podido dar una ¨²ltima mano al relato, que siendo de primera magnitud, resulta menos unitario que la espl¨¦ndida La insolaci¨®n, cuya reedici¨®n anuncia pr¨®ximamente esta misma editorial. Carmen Laforet no fue tan s¨®lo un meteorito, sino una gran narradora, que en esta trilog¨ªa intent¨® separarse de las acusaciones de autobiografismo que le acompa?aron desde su aparici¨®n, para dar "tres pasos fuera del tiempo" y crear un relato m¨¢s objetivo y separado de sus propias experiencias, logr¨¢ndolo muy bien en el primer volumen. Y aqu¨ª la recobramos con la rara virtud de un lenguaje expresivo, siempre moderado, intenso, ¨ªntimo y con una extra?a capacidad sensorial, que describe como nadie las luces del mundo y las sombras de sus personajes. Una lectura siempre necesaria, que sin embargo nos muestra c¨®mo la escritora lleg¨® a perderse en una "noche toledana" de la que al final nunca pudo salir, por haberse salido de su mundo y del tiempo desgraciadamente para siempre.