El pr¨ªncipe que se convirti¨® en rana
David Meca acalla las cr¨ªticas conquistando la medalla de plata en unos ajustados 25 km
"Hab¨ªa una ranita sorda que se cay¨® en un pozo, y empez¨® a saltar y saltar intentando salir mientras desde arriba le dec¨ªan '?no puedes, no puedes!'; entonces, la ranita lo intent¨® de nuevo y, de un salto bien grande, escap¨® del pozo y acall¨® las voces". David Meca, segundo en los 25 km de aguas libres con el mismo tiempo (4h 18m 0,5s) que el ruso
Kochkarov, ganador de la prueba -toc¨® antes el box de llegada-, se vali¨® de una f¨¢bula para responder a las cr¨ªticas del mi¨¦rcoles por su d¨¦cimo puesto en los 10 km.
"Estaba hundido, hasta que decid¨ª que ten¨ªa que hacerme el sordo como esa ranita
... Ser duro, constante, y no escuchar las voces negativas", repet¨ªa el fondista catal¨¢n, con las calcomanias de Pl¨¢tanos de Canarias y Hariro publicitando, de paso, su torso desnudo.
La sordera del anfibio funcion¨®, al igual que los aires de revancha que desped¨ªa el campe¨®n del mundo en Hawai (2000). "Me sacar¨¦ la espina el s¨¢bado", advert¨ªa Meca el mi¨¦rcoles cuando, circunspecto, sali¨® del agua furioso por las malas artes de sus rivales, que m¨¢s de una vez le arrancaron las gafas. Venganza, como recomienda el dicho, servida bien fr¨ªa (14.8?) pero sazonada de t¨¢ctica y veteran¨ªa. "He procurado ir en cabeza, para evitar el mogoll¨®n y los golpes" explicaba, sabedor de la atenci¨®n de los medios, quiz¨¢s pensando en su futura carrera de cineasta: en verano estrenar¨¢ una pel¨ªcula en la que seduce a cuatro enamoradizas.
El buen hacer de su barquero, el argentino C¨¦sar Gennari, tambi¨¦n repercuti¨® en la consecuci¨®n de su ¨²ltima medalla, esta vez de plata. "C¨¦sar ha estado genial, no ha parado de darme informaci¨®n; juntos hemos ganado 28 Copas del Mundo, siete t¨ªtulos mundiales, nosecuantos europeos... Es el mejor gu¨ªa".
Tambi¨¦n era fundamental recorrer los 25 km, la distancia de los braceadores solitarios, con el est¨®mago lleno. "He desayunado cuatro o cinco pl¨¢tanos, dos yogures, varias tostadas con mantequilla, bebida isot¨®nica, un par de barritas energ¨¦ticas... y seguro que me olvido algo", narraba David, que pese a sus 65 kilos de peso se excusaba: "Seguro que he adelgazado".
La m¨²sica, a preferir maquinera, le sirvi¨® al catal¨¢n para solventar los casos de emergencia.
"Cuando ve¨ªa que el dolor me pod¨ªa tarareaba canciones de esas del chunda chunda".
Una ¨²nica salvedad de Meca, el arist¨®crata de las aguas abiertas, a la prueba: el neopreno.
"Aparte de las rozaduras hace que el grupo se nivele, que los lentos vayan m¨¢s r¨¢pido y los r¨¢pidos m¨¢s lento", refer¨ªa, al contrario que sus compa?eros. "Este deporte es para sufrirlo en ba?ador", insist¨ªa. El traje de pl¨¢stico no le rest¨® felicidad al pr¨ªncipe convertido ayer en rana.
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