EE UU alcanza su punto m¨¢s bajo en Irak
Bush asegura que las tropas estadounidenses seguir¨¢n despu¨¦s del traspaso de soberan¨ªa
Cuarenta y cinco d¨ªas antes de la fecha prevista para la transferencia de soberan¨ªa a un Gobierno provisional iraqu¨ª que a¨²n no existe, la Administraci¨®n estadounidense lucha para definir su estrategia pol¨ªtica y militar sobre el terreno y que eso no perjudique una campa?a electoral cada vez m¨¢s cuesta arriba para el presidente George W. Bush. Las se?ales que emite Washington sugieren que hay confusi¨®n y movimientos en direcciones opuestas y que estos movimientos producen cambios pol¨ªticos no explicados para adaptarse a las nuevas realidades. Es urgente un plan, un plan que, por ahora, no parece estar sobre la mesa del Despacho Oval.
?Hay que pactar con los antiguos mandos de Sadam Husein para controlar a los rebeldes, como en Faluya? ?Hay que negociar con el cl¨¦rigo radical M¨²qtada al S¨¢der, como parec¨ªa la semana pasada, o llevar los carros de combate hasta el cementerio de Nayaf, como ocurri¨® ayer? ?Hay que retirarse del pa¨ªs "si lo pide el nuevo Gobierno", como dijo el viernes el secretario de Estado, Colin Powell, o hay que seguir all¨ª hasta que la misi¨®n est¨¦ concluida, como a¨²n dec¨ªa ayer el presidente Bush?
Washington busca una estrategia para salir del desconcierto: ahora la prioridad es estabilizar
Lo que suena en Washington es una orquesta que desafina porque no tiene direcci¨®n clara: la Casa Blanca pide perd¨®n a los iraqu¨ªes por los abusos en Abu Ghraib, pero Bush felicita a Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, por el "soberbio trabajo" que est¨¢ haciendo; Rumsfeld dice que los interrogatorios en las c¨¢rceles no violan la Convenci¨®n de Ginebra y el general Ricardo S¨¢nchez, jefe de las tropas en Irak, proh¨ªbe las t¨¦cnicas utilizadas. La direcci¨®n civil del Pent¨¢gono no est¨¢ en sinton¨ªa con el mando sobre el terreno y en Faluya se pasa de jurar venganza por el asesinato de cuatro guardas privados a pactar con la vieja guardia de Sadam para que controle a los insurgentes.
Y despu¨¦s de que el presidente ha repetido que las tropas seguir¨¢n en Irak "hasta que acabemos la tarea", el responsable de la Coalici¨®n, Paul Bremer, dijo el viernes: "Si el Gobierno provisional nos pidiera que nos fu¨¦ramos, nos ir¨ªamos", aunque horas m¨¢s tarde, el secretario de Estado, Colin Powell, matiz¨®: "Si los iraqu¨ªes nos dicen, una vez que tengan su Gobierno y su asamblea nacional: 'Creemos que podemos organizarnos nosotros, deber¨ªais volver a casa, muchas gracias', en ese momento dir¨ªamos, 'encantados de haberos podido ayudar', y llevar¨ªamos nuestras fuerzas de regreso a EE UU".
?Qu¨¦ quiere EE UU en Irak? ?Hacia d¨®nde se mueve el Gobierno de Bush? "Yo dir¨ªa que nuestro Gobierno se est¨¢ moviendo sin direcci¨®n alguna. La estrategia inicial se ha quedado en la cuneta y ahora no saben qu¨¦ hacer. Si uno escucha las discusiones sobre la transferencia de soberan¨ªa, si ¨¦sta debe de ser limitada o absoluta, uno se da cuenta de que no tienen idea alguna. Es un Gobierno que est¨¢ en busca de una pol¨ªtica". Philip Gordon, uno de los directores de la Brookings Institution, transmite un juicio severo, pero opiniones similares pueden escucharse de muchas otras bocas en Washington, incluso en las m¨¢s conservadoras: las reacciones de pesimismo causadas por las fotos de los malos tratos en Abu Ghraib, afianzadas por las contradicciones de la t¨¢ctica militar y las confusiones estrat¨¦gicas, hacen decir a Robert Kagan y William Kristol en The Weekly Standard que el Gobierno no parece darse cuenta de que se extiende la percepci¨®n de que en Irak no hay nada que hacer, con lo cual "Irak podr¨ªa estar perdido si la Administraci¨®n de Bush mantiene la opini¨®n de que puede seguir adelante con su estrategia pol¨ªtica y militar sin ning¨²n cambio radical de rumbo, sin adoptar medidas audaces y visibles que inviertan la actual trayectoria descendente".
De algunas decisiones de los mandos sobre el terreno se podr¨ªa deducir un cambio estrat¨¦gico: ya no se trata tanto de la democracia y la estabilidad en Irak como de la estabilidad a secas. "Yo no creo que exista ninguna duda de que el objetivo es dejar a un lado la democratizaci¨®n y concentrarse en la estabilidad. De hecho, ya hemos rebajado el nivel. Tras la muerte de los guardas en Faluya, el Ej¨¦rcito dijo que no iba a tolerarlo. Semanas m¨¢s tarde acept¨® un acuerdo que b¨¢sicamente abandona este objetivo para encontrar una soluci¨®n que no requiere el uso de la fuerza. Creo que abandonamos poco a poco la idea de la superioridad para dominar la situaci¨®n y estamos dispuestos a aceptar compromisos bastante horribles con gente bastante horrible".
Philip Gordon cree que se trata de "un cambio estrat¨¦gico considerable". Pero un alto funcionario de la Administraci¨®n lo rechaza en conversaci¨®n con EL PA?S: "?Estabilidad s¨®lo? No, no estoy de acuerdo. Nosotros a¨²n hablamos de estabilidad y de democracia. Nuestra meta sigue siendo un Irak democr¨¢tico y libre. No hay cambios. El presidente sigue hablando de democracia". Es verdad, reconoce, "que en Nayaf la situaci¨®n es un poco complicada: por una parte negociamos, por otro estamos peleando... pero todav¨ªa hablamos de las dos cosas", insiste.
El ex general Anthony Zinni, que fue responsable del Mando Central, acaba de explicar en el Centro de Informaci¨®n de Defensa: "Si t¨² dices que les vas a barrer, hay que hacerlo; si lo dices y luego retrocedes, quedas mal". Jim Hoagland escribe en The Washington Post: "Los mandos militares est¨¢n llegando a acuerdos con fuerzas locales. Los generales
no van a desperdiciar vidas en asaltos frontales por objetivos pol¨ªticos tan inciertos y poco claros como los de Bush en Irak, o si creen que Kerry declarar¨¢ la derrota y la vuelta a casa cuando sea elegido".
Fuentes cercanas a congresistas republicanos aseguran que "los militares est¨¢n que trinan con el liderazgo civil en el Pent¨¢gono" porque atribuyen los malos tratos en las c¨¢rceles iraqu¨ªes "a que Inteligencia militar y la CIA dijeron que hab¨ªa que aumentar la presi¨®n, por la urgencia de buscar a Sadam y las armas y por el aumento de la actividad insurgente". Hay mar de fondo, insisten estas fuentes, y el presidente fue al Pent¨¢gono el pasado lunes y compareci¨® sin generales al lado, s¨®lo con el vicepresidente Cheney y el secretario de Defensa, Rumsfeld, "para enviar el mensaje a los militares de qui¨¦n manda aqu¨ª".
Lo que necesitan saber los estadounidenses y el resto del mundo es qu¨¦ quiere hacer el que manda aqu¨ª. Bush pint¨® ayer un paisaje iraqu¨ª que cuesta reconocer, sobrado de buena voluntad y falto de decisiones concretas. Y, como apuntan Kagan y Kristol, "si el Gobierno no act¨²a ahora, puede ser incapaz de evitar el fracaso". La p¨¦rdida de la br¨²jula despu¨¦s de un mes y medio de reveses pol¨ªticos y militares y a mes y medio de la transici¨®n en Irak exige que la Casa Blanca:
- Afronte las responsabilidades en las torturas, en lugar de negar la realidad ("He dejado de leer los peri¨®dicos", se jact¨® Rumsfeld en Bagdad).
- Acometa una negociaci¨®n con la ONU en la que se ceda realmente la autoridad pol¨ªtica para organizar la transici¨®n e internacionalizar el conflicto.
- Delimite en esa negociaci¨®n el papel de las tropas que seguir¨¢n en Irak tras el 30 de junio y el propio papel de EE UU.
- Resuelva si la democracia y la estabilidad son compatibles en el Irak actual y decidir si la soluci¨®n a la crisis de Faluya es una excepci¨®n o un modelo, y qu¨¦ consecuencias puede tener si se trata de lo ¨²ltimo.
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