El Gobierno foral, tras Caja Navarra
UPN veta al nacionalismo vasco e impone estatutos y reglamento en la primera entidad financiera de la Comunidad foral
El controvertido proceso de democratizaci¨®n de Caja Navarra est¨¢ llegando a su fin. UPN ha impuesto un modelo de estatutos y reglamento al margen del debate parlamentario y contra el parecer de toda la oposici¨®n. El ¨²ltimo veto del presidente Miguel Sanz dejar¨¢ fuera de los ¨®rganos de poder de la entidad a los partidos y sindicatos nacionalistas.
En el Consejo General de Caja Navarra (CAN) no habr¨¢ ning¨²n representante del nacionalismo vasco. Cuando se configure, ni uno s¨®lo de sus treinta miembros habr¨¢ sido designado por Aralar, EA o PNV, que poseen ocho de los 50 esca?os del Parlamento foral y recogen el voto de un 20% del electorado navarro. Tampoco los sindicatos ELA o LAB, que suman m¨¢s del 30% de los delegados de empresa de la regi¨®n, tendr¨¢n voz en la entidad.
UPN ha controlado f¨¦rreamente la entidad con la mayor¨ªa en el consejo de administraci¨®n
UPN dise?¨® cuidadosamente su composici¨®n y ha controlado la elecci¨®n de sus primeros integrantes. Los pol¨ªticos designar¨¢n ahora al 50% de los 30 vocales del consejo, si bien el presidente Sanz se ha garantizado controlar el nombramiento de al menos once vocales. Al Parlamento navarro le correspond¨ªa elegir a cinco y Sanz impuso una plancha con un candidato por partido para CDN, PSN-PSOE e IU y la marginaci¨®n expresa de los aspirantes nacionalistas. Para compensar las cr¨ªticas y dar pluralidad al ¨®rgano, Sanz introdujo en el Consejo a Sixto Jim¨¦nez, empresario y vicepresidente en Navarra de la Sociedad de Estudios Vascos. La izquierda transigi¨® para poder al menos controlar desde dentro el poder que seguir¨¢ teniendo en la caja el Ejecutivo regionalista, que dar¨¢ entrada en la c¨²spide de CAN a vocales nombrados por entidades como la patronal navarra, CCOO y UGT, Asociaci¨®n de la Industria, Asociaci¨®n Nacional de Fabricantes de Autom¨®viles o el Tribunal Laboral, y ha reservado cinco puestos para los impositores y dos para los representantes de los empleados.
Agitada fusi¨®n
La nueva Caja Navarra, integrada en la Federaci¨®n de Cajas Vasconavarras, es producto de una agitada fusi¨®n con la desaparecida Caja Pamplona, que controlaba el Ayuntamiento de la capital navarra. La integraci¨®n de los equipos de ambas entidades provoc¨® roces e incluso gener¨® demandas judiciales multimillonarias a consecuencia de sonados despidos. Desarbolada la direcci¨®n procedente de Caja Pamplona, Sanz coloc¨® en 2002 a un hombre de su m¨¢xima confianza, Enrique Go?i, para pilotar la nueva entidad. Sin apenas estridencias en los procesos de prejubilaci¨®n laboral, CAN sobrevol¨® la zozobra de sus dos primeros a?os de andadura conjunta y remont¨® el vuelo con buenos resultados econ¨®micos.
No obstante, quedaba algo por hacer. CAN era la ¨²nica caja de ahorros espa?ola cuyos ¨®rganos de poder no se hab¨ªan democratizado. UPN ha controlado f¨¦rreamente la entidad con la mayor¨ªa en el consejo de administraci¨®n (13 de sus 20 miembros) y todos los consejeros del Gobierno foral lo son de CAN y perciben las dietas correspondientes a pesar de haberse subido el sueldo en 1.000 euros al mes desde el pasado enero para compensar su pr¨®xima salida de ese ¨®rgano.
La presencia de representantes de los impositores, trabajadores y entidades locales era apenas una ficci¨®n. El car¨¢cter aforado de la centenaria entidad, que naci¨® de un pacto entre el Gobierno navarro y el Banco de Espa?a, no pod¨ªa ocultar la conveniencia de reformar sus estatutos para adaptarlos a un m¨ªnimo democr¨¢tico aceptable no s¨®lo en Espa?a sino en la Uni¨®n Europea.
Surgi¨® as¨ª la reforma estatutaria que UPN negoci¨® al margen del Parlamento navarro con el Ministerio de Econom¨ªa y se valid¨® en el registro mercantil el pasado 11 de marzo, tres d¨ªas antes de que el PP perdiera las elecciones. Las prisas de UPN y de sus socios del PP para blindar una reforma a medida surtieron efecto y el PSOE reconoce que no hay posibilidad de recurso judicial ni de modificar unos estatutos que la izquierda y los nacionalistas rechazan; al menos mientras una de las partes, en este caso el Gobierno navarro, se niegue a ello.
Para el PSN-PSOE, la reforma no es sino "un proceso de ocupaci¨®n pol¨ªtica" de los ¨®rganos rectores por parte del partido hegem¨®nico, UPN. IU pide una ley foral de ¨®rganos rectores de cajas que UPN se niega a enviar al Parlamento.
CAN gan¨® en 2003 un total de 69,6 millones de euros de beneficio neto consolidado. Tiene 240 sucursales y 1.356 trabajadores.
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