"Jud¨ªos y musulmanes somos iguales"
Casablanca recuerda los atentados de radicales islamistas de hace un a?o
Un pu?ado de boys scouts jud¨ªos marroqu¨ªes entonan el himno de Marruecos junto con un grupo de adolescentes musulmanes de la barriada chabolista de Sidi Mumen en las puertas de la Alianza Israelita de Casablanca. "?Jud¨ªos y musulmanes somos iguales!", corean a continuaci¨®n. El acto, algo excepcional en el mundo ¨¢rabe, fue uno de tantos con los que se conmemor¨® ayer el primer aniversario de las explosiones que golpearon la capital econ¨®mica de Marruecos.
Cinco atentados simult¨¢neos, uno de ellos ante la Alianza Israelita, un club social donde se re¨²ne la comunidad jud¨ªa de unas 3.000 personas, causaron 33 muertos, a los que hay que a?adir los 12 kamikazes que fallecieron al activar sus cargas explosivas. Los islamistas autores de la mayor acci¨®n terrorista que ha padecido Marruecos proced¨ªan de Sidi Mumen, una zona de chabolas al norte de Casablanca.
Hanaa Hahrez, de 34 a?os, ha acudido a rememorar aquella noche tr¨¢gica ante las puertas de la Casa de Espa?a, un restaurante y sala de bingo donde hubo el mayor n¨²mero de muertos, entre ellos cuatro espa?oles. Vestida de negro, exhibe un gran retrato de su difunto marido, concesionario de autom¨®viles, al que se agarran, de vez en cuando, sus dos hijos peque?os.
"?Qu¨¦ va a ser de nosotros cuando se acabe el dinero que nos ha dado el rey?", se pregunta mientras solloza Hanaa. Un decreto real otorg¨® a la familia de cada v¨ªctima mortal marroqu¨ª -no a los extranjeros- 46.800 euros, pero esa cantidad ha sido repartida seg¨²n las reglas hereditarias musulmanas y, con frecuencia, a la viuda le ha correspondido s¨®lo una peque?a parte.
El centenar de heridos de las explosiones no ha recibido, en cambio, indemnizaci¨®n alguna, algo de lo que se queja Cherif Zerruki, presidente de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del 16 de mayo y que, desde aquel d¨ªa, camina con bast¨®n.
Peor suerte que los heridos han corrido cinco prostitutas, que murieron en el local y cuyas familias no han obtenido ayuda alguna, seg¨²n narra la madre de una de ellas al semanario Le Journal. Sus nombres ni siquiera han sido incluidos en la lista de los 33 muertos, en la que s¨®lo figura una mujer.
Pese a los recuerdos que le atormentan, Rafael Berm¨²dez enarbolaba una sonrisa satisfecha porque la Casa de Espa?a, que ¨¦l preside, reabri¨® ayer sus puertas tal y como le pidi¨® el rey Mohamed VI cuando visit¨® el local arrasado. Berm¨²dez repite que reabre "porque los marroqu¨ªes me han apoyado, y no los espa?oles".
Tras asistir a una misa en la iglesia de San Francisco, los embajadores de Espa?a, Francia e Italia -los tres pa¨ªses con v¨ªctimas en Casablanca- se dirigieron a la plaza del Gobierno Civil, donde depositaron una corona de flores ante una estela que recuerda a los muertos. Les acompa?¨® el gobernador, Mohamed Dreif, pero ning¨²n ministro.
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