La invasi¨®n de las cicadas
Millones de insectos 'ocupan' la Costa Este de Estados Unidos
Exactamente cada 17 a?os, y cuando llegan estos d¨ªas de mayo, un ej¨¦rcito de miles de millones de cicadas -una especie de peque?a langosta o cigarra voladora- salen del subsuelo que ocupan en una veintena de Estados de la Costa Este de EE UU y del Medio Oeste se aparean, ponen huevos y mueren. Esta plaga, que recuerda a los cl¨¢sicos guiones del viejo cine de ciencia ficci¨®n, es inofensiva, pero supone una pesadilla para mucha gente: los bichos est¨¢n por todas partes (de 200.000 a dos millones por hect¨¢rea), atruenan la noche con el ruido que hacen -cada macho puede llegar hasta los 90 decibelios, como el ruido que hace una motocicleta- y es dif¨ªcil evitar que caigan encima al ir por la calle. Si se est¨¢ atento a su vuelo, se descuida el suelo, y tampoco es agradable el chasquido y el pringue al aplastarlos.
En los actos al aire libre hay que procurar que no oscurezcan el traje de la novia o acaben en la hamburguesa
Las cicadas -familia de las Cicadidae, orden hem¨ªptera- son insectos que miden de dos y medio a cinco cent¨ªmetros, de color negro con el abdomen verdoso oscuro (aunque recuerdan a una cucaracha con grandes alas m¨¢s que a un saltamontes, vistas de cerca no son tan desagradables como podr¨ªa parecer).
Hay unas 1.500 especies de cicadas. Las ninfas de la Magicicada -siete especies que s¨®lo se encuentra en la Costa Este y el centro de EE UU- pasan 13 o 17 a?os enterradas, absorbiendo savia de las ra¨ªces o de ¨¢rboles enterrados. Cuando llega el momento -la teor¨ªa es que este ciclo est¨¢ dictado por una estrategia de supervivencia, para superar en masa los estragos de sus predadores-, las ninfas salen a la superficie. Su instinto las lleva a subir a los ¨¢rboles. En pocos d¨ªas desarrollan el caparaz¨®n y las alas.
Una semana despu¨¦s, los machos empiezan a cantar -haciendo vibrar las membranas situadas en la parte del abdomen apropiadamente denominada timbal- para atraer a las hembras. A toda velocidad machos y hembras se aparean. Poco despu¨¦s, cada hembra pone de 200 a 600 huevos, aprovechando hendiduras de los ¨¢rboles.
Seis semanas m¨¢s tarde, las ninfas que salen de esos huevos caen al suelo y se despiden de la luz y el sol hasta dentro de 17 a?os. Excavan galer¨ªas y all¨ª se quedan. En el exterior, sus padres viven a fondo. La vida de la cicada -de dos a seis semanas- es un lujo que ya quisieran la gran mayor¨ªa de los insectos, y ¨¦stos lo aprovechan bien: las bodas, las graduaciones universitarias, las barbacoas de Memorial Day y todos los actos al aire libre de estas semanas tienen que tomar medidas para que las cicadas no oscurezcan el traje de la novia o acompa?en a la hamburguesa hacia la boca, aunque hay quien las come. Un hombre de Indiana que se tom¨® dos docenas de cicadas salteadas tuvo que ser hospitalizado el jueves porque sufri¨® una reacci¨®n al¨¦rgica. Seg¨²n su m¨¦dico, el paciente dijo "que no sab¨ªan mal", aunque su mujer, que no las prob¨®, qued¨® muy disgustada con el olor del guiso. El libro de recetas para cicadas del Departamento de Entomolog¨ªa de la Universidad de Maryland recomienda consultar a los m¨¦dicos antes del fest¨ªn.
?Se pueden tener como animalitos dom¨¦sticos? "?Naturalmente! Son criaturas fascinantes. Puesto que viven poco y se alimentan de la savia de los ¨¢rboles, sugerimos que se tengan durante un d¨ªa y luego se devuelvan al campo", recomienda el equipo de Entomolog¨ªa de Maryland. Las cicadas no pican, no son venenosas y sirven de alimento a aves, peque?os mam¨ªferos y otros insectos. ?rboles y arbustos sufren su paso, y los humanos, las molestias, pero, al fin y al cabo, es s¨®lo una vez cada 17 a?os.
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