Por San Isidro, boda real en la catedral
San Isidro labrador es patr¨®n de Madrid. Se celebra la fiesta el 15 de mayo en honor a su beatificaci¨®n, que tuvo lugar ese d¨ªa en 1620. Fue la emperatriz Isabel de Portugal quien, en 1528, mand¨® edificar una capilla sobre el lugar donde el santo hab¨ªa hecho brotar una fuente que consigui¨® curar al Pr¨ªncipe, futuro Felipe II. La ermita que hoy conocemos fue reedificada en 1721. Las onduladas praderas alrededor de la misma se convert¨ªan en el escenario de una gran romer¨ªa. En el tierno verde, los madrile?os acampaban, sacaban sus meriendas, beb¨ªan y bailaban. Todav¨ªa en los a?os cuarenta del pasado siglo, la pradera estaba casi igual a como la inmortaliz¨® Goya. Hoy es imposible reconocer el perfil goyesco. Sin embargo, siguen vivas las tradiciones de beber el agua milagrosa, comer las rosquillas tontas y listas de la t¨ªa Javiera o comprar botijos coloraos de Salvatierra de los Barros.
Madrid se llenaba de gentes de los alrededores que aqu¨ª llamamos isidros, v¨ªctimas anta?o de bromas "pesadas" de los bien humorados madrile?os, tales como venderles tarjetas para transitar a cualquier hora por la Puerta del Sol, o poder pasear por el Prado... Los forasteros, asimismo, aprovechaban el viaje para ir a los toros, al teatro, de tiendas, a comer en restaurantes, etc¨¦tera. Andando el tiempo visitaban tambi¨¦n el Museo del Prado, y m¨¢s tarde entr¨® tambi¨¦n la visita al Reina Sof¨ªa y otros centros que las gu¨ªas del ocio recomiendan.
Pero este a?o 2004, los for¨¢neos aumentar¨¢n en Madrid con motivo de la boda del pr¨ªncipe Felipe de Borb¨®n y Letizia Ortiz, que se celebrar¨¢, como sabemos todos, el pr¨®ximo s¨¢bado 22. Vendr¨¢n muy ilustres invitados y otros muchos a ver pasar a la comitiva por las calles, porque las bodas han sido siempre acontecimientos que han gustado al com¨²n, y m¨¢s ahora, cuando la televisi¨®n nos bombardea con noticias sobre casorios y descasorios de toda ¨ªndole. La diferencia radica este a?o en que la televisi¨®n tambi¨¦n ha informado del atrezo sufrido, nunca mejor dicho, en el interior de la catedral de la Almudena de Madrid. A eso vamos.
No hay que olvidar que a esta Villa le ha costado casi dos mil a?os tener una di¨®cesis independiente y, por tanto, derecho a catedral. Tanto tiempo le ha costado que ha encontrado una Iglesia Vaticana que busca desesperadamente tener clientela, que se debilita en todos sus flancos y que parece haber olvidado el pensamiento de que los humanos tenemos iguales dosis de bien y de mal en nuestras entretelas.
La televisi¨®n nos brind¨® tambi¨¦n las im¨¢genes de la novata catedral ya en funciones a causa de un acontecimiento luctuoso, terrible y agobiante como fue el funeral por las v¨ªctimas del 11-M. A muchos nos pareci¨® escandaloso que ante deudos de distintas religiones se celebraran unas exequias que hubieran hecho las delicias de los padres conciliares de Trento (1563), sin la "caridad" de compartir con esos destrozados deudos, una concelebraci¨®n de ritos. Menos mal que los Reyes y la familia real fueron uno a uno abrazando y tocando a los familiares, todav¨ªa un b¨¢lsamo insustituible cuando la muerte deja su rastro.
Con motivo de la boda real, se ha decorado la catedral. En el alt¨ªsimo y luminoso interior de la misma llaman la atenci¨®n las vidrieras y pinturas del ¨¢bside de la cabecera, que son de naturaleza arcaizante, de colores planos y representan los momentos estelares de la vida y muerte de Jes¨²s de Nazaret alrededor de un Pantocr¨¢tor. Recordemos que es palabra griega que significa "Dios en Majestad" y que los historiadores del arte asociamos con una iconograf¨ªa de origen bizantino que luego triunf¨® en las pinturas murales rom¨¢nicas. Todo ello es obra de un pintor llamado Kiko Arg¨¹ello de vida novelesca y esot¨¦rica que aparece entre los muchos gur¨²s que desde distintos enfoques espiritualistas tratan de salvar al g¨¦nero humano, aparece, pues, en una lista de las p¨¢ginas de Internet con la misma dimensi¨®n que los chats para conseguir novio o novia, remedios caseros, medicinas alternativas, etc¨¦tera. Ah¨ª es nada. No olvidemos que hemos entrado en el tercer milenio y que hasta hemos cambiado, astrol¨®gicamente, de signo. Ahora estamos en la era de Acuario.
Se puede sugerir que, ante la perplejidad del visitante -sea isidro o no-, se d¨¦ a la entrada de la catedral un peque?o manual de visi¨®n, ahora que las gentes no son analfabetas como ocurr¨ªa cuando contemplaban retablos -en general maravillosos- del XIV al XIX, cuando el arte y la Iglesia Vaticana no estaban tan dislocados como ahora.
Hablando de retablos, en el crucero de la catedral hay uno de Juan de Borgo?a y otro al lado izquierdo que se nos inform¨® era de Pedro Berruguete. ?Por qu¨¦ no se ha puesto alguno de esos retablos en la cabecera del recinto catedralicio?
El horror de los horrores no se limita a las pinturas de Kiko Arg¨¹ello sino que se extiende a las vidrieras, que son como un muestrario de jabones de distintos colores, y a las pinturas geom¨¦tricas, asimismo de colores planos, que m¨¢s parecen tableros de cart¨®n para jugar al parch¨ªs o a la oca. El visitante, si se fija en las puertas de bronce, quedar¨¢ pasmado al ver en relieve a los figurantes de Por ser la virgen de la Paloma contemplando la Transfiguraci¨®n en el monte Thabor, o un ¨®leo de tres por cinco metros con una monja fundadora debido al pincel de un desconocido pintor dentro de un estilo que ya ni se encuentra en los envoltorios de las chucher¨ªas.
Hay que esperar que todo quede bien tapado para el d¨ªa de la boda. De no ser as¨ª, a muchos de los que visiten Madrid se les quedar¨¢ la impresi¨®n de que la Iglesia Vaticana est¨¢ pasando por un mal trance o que pretende que nos volvamos todos Nuevos Catec¨²me-nos, ?pero de qu¨¦?
Natacha Sese?a es historiadora del Arte.
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