La mirada desde el barrio vecino
La Mina, a escasos metros del recinto del F¨®rum, observa el evento entre la esperanza y el escepticismo
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En un principio era el Campo de la Bota. Ahora ese espacio es el futuro. Los vecinos de La Mina a¨²n recuerdan que aquel barrio de chabolas situado a pie de mar es la exacta ubicaci¨®n que actualmente ocupa el enorme edificio F¨®rum, cuya estructura triangular es ya el buque insignia de los nuevos tiempos por venir. Y es que este paisaje aleda?o a la ribera del r¨ªo Bes¨°s ha sufrido una revoluci¨®n desde entonces. Pero el barrio de La Mina, perteneciente a Sant Adri¨¤ del Bes¨°s y situado a escasos metros del F¨®rum, mira entre la esperanza y el escepticismo el encuentro.
"La clave es que con todos los cambios que est¨¢n ocurriendo, La Mina por fin se est¨¢ abriendo de verdad", explica Constanza Eslava, de 42 a?os y vecina del barrio. Eslava se refiere a las obras de remodelaci¨®n que se suceden en sus calles, a "la entrada de aire" que supone la penetraci¨®n futura del tranv¨ªa o la llegada de otros vecinos con la construcci¨®n de nuevos edificios. "El F¨®rum
"La zona ha mejorado, nadie pone objeciones a eso" dice Manuel Fern¨¢ndez
es una puerta abierta para nosotros", subraya tambi¨¦n, porque un centenar de vecinos del barrio trabajan en el evento. Eslava, por ejemplo, es una de las responsables de atender al p¨²blico en la exposici¨®n Voces, una de las estrellas de este acontecimiento internacional. Tambi¨¦n es miembro de la asociaci¨®n de mujeres -payas y gitanas- Adrianas, que hace poco organiz¨® un encuentro de ¨¢mbito nacional de agrupaciones similares en la Sala Pin¨°s, situada en la nueva rambla del barrio.
De forma parecida a lo que ha sucedido en el Raval -un barrio que hasta su remodelaci¨®n muchos evitaban pisar-, La Mina espera que el proyecto de rehabilitaci¨®n en marcha sea completo y definitivo y no flor de un d¨ªa. En una entrevista en el peri¨®dico ?rea Bes¨°s, el alcalde de Sant Adri¨¤, Jes¨²s Mar¨ªa Canga, reconoce que "sin la excusa del F¨°rum no hubiera sido posible la transformaci¨®n de La Mina". Y los vecinos, que han vivido varias tentativas de proyectos anteriores que no llegaron a buen puerto, temen que el efecto F¨®rum se apague con las ¨²ltimas luces del evento, que finaliza en septiembre. "Ahora el barrio va a toda marcha, sobre todo las obras de infraestructura, pero veremos qu¨¦ pasa despu¨¦s", explica Pere Mas¨®, de 43 a?os, director del instituto F¨®rum 2004, antes instituto La Mina. Desde el patio de este centro p¨²blico se vislumbran las obras de la nueva escuela, cercana a la calles de Taulat y de Llull, pero a¨²n quedan unos a?os de espera para el traslado. De momento, los m¨¢s de 250 alumnos de este instituto, sumergidos en plena semana cultural, tienen previsto visitar el F¨®rum, que "no les llena de ilusi¨®n, pero les hace cierta gracia". Mas¨® prosigue en su reflexi¨®n: "La transformaci¨®n urban¨ªstica debe ir acompa?ada de un ambicioso proyecto social, si no, no servir¨¢ de nada".
No en vano este barrio de 11.000 habitantes, con un alto porcentaje de poblaci¨®n gitana, naci¨® producto del derribo de los barrios chabolistas situados cerca del mar. El traslado de sus habitantes a los edificios colmena de La Mina se hizo en la d¨¦cada de 1970 sin nig¨²n tipo de seguimiento social, y las crisis econ¨®micas de la d¨¦cada de 1980 degradaron el barrio hasta extremos de los que a¨²n no se ha recuperado. Muchos creen que los cambios desde entonces no han sido tantos."Seguimos marginados: un ejemplo es que entre el recinto del F¨®rum y nosotros se ha levantado un muro de color amarillo para mantener el barrio aparte", explica Jos¨¦ Chavero mientras pasea en una plaza. Chavero, un encofrador de 35 a?os y padre de cuatro hijos, opina que la celebraci¨®n no tiene ning¨²n efecto positivo para los vecinos: "La prueba es que nuestros pisos siguen valiendo 10 o 15 millones de pesetas, mientras que al otro lado de la valla ya valen m¨¢s de 50".
Del mismo parecer es Tito, de 30 a?os, que trabaja en Radio La Mina."No tiene nada que ver con nosotros, el F¨®rum est¨¢ aqu¨ª al lado como podr¨ªa estar en Cerdanyola", afirma.
A juicio de Manuel Fern¨¢ndez, en cambio, miembro de la Asociaci¨®n Gitana de La Mina, el efecto positivo del F¨®rum sobre el barrio es indudable, porque "la zona ha mejorado, y nadie pone objeciones a eso". Pero Fern¨¢ndez subraya que la celeridad de la puesta en marcha de un acontecimiento de la magnitud del F¨®rum demuestra que "cuando se tienen ganas, se puede hacer de todo. Esto indica que, en el caso de La Mina, no ha habido ganas, lo que genera mucha frustraci¨®n entre los vecinos".
La reforma de La Mina, cuya finalizaci¨®n est¨¢ prevista para el a?o 2010, costar¨¢ unos 72 millones de euros al Gobierno catal¨¢n, los ayuntamientos de Barcelona y Sant Adri¨¤ de Bes¨°s, y a la Diputaci¨®n de Barcelona. Fern¨¢ndez predice un pr¨®ximo a?o de movilizaciones si los proyectos programados para el barrio no se cumplen, al tiempo que advierte de que "el 90% de los cambios que deben hacer son labor social".
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