Una sorpresa para cada mesa
La tarea no les asusta pese a que lograr que 15.000 flores luzcan espl¨¦ndidas en 220 centros, uno por cada mesa del banquete nupcial, y 800 vasitos que los rodear¨¢n no es sencillo. Requiere una innegable capacidad log¨ªstica. Todas deben estar impresionantes. No perder un ¨¢pice de frescura durante el trasiego de estos d¨ªas.
En cada centro habr¨¢ 12 especies: fresias, bubardias, dendrobium, guisantes de olor -pese a su nombre, ser¨¢n inodoros como deben serlo las flores de los banquetes para que el aroma de la comida quede intacto-, ver¨®nicas, lisiantum, rosas, tulipanes, tilansia, aster, celinda y lektopernum. Las han elegido las floristas. La ¨²nica condici¨®n era que fueran en blanco, azul y gris. Son espa?olas aunque de diferentes or¨ªgenes: Galicia, Chipiona (C¨¢diz), Canarias, Madrid,... Al llegar a la capital, las que han florecido van a una c¨¢mara; las que no, quedan fuera para que lo hagan. La mitad de los centros estaban ayer hechos.
Isabel Pastega y Almudena Moreno
Edad: 56 y 54 a?os.
Papel en la celebraci¨®n: dise?o de los centros de mesa para el banquete nupcial.
Trayectoria: Isabel y Almudena, primas, crearon la florister¨ªa B¨²caro hace 32 a?os. Aprendieron el oficio en Reino Unido, adonde fueron a aprender ingl¨¦s. Son expertas en grandes bodas.
El viernes por la tarde, a partir de las cuatro, los ir¨¢n llevando al Palacio Real en tres furgonetas y varios viajes. Doce personas, incluidas las due?as de B¨²caro, se encargar¨¢n del transporte y la colocaci¨®n. Todo debe estar listo esa misma noche. Las floristas creen que los novios no han visto los centros -"la verdad, no tengo ni idea", admite Isabel-, supone que alguien de la familia real los ha debido de ver "si no en persona, en foto". No les importa, as¨ª "ser¨¢ una sorpresa".
No es su estreno en el enlace de un Borb¨®n. Hace nueve a?os dise?aron toda la decoraci¨®n floral para la infanta Elena y Jaime de Marichalar: desde la catedral de Sevilla hasta las calles.
Lo que nunca les hab¨ªa ocurrido antes de embarcarse en esta tarea -tras ganar el concurso al que les invit¨® Patrimonio Nacional- es que floristas y particulares se ofrecieran a ayudarles. Declinaron amablemente las ofertas; tambi¨¦n el encargo de otra pareja que se casar¨¢ el 22.-
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