Europa corteja a Latinoam¨¦rica mientras Bush mira a Irak
Los l¨ªderes de la UE acuden a M¨¦xico a una cumbre que estar¨¢ m¨¢s marcada por el debate pol¨ªtico que el comercial
Es en el Parlamento Europeo donde se ha manejado la met¨¢fora "una especie de ALCA con alma", y hay pocas dudas de que, en estos tiempos de dificultades democr¨¢ticas en Am¨¦rica Latina y de probable desaceleraci¨®n del ?rea de Libre Comercio de Las Am¨¦ricas (ALCA) promovido por George W. Bush, que tiene sus preocupaciones actuales bien lejos de esta zona, los pa¨ªses europeos querr¨¢n poner el alma pol¨ªtica y social de su proyecci¨®n latinoamericana por delante de los temas comerciales, en la tercera cumbre birregional que comienza ma?ana en la ciudad mexicana de Guadalajara.
De hecho, los temas econ¨®micos del encuentro, el primero en el que participar¨¢n 25 l¨ªderes europeos junto a los 33 latinoamericanos, no tienen misterio ni m¨¢rgenes negociables que permitan esperar sorpresas: el acuerdo de Asociaci¨®n entre la UE y Mercosur merecer¨¢ una menci¨®n en las conclusiones finales, con el compromiso de que las negociaciones concluyan en octubre, y los pa¨ªses andinos y centroamericanos no recibir¨¢n m¨¢s que nuevas invitaciones a la integraci¨®n subregional, en respuesta a sus reiteradas peticiones de negociar un acuerdo global de integraci¨®n con Europa.
Por primera vez 25 l¨ªderes europeos participar¨¢n junto a los 33 latinoamericanos
Las negociaciones entre la UE y Mercosur van a concluir en 2004
No es mucho para un foro que, al constituirse, en R¨ªo de Janeiro, en 1999, prometi¨® de inmediato crear una zona de libre comercio habitada por m¨¢s de 500 millones de personas. Claro, que lo hizo con la suficiente cautela como para parcelar sus proyectos en un continente donde conviven democracias s¨®lidas, Estados fallidos y vestigios de rep¨²blicas bananeras. Hasta seis zonas se han definido y promovido al hilo de esa pol¨ªtica: Chile y M¨¦xico, como casos individuales de ¨¦xito econ¨®mico y solidez democr¨¢tica; Mercosur (el mercado com¨²n que aglutina a Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay); el Pacto Andino (Bolivia, Colombia, Per¨², Ecuador y Venezuela); el Grupo de San Jos¨¦ (Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panam¨¢ y Nicaragua), y el bloque de los pa¨ªses caribe?os, con su propia idea de un mercado com¨²n (Caricom) y el dif¨ªcil encaje de los pa¨ªses del subcontinente que no aguantan la m¨¢s m¨ªnima homologaci¨®n democr¨¢tica (Hait¨ª y Cuba).
A lo largo del ¨²ltimo lustro, las cosas han evolucionado como se pod¨ªa esperar: M¨¦xico firm¨® su acuerdo de Asociaci¨®n con la UE en 2000; Chile lo hizo en 2002; Mercosur se acerca a la meta, y el resto s¨®lo ha tenido acceso al sistema general de desarme arancelario que la UE ofrece a sus zonas de inter¨¦s especial.
Tampoco ser¨¢ justo decir que las cosas han ido fatal, sobre todo cuando la obsesi¨®n estadounidense por Irak alej¨® el temor a la competencia del ALCA y el estancamiento de la llamada Ronda del Milenio deja sin horizonte claro al intento de renovar el marco de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio. Los pa¨ªses europeos no quieren ceder bazas de esa negociaci¨®n en un acuerdo particular con Mercosur, donde las agriculturas potentes de Argentina y Brasil son decisivas. Pese a ello, las negociaciones con el gran mercado meridional van a concluir en 2004, como sus pa¨ªses integrantes quer¨ªan.
Por otra parte, el comercio entre Am¨¦rica Latina y Europa sigue su curso ascendente, aunque con un d¨¦ficit latinoamericano tambi¨¦n en alza, lo que no deja de suscitar protestas de los que negocian ya y de los que no han logrado empezar a negociar todav¨ªa. Es seguro que ese viejo malestar volver¨¢ a manifestarse en Guadalajara.
Pero el inter¨¦s b¨¢sico de Europa en este di¨¢logo ha sido siempre pol¨ªtico, como indica el hecho de que ¨¦ste sea el ¨²nico foro exterior que la UE mantiene a nivel de jefes de Estado o Gobierno. Es evidente que la importancia estrat¨¦gica de una regi¨®n de matriz cristiana y con un modelo occidental de la democracia est¨¢ llamada a crecer cuando el terrorismo de corte islamista arrecia en buena parte del mundo.
Y aunque las inversiones francesas e italianas hayan crecido mucho en los ¨²ltimos a?os en Am¨¦rica Latina, el caso de Espa?a, que concentra m¨¢s de la cuarta parte de su esfuerzo exterior en esta zona, sigue siendo especial. Pocos socios europeos comparten su inter¨¦s por acelerar el desarme arancelario o su insistencia en que no se debe exigir a los pa¨ªses centroamericanos un esfuerzo previo de integraci¨®n subregional que no se pidi¨® a otros.
El di¨¢logo pol¨ªtico despunta, por todo ello, como la dimensi¨®n m¨¢s estable de estas cumbres, especialmente cuando en Argentina, Brasil o Chile se afianza un centro izquierda sensible al modelo social de la vieja Europa.
La segunda cumbre, celebrada en Madrid en 2002, ya dio gran relevancia a temas como la cooperaci¨®n antiterrorista, y hasta se fragu¨® una protesta conjunta contra el unilateralismo de Washington -referida al terreno comercial- que en el encuentro de R¨ªo, el primero entre europeos y latinoamericanos sin presencia estadounidense, hubiera resultado impensable, incluso por la prudencia elemental de no alarmar al gran vecino.
Hoy, las preocupaciones dominantes son la evoluci¨®n de las democracias en Am¨¦rica Latina, donde 14 l¨ªderes, desde el argentino Fernando de la R¨²a hasta el haitiano Jean Bertrand Aristide, han cesado antes de cumplir su mandato en los ¨²ltimos a?os; la ineficacia de unos Estados que no logran traducir las reformas econ¨®micas en aumentos del empleo y la riqueza; la mala distribuci¨®n de la renta, que explica que s¨®lo el 24% de los latinoamericanos cree que la democracia beneficia su econom¨ªa.
Arturo Valenzuela, director del Departamento de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown, en Washington, resumi¨® en un reciente seminario celebrado en la Casa de Am¨¦rica, en Madrid, la situaci¨®n de esta manera: las elecciones son necesarias, pero no suficientes para la democracia, como las reformas liberales son necesarias pero no suficientes para que crezca la econom¨ªa.
El problema es que suele resultar muy dif¨ªcil que el di¨¢logo sobre estas cuestiones supere la m¨¢s elemental ret¨®rica. La cumbre de Guadalajara tratar¨¢ de afrontarlas a trav¨¦s de debates sobre temas como la cohesi¨®n social, que dirigir¨¢ el presidente espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, sobre la calidad de los Gobiernos y las administraciones p¨²blicas o sobre la cooperaci¨®n, tanto para el desarrollo como para la soluci¨®n de crisis.
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