La mirada del maestro
?Hacia d¨®nde va nuestra civilizaci¨®n? Una pregunta de este calibre se la lleva haciendo el longevo Manoel de Oliveira desde hace a?os. La (relativa) novedad que asoma, no obstante, en ¨¦sta, su pen¨²ltima realizaci¨®n (es m¨¢s que un milagro que alguien con 96 a?os siga rodando a raz¨®n de un filme por a?o), tal vez la mejor de sus pel¨ªculas en mucho tiempo, est¨¢ en otro lugar: en hacer, en ¨¦pocas de degradaci¨®n del valor referencial de la imagen, un discurso sobre ella desde la palabra dicha, incluso desde lenguas minoritarias como pueden ser, en el mundo de hoy, el italiano, el griego o el portugu¨¦s.
En definitiva, en detener el tiempo: filme sobre la Historia colectiva y las historias personales, que flirtea tan descarada como maravillosamente con el documental tur¨ªstico de aficionados, Una pel¨ªcula hablada es, como El valle Abraham, como Palabra y utop¨ªa -como el mejor cine del maestro, en suma-, un elogio de la conversaci¨®n. Estructurado como una lecci¨®n ambulante que una madre, profesora de Historia, hace a su hija, una cr¨ªa de pocos a?os, a lo largo de un periplo que intenta llevarla desde Lisboa hasta la India... ?en transatl¨¢ntico!, el filme parece, tan consciente como definitivamente, un producto de otro tiempo.
UNA PEL?CULA HABLADA
Direcci¨®n: Manoel de Oliveira. Int¨¦rpretes: Leonor Silveira, John Malkovich, Irene Papas, Catherine Deneuve, Stefania Sandrelli. G¨¦nero: drama, Francia-Portugal-Italia, 2003. Duraci¨®n: 96 minutos.
Y sin embargo, en ¨¦l Oliveira se permite recordarnos nuestros or¨ªgenes, apuntar a los males que hoy corroen eso que llamamos "civilizaci¨®n", destacar los valores de la amistad y de la conversaci¨®n: al portugu¨¦s, desde la dimensi¨®n de su edad casi legendaria, nada parece asustarle, y menos la voluntad de discurso. Filme no ya hablado, sino dicho con humildad, a media voz, su hondura dram¨¢tica se va cociendo a fuego lento, hasta desembocar en un final tan abrupto y brutalmente siniestro como ejemplarizador y posible. Hay que verlo con ojos desprejuiciados, dejarse llevar por su cadencia, rendirse a sus encantos: es una lecci¨®n no s¨®lo de cine, que es lo de menos, sino de vida; es, en suma, un filme imprescindible.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.