Porte de torero
Sergio Mart¨ªnez es, pr¨¢cticamente, un desconocido. Naci¨® en Albacete hace veinticinco a?os, y all¨ª tom¨® la alternativa en 2001. Lleg¨® a la Feria de San Isidro sin nada que perder y todo un mundo por ganar, y, encima, se encontr¨® con el cartel de "no hay billetes" en una de esas extra?as paradojas de esta plaza.
Lleg¨® sin historia y ha conseguido decir a todos que quiere ser torero. Es hombre de gesto serio, tranquilo, sereno y ceremonioso en las formas, tiene porte de torero y demostr¨® que le sobran preparaci¨®n, decisi¨®n y arrojo para afrontar el grave compromiso de Madrid. El toro que le toc¨® en primer lugar no era una mona. Por el contrario, ten¨ªa cuajo y luc¨ªa unas agujas de miedo. Lo ahorm¨® con maestr¨ªa el picador Manuel Montiel en dos varas precisas a las que el animal acudi¨® con alegr¨ªa, y persigui¨®, despu¨¦s, a Jimeno Mora, que coloc¨® dos buenos pares de banderillas y fue obligado a saludar. Sergio Mart¨ªnez cogi¨® la muleta, se dirigi¨® al centro del ruedo y brind¨® con parsimonia a la concurrencia. Con las mismas, cit¨® al toro de lejos y lo embarc¨® en dos derechazos muy bien ligados con el de pecho. El toro, engallado y retador, respond¨ªa al cite del torero, y ¨¦ste le mostr¨® la panza de la muleta en una nueva tanda que inici¨® derecho como una vela, y lig¨® con redondos de gran calidad. Cuando tom¨® la izquierda, ya hab¨ªa proclamado que est¨¢ hambriento de triunfos. Volvi¨® a citar de lejos, el toro le hizo un feo en su recorrido y el torero aguant¨® con pasmosa frialdad. En pura l¨®gica, los naturales resultaron largos, templados y emocionantes. El toro se acab¨® y Mart¨ªnez abroch¨® su faena con unos toreros ayudados por alto y una media estocada defectuosa de efectos fulminantes. Con la misma serenidad mostrada dio la vuelta al ruedo que se gan¨® por su enorme decisi¨®n y voluntad de triunfo.
Olea-Corte / Zotoluco, Vara, Mart¨ªnez
Un toro de Mar¨ªa Olea, primero, manso y violento, y cinco del Conde de la Corte, bien presentados, mansos y nobles; destac¨® el tercero, bravo y encastado. Zotoluco: pinchazo y estocada baja (silencio); casi entera tendida y ca¨ªda (ovaci¨®n). S¨¢nchez Vara: estocada (silencio); pinchazo, estocada baja y tres descabellos (silencio). Sergio Mart¨ªnez: media perpendicular y baja (oreja); bajonazo (silencio). Plaza de Las Ventas. 30 de mayo. 16? corrida de Feria. Lleno.
No redonde¨® su tarde en el ¨²ltimo, manso, noble y con recorrido. Quiz¨¢s le pudo la responsabilidad, pero lo cierto es que tuvo en sus manos la Puerta Grande y no fue capaz de abrirla. La faena fue muy desigual, con naturales largos y bien trazados y tandas r¨¢pidas en las que se dej¨® enganchar la muleta. No le cogi¨® el aire al toro y su gozo qued¨® en un pozo. Fue una l¨¢stima porque tiene planta de torero, valor y personalidad para salir del bache en el que se encuentra.
A S¨¢nchez Vara tampoco se le conoce mucho. Es natural de Guadalajara, hace cuatro a?os que tom¨® la alternativa y anda a la b¨²squeda de un triunfo que le cambie la vida. Es torero animoso y bullidor, pone banderillas de manera desigual y maneja los enga?os con soltura, pero con escaso temple. Se le nota que torea poco, y aunque hizo un esfuerzo por estar a la altura de las circunstancias, no consigui¨® su empe?o. Valiente y decoroso en su deslucido primero, aguant¨® derrotes y miradas que presagiaban lo que, afortunadamente, no ocurri¨®. M¨¢s largo y encastado el quinto, dej¨® al descubierto sus carencias con la muleta, que la coloca muy retrasada y sus preferencias por el toreo de perfil y fuera de cacho. As¨ª no dice nada, lo que es muy preocupante si quiere ser conocido en la profesi¨®n.
M¨¢s experimentado es el mexicano Zotoluco. Le toc¨® bailar con la m¨¢s fea, un violento y deslucido primero que lanzaba derrotes por doquier y de los que se salv¨® con habilidad. Tore¨®, es un decir, al manso y encastado cuarto, pero sin confianza, sin dominio ni profundidad. Se justific¨®, que se dice, pero no m¨¢s.
Babelia
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