Taurolog¨ªa
El martes pasado, en la Real Maestranza de Caballer¨ªa de Sevilla, Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla present¨® la Revista de Estudios Taurinos n? 17 en su d¨¦cimo aniversario. A continuaci¨®n, Ram¨®n Mar¨ªa Serrera present¨® tambi¨¦n las actas del Congreso Internacional celebrado el 26 de noviembre de 2001, recogidas en un libro de 900 p¨¢ginas que ha financiado la Fundaci¨®n Real Maestranza y la Universidad de Sevilla. Serrera alab¨® la impecable edici¨®n llevada a cabo por Antonio Garc¨ªa Baquero y Pedro Romero de Sol¨ªs, se?al¨® su valor cient¨ªfico, multidisciplinar, e internacional, y ech¨® de menos la opini¨®n de los detractores de la taurolog¨ªa.
Hay muchas ponencias muy interesantes, entre ellas la de Julio Fern¨¢ndez Sanz, veterinario de la Uni¨®n de Criadores de Lidia, en la que explica el comportamiento del toro desde que se le separa del grupo hasta que se le mata, y c¨®mo se modifica ese comportamiento con los avatares que se le presentan y seg¨²n la lidia sea m¨¢s o menos acertada. Hay que reconocer que resulta fuerte.
El t¨ªtulo del discurso de Dominique Fournier CNRS (Maison de Sciences de l?homme, Par¨ªs) es La improvisaci¨®n en el toreo ?Dimensi¨®n est¨¦tica o afirmaci¨®n social? Explica que el torero se ha ido preocupando m¨¢s de la perfecci¨®n t¨¦cnica que de la haza?a f¨ªsica; que ha llegado a representar un sentimiento popular colectivo y que pretende el calificativo de artista, lo que es tambi¨¦n un modo de difuminar la muerte bajo las formas est¨¦ticas. Al final llega a la conclusi¨®n de la importancia de la improvisaci¨®n como c¨²spide de la excelencia t¨¦cnica.
La ponencia de Antonio Garc¨ªa Baquero sobre Sevilla en la pol¨¦mica antitaurina de la ilustraci¨®n me parece importante porque, con todos los datos a que nos tiene acostumbrados como buen historiador, habla del enfrentamiento que hubo entre autoridades municipales y judiciales con motivo de la autorizaci¨®n, en 1793 -cuando s¨®lo se permit¨ªan las corridas en la capital del reino-, de 24 corridas de novillos anuales durante diez a?os. Las razones a favor y en contra de las corridas son tan curiosas como interesantes, y tiene gran peso el temor a la imagen de una Espa?a salvaje.
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