'Deux fr¨¨res', el poderoso rugido del cine franc¨¦s
Gran ¨¦xito del filme de Jean-Jacques Annaud sobre las aventuras de dos tigres asi¨¢ticos
Jean-Jacques Annaud se convirti¨® en un cineasta mundialmente reconocido con En busca del fuego (1981), una historia en la que nuestros antepasados descubr¨ªan el fuego, c¨®mo encenderlo y conservarlo. La acci¨®n transcurr¨ªa miles de a?os atr¨¢s, cuando el hombre a¨²n no pod¨ªa ser hombre porque andaba demasiado ocupado asegur¨¢ndose la supervivencia. En 1988, en El oso, Annaud eligi¨® como protagonista de su historia un oso. A los gritos y monos¨ªlabos de sus antepasados le suced¨ªan pues los gru?idos de un plant¨ªgrado. Ahora, con Deux fr¨¨res (sin t¨ªtulo definitivo en espa?ol), la banda sonora se llena de rugidos porque los dos hermanos son dos tigres, hermosos gatazos de tres metros de largo y con dientes como cuchillas.
"Despu¨¦s de haber explorado los or¨ªgenes del hombre, de haber retratado lo que hay de humano en los animales, ahora he querido ver lo que tenemos en com¨²n y lo que hay de irreductiblemente animal", explica Annaud. El filme ha sido rodado en Indochina y su realizaci¨®n le debe much¨ªsimo a Thierry Le Portier, el especialista que puede anticipar lo que van a hacer los tigres porque es capaz de pensar como ellos. De momento, m¨¢s de dos millones de franceses se han interesado ya por las peripecias de los dos felinos.
La trama arranca en Angkor, junto a los famosos templos. Dos tigrecillos juegan mientras un occidental ladr¨®n de tumbas busca con qu¨¦ alimentar los escaparates de los anticuarios de Par¨ªs, Londres o Nueva York. La desgracia quiere que no s¨®lo los bajo relieves y esculturas acaben siendo material de compra y venta: los dos beb¨¦s-tigre van a parar, uno a un circo, el otro a un zoo. Luego pasan los a?os, las bestias crecen, se olvidan de pap¨¢-tigre muerto y de mam¨¢-tigre desaparecida. Los juegos o las cacer¨ªas por la selva de Angkor no tienen nada que ver con una cotidianidad para la que las bestias no hab¨ªan nacido y cuya condici¨®n no les permit¨ªa prever.
"En Deux fr¨¨res est¨¢n muy presentes temas recurrentes en mi filmograf¨ªa: el mundo colonial, Asia como un continente que me fascina y el universo de los animales", explica Annaud. "Los occidentales hemos impuesto nuestra ley y costumbres, hemos explotado tanto como hemos podido aquellos lugares y, ahora, nos quejamos de que ya no son aut¨¦nticos, de que se parecen mucho a nuestras poblaciones o ciudades. A los animales tambi¨¦n les hemos domesticado, privado de su ¨¢mbito natural, matado y convertido en abrigo de pieles. A trav¨¦s de la historia de los dos hermanos tigres, que crecen separados para reencontrarse al final, cuento lo que ha vivido una parte de Asia y hago tambi¨¦n un elogio a lo que sigue resisti¨¦ndose al cambio, lo que queda de irreductiblemente asi¨¢tico y animal en Asia y en los tigres".
Para lograr las impresionantes im¨¢genes que incluye su ¨²ltima producci¨®n, Annaud, que debut¨® en el cine ganando un Oscar con La victoire en chantant, ha tenido que inventarse ciertos recursos. "No son los tigres los que est¨¢n dentro de la jaula sino la c¨¢mara. Y hab¨ªa que andarse con mucho cuidado, no agarrarse a los barrotes si uno quer¨ªa conservar todos los dedos de la mano", recuerda. Al final ha obtenido algunos primeros planos extraordinarios de los felinos. "Un oso es inexpresivo, es muy bello pero s¨®lo tiene dos o tres expresiones. La cara de un tigre cambia constantemente, puedes ver en ella si est¨¢ contento, angustiado, triste, inquieto, a la espera de algo, cansado; todos esos estados de ¨¢nimo pasan por sus ojos. Son formidables".
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