Beigbeder se adentra en el infierno del 11-S en 'Windows on the world'
"Peor ser¨ªa no escribir sobre ello", dice el autor
"?Saben de alguna historia m¨¢s importante, ahora, que la que sucedi¨® el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York? Un escritor tiene que tener el valor de mirar de frente a la historia de su tiempo y contarla". As¨ª habla Fr¨¦d¨¦ric Beigbeder de su ¨²ltima novela, Windows on the world. En ella, cruza la fabulaci¨®n sobre lo que pudo suceder en la torre norte del World Trade Center cuando el primer avi¨®n del comando suicida de Al Qaeda se incrust¨® en ella y un dietario sobre c¨®mo y por qu¨¦ un joven autor franc¨¦s se dispone a escribir sobre ello.
En parte fue una respuesta personal y ponderada a la oleada de antiamericanismo que se despert¨® en Francia tras el 11-S -"detesto cualquier palabra que empiece por anti"-, explic¨® ayer Beigbeder en Barcelona. Y en parte fue por su "distancia" con lo sucedido esa ma?ana y al mismo tiempo porque los del 11-S fueron unos atentados que "conciernen a todo el planeta".
Uno de los puntos centrales de la obra de Fr¨¦d¨¦ric Beigbeder (1965), de alto contenido autobiogr¨¢fico, es la descripci¨®n detallada y realizada con una prosa incisiva, sarc¨¢stica y chispeante de ciertos aspectos relacionados con la sociedad contempor¨¢nea. En El amor dura tres a?os fue la precariedad de las relaciones sentimentales, sujetas siempre a la b¨²squeda de la novedad. En 13,99
euros, el poder de la publicidad, cuyos tent¨¢culos conoce bien por haber trabajado durante a?os de creativo. De alguna manera, Windows on the world (Anagrama en castellano y La Campana en catal¨¢n) es una suma de las dos anteriores, con el a?adido de que aqu¨ª se enfrenta a cuestiones a¨²n m¨¢s controvertidas: se pone en la piel de las v¨ªctimas de un atentado terrorista -un padre y sus dos hijos peque?os- y se pregunta por su fascinaci¨®n por la violencia. La cr¨ªtica francesa lo considera su libro m¨¢s maduro.
"Hay muchos aspectos de los sucesos del 11-S que encarnan nuestro siglo. El uso de la tecnolog¨ªa para matar a civiles; el simbolismo del World Trade Center, centro del comercio mundial; la irrupci¨®n de la ultraviolencia en un lugar ultraglamouroso. Esta tragedia ten¨ªa muchos aspectos novedosos, y fue esto lo que me interes¨® contar".
En la novela acent¨²a el peso de la militancia realista. Lo hace constantemente a lo largo del libro, al incluirse a s¨ª mismo como hilo conductor, y con las dos citas que lo encabezan: "Creo que un novelista que no escribe novelas realistas no entiende nada de los problemas de la ¨¦poca en la que vivimos", del escritor Tom Wolfe, y "la funci¨®n del artista es adentrarse en el coraz¨®n del infierno", del cantante Marilyn Manson. Tambi¨¦n con el t¨ªtulo del mismo: Windows on the world es tanto el nombre del restaurante situado en la cumbre de la torre norte como una concepci¨®n del arte.
?Un tema oportunista? "Todo escritor lo es", dijo Beigbeder, tambi¨¦n editor de la casa francesa Flammarion. "Mi trabajo es el de escritor. Y un escritor tiene que contar historias de su ¨¦poca. Lo que sucedi¨® el 11-S fue incre¨ªble, monstruoso, espectacular, enorme y sublime. Para cualquier novelista eso es una tentaci¨®n. Todav¨ªa ser¨ªa peor no escribir sobre el 11-S".
"A menudo se nos reprocha que s¨®lo hablamos de nuestros mundos peque?os, de cosas cotidianas", continu¨®, en referencia a los escritores franceses de su generaci¨®n. "Se dice que tenemos poca ambici¨®n. Pues bien, ahora quiero que se diga que he tenido exceso de ambici¨®n". La interrogaci¨®n sobre el sentido de lo que est¨¢ escribiendo lo acompa?a a lo largo del libro: "Me iba preguntando para qu¨¦ sirve la literatura. Y me respond¨ª que quiz¨¢s sirve para regresar a lugares que ya no existen y para intentar hablar y describir lo indescriptible, para matar el silencio y a?adir un poco de emoci¨®n al relato fr¨ªo de la cat¨¢strofe".
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