Imagen negativa

Se?ores del Gobierno, ?no creen ustedes que esos parlamentarios europeos que ¨²ltimamente recorren la Comunidad Valenciana, est¨¢n entrometi¨¦ndose en nuestros asuntos de un modo excesivo? Me sorprende que hasta el momento no hayan hecho ustedes nada para evitarlo. Ya s¨¦ que no corren buenos tiempos para el Gobierno, pero, sinceramente, su pasividad resulta inquietante. Si dejamos que esos se?ores contin¨²en fisgando en nuestro territorio, acabaran por trasladar a Europa una imagen negativa de la Comunidad Valenciana. Qui¨¦n sabe si, influenciados por sus denuncias, los miles de turistas que ahora nos visitan optar¨¢n por dirigirse a otro lugar. A nadie le agrada saber que ha escogido para sus vacaciones una costa infecta y masificada. Y ¨¦sta es, si nos atenemos a lo publicado, la imagen que los parlamentarios europeos se han formado.

Yo no me fiar¨ªa de unas personas que -dicho sea con el mayor de los respetos- parecen tener una idea tan poco clara del funcionamiento de la Comunidad Valenciana. Esos se?ores parecen sinceramente preocupados por la agricultura, cuando la agricultura, como todos sabemos, es una actividad residual en nuestra producci¨®n de riqueza. Afirmar, como ellos hacen, que "los agricultores deben seguir viviendo y cultivando sin limitaciones", no es m¨¢s que una utop¨ªa. La aplaudimos, s¨ª, porque tenemos un car¨¢cter rom¨¢ntico y nos agrada la agricultura, pero no dejamos de considerarla una quimera. Seamos sinceros, mientras la demanda de campos de golf y de urbanizaciones contin¨²e al alza, el ¨²nico porvenir de la agricultura es la siembra de c¨¦sped. Un paseo por la Vega Baja nos lo confirmar¨ªa.

Y en ¨¦sas nos vemos, se?ores del Gobierno, debido a su indolencia: nuestro porvenir depende ahora del juicio de unas personas ignorantes de nuestra idiosincrasia. Si el Parlamento europeo se empe?a, como afirman los diputados que nos han visitado, en "garantizar la sostenibilidad de la pol¨ªtica h¨ªdrica valenciana", apa?ados estamos. Aqu¨ª precisamos agua en cantidades considerables para continuar construyendo y progresar. Si nos la niegan, el exitoso modelo valenciano entrar¨¢ en quiebra de manera inmediata; el desastre ser¨¢ total, irremediable. Y en ese caso, no nos quedar¨¢ otro remedio que acudir a Bruselas, a manifestarnos en la Grand Place.

Por eso, creo que el consejero Blasco se ha equivocado al no recibir a los parlamentarios europeos, ya que una conversaci¨®n a tiempo podr¨ªa habernos sido de extraordinaria utilidad. Blasco es un hombre de enorme experiencia, que lleva toda la vida entregado a la pol¨ªtica. Esto le ha proporcionado un conocimiento admirable de la condici¨®n humana y una exquisita fineza a la hora de abordar los asuntos m¨¢s delicados. Yo estoy seguro de que habr¨ªa convencido sin dificultad a los diputados europeos de lo acertado de las pol¨ªticas territoriales que se aplican en la Comunidad Valenciana. Incluso, les habr¨ªa persuadido para exportarlas a Europa. Esa imagen de crecimiento incontrolado, desprecio por la propiedad privada y corrupci¨®n que esos se?ores difundir¨¢n entre nuestros socios, se habr¨ªa evitado con una palabra de Blasco. Un hombre que, para consentir la construcci¨®n en L'Albufera, escribe que "debe permitirse la mejora de per¨ªmetros urbanos actualmente desordenados o ambientalmente deteriorados", ese hombre, si se lo propone, convence a las piedras. Y si no las convence, las embauca.