Sinatra en tejanos

A este mozalbete le presentan sus promotores como el heredero de Frank Sinatra, una hip¨¦rbole tan flagrante que no se sabe si atribuirla a un hagi¨®grafo o a un enemigo. Por lo pronto, Frankie jam¨¢s habr¨ªa comparecido en vaqueros ni exhibir¨ªa esos movimientos de piernas tan espasm¨®dicos, que a Michael Bubl¨¦ le costar¨¢n una rotura de menisco cualquier d¨ªa de estos. Pero, lo m¨¢s importante, La Voz nunca consentir¨ªa que piezas como For once in my life, Moondance, The way you look tonight o Come fly with me pasaran por un escenario sin erizar un solo cabello. Y nuestro crooner en tejanos no consigue levantar nada.

El problema radica, claro, en la actitud. Ya sea por imposici¨®n o biso?ez, Bubl¨¦ es por ahora un artista encorsetado, incapaz de aportar un ¨¢pice de personalidad propia en un solo giro, en un solo fraseo.

En el disco, encima, le han impuesto esa producci¨®n melindrosa y afectada a la que nos tienen acostumbrados personajes como David Foster o Humberto Gatica. Pero en escena se comporta como un gal¨¢n de academia, el alumno aventajado de un concurso de la NBC que se titulara Imite a su artista favorito. El d¨ªa que asuma una voz propia, eso ya ser¨¢ otro cantar.