El gran reto de Ch¨¢vez

Contra muchos pron¨®sticos, parece que los venezolanos tendr¨¢n la oportunidad de pronunciarse en refer¨¦ndum sobre la permanencia de Hugo Ch¨¢vez en la presidencia. Despu¨¦s de medio a?o de vicisitudes, el Consejo Electoral ha anunciado que las firmas v¨¢lidas recogidas en favor de la iniciativa superan el 20% del censo electoral (2,4 millones) exigido por la Constituci¨®n. Ch¨¢vez ha dado por bueno el dictamen y anuncia que est¨¢ listo para la gran prueba y que la ganar¨¢.

El refer¨¦ndum revocatorio, un mecanismo previsto en la Constituci¨®n de 1999 auspiciada por el propio Ch¨¢vez, puede ser el aliviadero que Venezuela necesita despu¨¦s de dos a?os de insostenible crispaci¨®n social, con frecuencia violenta, entre partidarios y adversarios del presidente. Durante este periodo, Ch¨¢vez se ha atrincherado en una demagogia nacionalista para hacer frente a un golpe de Estado y cuatro huelgas generales que pretend¨ªan forzar su renuncia. La creciente polarizaci¨®n de la vida pol¨ªtica ha terminado por reducir el discurso de Ch¨¢vez a una letan¨ªa de acusaciones contra conspiradores exteriores e interiores, todos bajo el paraguas de Estados Unidos.

Para ganar un plebiscito que Ch¨¢vez y los suyos llevan a?o y medio intentando evitar, la oposici¨®n necesita superar los 3,7 millones de votos obtenidos por el presidente en su reelecci¨®n del a?o 2000. Pero la celebraci¨®n de la consulta popular esconde una pen¨²ltima trampa en forma de fecha. Para que el jefe del Estado abandone el poder si pierde y se convoquen elecciones anticipadas, la consulta debe celebrarse antes del 19 de agosto, a mitad del mandato. Si es despu¨¦s, al l¨ªder venezolano le suceder¨ªa su vicepresidente hasta enero de 2007.

Desbancar a Ch¨¢vez no ser¨¢ f¨¢cil. El presidente cuenta con el apoyo de al menos un tercio de los votantes, lo que representa una s¨®lida base de partida. Tambi¨¦n controla el Ej¨¦rcito y la decisiva industria petrol¨ªfera. Con los precios del barril por las nubes, el dinero llega por fin a las arcas del Gobierno, y la econom¨ªa de Venezuela, castigad¨ªsima por la agitaci¨®n social, comienza a ver un rayo de luz.