Tolerancia cero
Frente a la violencia contra las mujeres, tolerancia cero. ?ste es el compromiso del Gobierno con las mujeres en su lucha contra los malos tratos. Un compromiso que ha quedado patente con la aprobaci¨®n del anteproyecto de Ley Org¨¢nica Integral contra la violencia ejercida sobre las mujeres. Se trata de la primera medida legislativa adoptada por el Gobierno, para hacer frente de una manera decidida a uno de los problemas m¨¢s graves de nuestra sociedad y que mayor alarma social genera.
El a?o pasado, cada cuatro d¨ªas una mujer mor¨ªa a manos de su pareja. El dato produce escalofr¨ªo, porque estas muertes se han producido, y se siguen produciendo, s¨®lo por el hecho de ser mujer. Estamos ante una lacra social que genera un enorme sufrimiento y que constituye tambi¨¦n un grave problema de salud p¨²blica; no s¨®lo por el impacto de la agresi¨®n sobre la salud f¨ªsica y psicol¨®gica de la v¨ªctima y sobre el resto del entorno familiar, especialmente los ni?os, sino tambi¨¦n por el hecho de que ser v¨ªctima de la violencia aumenta el riesgo de contraer enfermedades. Su erradicaci¨®n nos ata?e a todos: ciudadanos, poderes p¨²blicos y, por supuesto, instituciones sanitarias.
Sanidad mejorar¨¢ los medios de sus instituciones para lograr un diagn¨®stico precoz
Los expertos creen que entre el 5% y el 10% de mujeres sufren maltrato f¨ªsico o psicol¨®gico
Los datos de que disponemos reflejan la urgente necesidad de abordar de forma integral la lucha contra la violencia dom¨¦stica. Durante 2003, cada d¨ªa se presentaron m¨¢s de 175 denuncias por maltrato familiar. Pero este dato es s¨®lo la punta del iceberg, pues los especialistas estiman que entre el 5% y el 10% de mujeres sufren malos tratos f¨ªsicos o psicol¨®gicos. Una cifra que el Instituto de la Mujer eleva a un 12%, pero cuyo alcance real resulta dif¨ªcil conocer en este momento, dadas las dificultades o la imposibilidad f¨ªsica y psicol¨®gica de las mujeres para denunciar el maltrato. Porque lo que est¨¢ claro es que la violencia contra las mujeres no es un problema circunscrito al ¨¢mbito privado o de la confidencialidad. Se trata de un problema colectivo grave, que a todos nos afecta y en el que todos los ciudadanos e instituciones p¨²blicas debemos implicarnos para lograr su desaparici¨®n. Es hora de decir basta y actuar integralmente.
Por todo ello, el Gobierno ha querido aprobar el anteproyecto de Ley Org¨¢nica Integral contra la violencia ejercida sobre las mujeres. Este texto no es una mera declaraci¨®n de intenciones. La ley establece los derechos de las mujeres v¨ªctimas de violencia y los deberes de los poderes p¨²blicos para tutelar esos derechos, as¨ª como los medios precisos para una efectiva garant¨ªa de los mismos, siempre desde una perspectiva de apoyo incondicional a las v¨ªctimas y con tolerancia cero para con los maltratadores.
Se trata no s¨®lo de responder desde el Estado a las necesidades de las mujeres cuando la violencia se produce, sino tambi¨¦n de prevenir el problema antes de que llegue a materializarse. Para ello, el proyecto de ley establece un conjunto de medidas de sensibilizaci¨®n en los ¨¢mbitos de la educaci¨®n y de la publicidad.
El anteproyecto de ley tambi¨¦n contempla la participaci¨®n activa de las instituciones y profesionales sanitarios, cuya implicaci¨®n se ha demostrado eficaz en la lucha contra los malos tratos. Los centros sanitarios cuentan desde hace tiempo con protocolos de actuaci¨®n para las v¨ªctimas de malos tratos. Pero su intervenci¨®n debe ir m¨¢s all¨¢, con actuaciones en el ¨¢mbito de la prevenci¨®n, el diagn¨®stico precoz y el apoyo psicol¨®gico a las v¨ªctimas, en coordinaci¨®n con otros profesionales e instituciones implicadas. Los estudios de que disponemos han puesto de manifiesto que la casi totalidad de las v¨ªctimas visitaron a su m¨¦dico de cabecera tras sufrir la primera agresi¨®n e incrementaron durante el a?o siguiente la frecuentaci¨®n de la consulta al m¨¦dico, con s¨ªntomas o trastornos f¨ªsicos y ps¨ªquicos poco espec¨ªficos.
A juicio de los especialistas, estos s¨ªntomas constituyen la carta de presentaci¨®n de los malos tratos. Reconocerlos y apoyar a las mujeres que los sufren y a sus hijos puede prevenir problemas futuros. De ah¨ª la importancia de fomentar una mayor implicaci¨®n de los profesionales de la salud en la lucha contra la violencia dom¨¦stica, porque mediante el diagn¨®stico precoz se pueden evitar cientos de agresiones, malos tratos y muertes.
Los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria est¨¢n, pues, en una situaci¨®n excepcional para detectar la existencia de un problema de violencia, y constituyen el eslab¨®n m¨¢s eficaz para poner en marcha los recursos para proteger a la v¨ªctima. Me consta la sensibilizaci¨®n que ya existe entre los profesionales y sociedades cient¨ªficas de atenci¨®n primaria por luchar contra la violencia dom¨¦stica. Un compromiso que desde el Ministerio de Sanidad y Consumo queremos incrementar, en el marco de este anteproyecto de Ley de Integral.
La implicaci¨®n de profesionales e instituciones sanitarias se articular¨¢ a trav¨¦s del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. El Ministerio de Sanidad y Consumo promover¨¢ desde este organismo, en el que se integran la Administraci¨®n del Estado y las comunidades aut¨®nomas, medidas encaminadas a incrementar el grado de sensibilizaci¨®n y a mejorar la formaci¨®n y la dotaci¨®n de medios que necesitan los profesionales para poder identificar a las personas de riesgo, efectuar un diagn¨®stico precoz de la situaci¨®n de violencia y desencadenar los mecanismos de atenci¨®n, protecci¨®n y rehabilitaci¨®n de la v¨ªctima.
?sta es nuestra mayor apuesta. Con ello queremos sentar las bases para una sociedad m¨¢s justa y democr¨¢tica, desde la convicci¨®n de que la formaci¨®n en valores, la eliminaci¨®n de la publicidad denigrante para la mujer y la detecci¨®n precoz de la violencia son pilares esenciales para erradicar el problema en el futuro.
El Gobierno ha querido que su primer anteproyecto de Ley sea para defender los derechos fundamentales, para defender el derecho fundamental de las mujeres a la igualdad, a la libertad, a la seguridad. Esta ley es un instrumento que pretende proteger y reparar y que, sin duda, responde a un sentir social que alcanza dimensiones de clamor. Pero no puede sustituir nuestro deber colectivo: basta, basta de maltrato a las mujeres, basta de violencia, basta de desigualdades. Es nuestro deber, el de todos.
Elena Salgado es ministra de Sanidad.
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