Humillados y ofendidos
"Los hombres volver¨¢n a ser hermanos", cant¨¢bamos: mientras, apaleaban, encarcelaban, deportaban a los sin papeles de Barcelona; mientras, los municipales de Madrid hac¨ªan sus razias de chicas en la Gran V¨ªa, en las calles donde se ganan la vida. Cant¨¢bamos el desprop¨®sito en Localia, con Gurruchaga, por el cumplea?os de Miguel R¨ªos, de quien los comentaristas muestran un raro asombro de que haya cumplido 60 a?os: no son nada, y le quedan muchos. Era su himno a la alegr¨ªa; est¨¢n las cosas como para la alegr¨ªa, y estaba pasando aqu¨ª la persecuci¨®n a los parias de la tierra, que es de otro himno, al que renunci¨® el PSOE. Cuando Reagan, creo. Lo peor: es el "nuevo gobierno", el que sigue pidiendo el voto ¨²til para que no se les vaya a la izquierda. Mejor ser¨ªa que gobernara tambi¨¦n para la izquierda; no para la de sal¨®n, sino para la desgraciada. Los ilotas, que dec¨ªan los griegos: "Persona que se halla o se considera despose¨ªda de los goces y derechos de ciudadano". Dice el alcalde de Barcelona de los inmigrantes que "les est¨¢n utilizando": ?qui¨¦nes? ?Los comunistas, los terroristas, el PP, que no les renov¨® los papeles sin los cuales no son humanos? Una de las mujeres del Gobierno dice que "se orinaron en el altar" de la catedral en que se refugiaban. ?Todos? ?Uno? ?Qui¨¦n se lo ha dicho? Y Zapatero anuncia que no se van a dar papeles a todos.
?Por qu¨¦? Son inmigrantes legales: su permiso caduca, se debe considerar renovado a los tres meses si no reciben notificaci¨®n en contra; no han recibido nada porque la Administraci¨®n no tiene tiempo: y los empresarios les rescinden sus contratos. A la calle, a su pa¨ªs. Se refugian "en sagrado", como antes los delincuentes. ?Antes! Ahora, entran los guardias y les sacan. Como sea. Cuando Franco, las chicas "malas" sal¨ªan huyendo de las callejuelas de la Gran V¨ªa -de Jos¨¦ Antonio, digo-, se agarraban al brazo del que pasaba y ped¨ªan que dijera que era su novia. Lo he hecho m¨¢s de una vez. Ahora, si el octogenario rojo dice que es su novia la negrita que huye, nos llevan a los dos. Los municipales les piden los papeles. A la extranjeras, claro. Las otras son viejas amigas. Peor que cuando Franco: entonces las cortaban el pelo, las violaban en la Puerta del Sol y las mandaban al Campo de Nanclares; luego, volv¨ªan a su puesto. Ahora las devuelven a sus pa¨ªses. Sin m¨¢s esperanza que otra patera. O el sida.
?Ministros de Interior!
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