Peter Sellars recupera una tragedia de Eur¨ªpides para debatir sobre inmigraci¨®n
El director teatral estadounidense presenta en el Lliure el montaje "The children of Herakles"
"Eur¨ªpides demuestra lo fr¨¢giles que son las cosas por las cuales lucha una democracia"
La tragedia explica la historia de los hijos de H¨¦rcules, perseguidos por el rey de Argos, Euristeo, quien despu¨¦s de matar al h¨¦roe pretende acabar con toda su descendencia para evitar cualquier reclamaci¨®n de su trono. Es una acci¨®n preventiva que el viejo y cansado Yolao, sobrino de H¨¦rcules, y Alcmena, madre del h¨¦roe, intentan evitar huyendo a otras tierras. Sin ¨¦xito. Euristeo env¨ªa mensajeros all¨¢ donde llegan instando a devolverle a los fugitivos bajo amenaza de declarar la guerra. S¨®lo Atenas, la ciudad de la democracia, acepta protegerlos. Pero pagar¨¢ las consecuencias.
The children of Herakles es la personal respuesta al 11-S del controvertido Peter Sellars, que en Espa?a hab¨ªa presentado antes sus pol¨¦micas y aclamadas adaptaciones de Las bodas de F¨ªgaro (Barcelona, 1991) e Historia de un soldado (Madrid, 1999). Frente a la opci¨®n tomada por su Gobierno de considerar a casi todo extranjero como un potencial enemigo, Sellars apuesta por el di¨¢logo y la comunicaci¨®n. "Est¨¢ claro que tenemos que mejorar nuestras relaciones", indic¨® el director el pasado s¨¢bado en Amsterdam despu¨¦s de que este montaje inaugurara el viernes el festival de verano de la ciudad. Para Sellars, los refugiados y, por extensi¨®n, los inmigrantes, "son gente excepcional que se han visto obligados a dejar toda su vida atr¨¢s para iniciarla en otra parte, a partir de cero. Es un grupo de gente muy poderosa y valiente a los que desde Occidente hemos decidido criminalizar. Esta gente tiene vida, familia, y s¨®lo los tratamos como una cuesti¨®n burocr¨¢tica. Ni siquiera es un tema de derechas e izquierdas, es algo que tenemos que resolver como seres humanos, no como animales pol¨ªticos".
Para situar al espectador en el contexto actual de la tragedia, antes de la representaci¨®n y en el mismo escenario, se presenta un debate o coloquio en el que participan inmigrantes, t¨¦cnicos, pol¨ªticos y otras personas relacionadas con el tema desde m¨²ltiples vertientes, adem¨¢s del p¨²blico. Los invitados cambian cada d¨ªa y se ajustan a los problemas concretos de cada pa¨ªs. "Tal vez la cuesti¨®n m¨¢s importante ahora para un artista es la necesidad de crear contextos", indica Sellars. "Ves un gesto, un palestino suicida o lo que sea, pero no conoces su contexto. No sabes si era valent¨ªa o locura, si era agresivo o generoso. En el montaje, todos juntos creamos nuestro contexto en el que reconocemos ciertas experiencias; as¨ª, a lo largo de la velada tenemos una comprensi¨®n com¨²n de lo que significa decir algo en un determinado momento". Para moderar el debate busca siempre a un personaje televisivo, que en Espa?a ser¨¢ Mercedes Mil¨¢, y que despu¨¦s en la representaci¨®n lee tambi¨¦n la parte del coro. "En Eur¨ªpides, el coro es el p¨²blico y el l¨ªder del coro es el que representa a la opini¨®n p¨²blica, que hoy en d¨ªa est¨¢ representada por la televisi¨®n", indica.
Despu¨¦s de esta intensa introducci¨®n, que modifica la mirada del espectador sobre la obra, comienza, tras un descanso, la representaci¨®n propiamente dicha. En ingl¨¦s, con subt¨ªtulos en el idioma del pa¨ªs, y una ¨²nica modificaci¨®n del texto original que sustituye la palabra "rey" por la de "presidente". En el centro del escenario casi desnudo sit¨²a una tarima desde la que Ulzhan Baibussynova canta bellos y profundos cantos del Kazajst¨¢n. Hace las veces de Zeus y bajo su protecci¨®n, sobre unos sacos de dormir situados en el suelo, un grupo de ni?os refugiados (en Barcelona son alumnos inmigrantes de un instituto) act¨²an pero no hablan, como testigos mudos de una tragedia de la que son protagonistas y sobre la que no se les da opci¨®n a decidir. "En este sentido, la obra es muy actual", recuerda Sellars. Los actores profesionales est¨¢n caracterizados como si salieran de un noticiario de la CNN. Yolao (Jan Triska) es un viejo paral¨ªtico que agota sus pocas fuerzas intentando proteger a los ni?os. Le ayuda Alcmena (Ruth Maleczech), una vieja ataviada con una burka que ha llorado muchas muertes, entre ellas la de su nieta Macaria (Zainab Jah), que se inmola para salvar a su pueblo y acaba llevada en brazos como los m¨¢rtires palestinos. El heraldo de Euristeo (Karen Kandel) parece un clon de Condoleezza Rice y Demofonte (Brenda Wehle) es una mujer ejecutiva a lo Mary Robinson. El mensajero va con uniforme militar estadounidense y Euristeo (Cornel Gabara) aparece al final encapuchado y de naranja, como los prisioneros de Guant¨¢namo.
No es una obra f¨¢cil de digerir. Sellars no quita crudeza al texto de Eur¨ªpides y al final es la v¨ªctima, Alcmena, la que clama venganza y pide la pena de muerte para Euristeo en contra de la opini¨®n de los atenienses. "No es una resoluci¨®n simple. Eur¨ªpides demuestra lo fr¨¢giles que son las cosas por las cuales lucha una democracia. Necesitamos a?os y a?os para crear progreso, y en un momento todo puede ir hacia atr¨¢s".
Babelia
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