El exhibicionismo de Janis Lennon y John Joplin

Por lo que cuentan los libros, Janis Joplin y John Lennon nunca se encontraron: la cantante ten¨ªa su base en San Francisco y, durante sus a?os de fama, Lennon no viaj¨® a California ni tampoco hizo demasiada vida social (al igual que Janis, estaba experimentando con la hero¨ªna). Murieron con 10 a?os de diferencia y de formas antinaturales: ella, por una sobredosis de droga excesivamente pura; ¨¦l, asesinado por un descerebrado.

Sin embargo, no cuesta mucho imaginar que alguien se haya quedado colgado simult¨¢neamente de personajes tan emblem¨¢ticos de la revoluci¨®n cultural de los sesenta. Joplin y Lennon se demostraron maestros de la expresi¨®n visceral. Janis era una hiperdramatizadora de las alturas y (sobre todo) las profundidades de la experiencia amorosa. En discos y en directos, Janis encarnaba a la Gran Sufridora pero su p¨²blico ya sab¨ªa lo suficiente de su legendaria vida -promiscuidad, bisexualidad- para relativizar ese Teatro de la Angustia. Adem¨¢s, ella invocaba constantemente el carpe diem.

En Lennon tambi¨¦n hab¨ªa exhibicionismo. En el seno de los Beatles, era el descarado, el sarc¨¢stico, el bocazas ("somos m¨¢s populares que Jesucristo"). Pero fue con la llegada de Yoko Ono cuando Lennon elimin¨® pudores para fundir su vida y su arte; convert¨ªa en canci¨®n los detalles de su segunda boda (The ballad of John and Yoko) o su cura de desintoxicaci¨®n (Cold turkey), aparte de enriquecer el repertorio de agitaci¨®n y propaganda (Give peace a chance, Happy Xmas, war is over, el disco Sometime in New York City).

Con John Lennon and the Plastic Ono Band inaugur¨® la l¨ªnea confesional, potenciada por la terapia del primal scream del Dr. Janov. Antes de las simplezas de Imagine, John Lennon se convirti¨® en modelo generacional por su predisposici¨®n -incluso deleite- para desnudarse en p¨²blico y compartir sus traumas, sus deficiencias emocionales, sus contradicciones y hasta -?sacrilegio!- su desencanto con los Beatles.