Meg Ryan pierde el norte
Si Meg Ryan quer¨ªa darle un giro a su carrera lo ha conseguido de sobra. Eso s¨ª, suerte tendr¨¢ si encuentra de nuevo el sendero correcto, porque su empe?o en dejar de ser por una vez la chica simp¨¢tica de la pel¨ªcula le puede costar caro. Contra las cuerdas, en la que interpreta a una hortera y egoc¨¦ntrica representante de boxeo, es no s¨®lo el peor filme de su vida, sino que, por poner un ejemplo m¨¢s ilustrativo, tambi¨¦n ser¨ªa el peor de la filmograf¨ªa de Angelina Jolie, una de esas actrices que se convierten en estrellas sin haber protagonizado una sola buena pel¨ªcula. El pasado a?o, Meg ya intent¨® girar las tornas con su incursi¨®n en la independiente En carne viva, en la que se atrev¨ªa incluso a desnudarse. Extra?a, pretenciosa y fallida, al menos estaba dirigida por Jane Campion, directora con el prestigio suficiente como para intentar probar registros nunca experimentados.
CONTRA LAS CUERDAS
Direcci¨®n: Charles S. Dutton. Int¨¦rpretes: Meg Ryan, Omar Epps, Charles S. Dutton, Tony Shalhoub. G¨¦nero: drama. EE UU, 2004. Duraci¨®n: 111 minutos.
La retah¨ªla de t¨®picos llega al extremo de que parece una parodia de las pel¨ªculas de boxeo
Lo que no se entiende en modo alguno es que Ryan haya decidido rodar Contra las cuerdas. La retah¨ªla de t¨®picos inmersa en su gui¨®n llega al extremo de que, en muchos momentos, parece m¨¢s una parodia de las pel¨ªculas de boxeo que una producci¨®n seria. De otro modo no pueden entenderse secuencias como la del encuentro en un barrio marginal con el boxeador negro que la llevar¨¢ a la gloria del negocio, o la del discurso en el rinc¨®n del cuadril¨¢tero cuando su pupilo, harto de tanto ego masajeado, parece perdido para la causa del campeonato del mundo de pesos medios. Los combates est¨¢n p¨¦simamente coreografiados y Charles S. Dutton (habitual actor, aqu¨ª en un papel secundario, pero tambi¨¦n director de este descalabro) siempre echa mano de las fanfarrias musicales para intentar demostrar que all¨ª est¨¢ pasando algo importante, aunque lo ¨²nico que se vea y se oiga a trav¨¦s de la pantalla sean frases mil veces repetidas y abundantes moh¨ªnes de ni?a mona con disfraz de barriobajera.
Con un punto de partida semejante a Jerry Maguire (un representante deportivo en horas bajas lleva a la cima a un desconocido), Contra las cuerdas convierte el "?ens¨¦?ame la pasta!" de la pel¨ªcula de Tom Cruise en pura l¨ªrica contempor¨¢nea. El desbarajuste es tal que un rival del p¨²gil representado por la chica llega a cagarse en los pantalones en pleno combate (y no es una met¨¢fora) tras beber un zumo de naranja contaminado con un laxante.
As¨ª pues, los seguidores de la siempre encantadora Meg Ryan (?por qu¨¦ demonios le han depilado tanto las cejas?) van a sentirse decepcionados al ver a su actriz favorita en una producci¨®n con un ¨²nico m¨¦rito, ser al mismo tiempo zafia y cursi. Tanto que, cuando en la secuencia final un numeroso grupo de amigos ovaciona a su personaje por motivos que no vienen al caso y en su rostro surgen las l¨¢grimas, no parece sino el llanto provocado por el error de su vida. De momento, ya ha tomado cartas en el asunto: acaba de firmar un contrato para rodar una nueva comedia rom¨¢ntica con Tom Hanks.
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