Caro contra el mito
Caro Baroja es uno de esos autores a los que habr¨ªa que revisitar de vez en cuando por sistema, aunque s¨®lo fuera para verificar el buen estado de un pensamiento como el suyo. Ah¨ª est¨¢n las reediciones de sus libros m¨¢s importantes, y de obras menores -m¨¢s breves, que no menos profundas-, como El mito del car¨¢cter nacional, cuyo original apareci¨® en 1970. Est¨¢ claro que Caro Baroja no escribi¨® este libro para polemizar con sus colegas coet¨¢neos. Ni por su ¨¦nfasis en la dimensi¨®n diacr¨®nica -la antropolog¨ªa brit¨¢nica ya hab¨ªa redescubierto la historia y la francesa nunca la hab¨ªa perdido de vista- ni por su desmentido de las teor¨ªas culturalistas sobre el temperamento ¨¦tnico -la mayor¨ªa de antrop¨®logos norteamericanos las hab¨ªan abandonado-. A lo que se enfrenta es a las convicciones relativas a la existencia de una presunta idiosincrasia nacional espa?ola -y de cualquier otro sitio-, que no s¨®lo constitu¨ªan uno de los soportes ideol¨®gicos del r¨¦gimen franquista sino que hab¨ªan impregnado una cierta forma de pensar la espa?olidad.
EL MITO DEL CAR?CTER NACIONAL
Julio Caro Baroja
Caro Raggio. Madrid, 2004
118 p¨¢ginas. 11 euros
Lo que hace Caro es argumentar
sobre la naturaleza m¨ªtica del pueblo como "forma de ser". Sin ser ni verdad ni mentira en s¨ª mismos, los mitos son mitos porque no se discute su condici¨®n de verdaderos, como verdaderos son los efectos que producen en quienes los escuchan y los cuentan luego. Lo que hace m¨ªtico el car¨¢cter nacional -espa?ol en este caso- es que no puede conocer otra cosa que versiones, sin que ninguna de ellas pueda ser reconocida como la original.
Caro nos demuestra c¨®mo las leyendas relativas a la manera de ser de los espa?oles han ido cambiando desde que empiezan a circular con los escritores renacentistas que intentan imitar a Herodoto, Estrab¨®n o T¨¢cito hasta el espa?olismo fascista que prepara ideol¨®gicamente el levantamiento militar de 1936. Entremedio, un recorrido por las interpretaciones barrocas, ilustradas, rom¨¢nticas y regeneracionistas de la caracterolog¨ªa espa?ola, seg¨²n las cuales los hispanos han sido soberbios, laxos, violentos, sutiles, valientes, religiosos, hospitalarios, hidalgos, fan¨¢ticos
..., y todo lo contrario. As¨ª pues, de G¨®is, Servet y Milton a Ramiro de Maeztu y Gim¨¦nez Caballero, pasando por Graci¨¢n, Pe?alosa, Saavedra, el abate Masdeu, Jos¨¦ Cadalso, Altamira, Ganivet, Madariaga... Una galer¨ªa de diagn¨®sticos arbitrarios sobre el genio o/y la miseria atribuibles a los espa?oles. Y todas y cada una asociadas a circunstancias vinculadas a la dif¨ªcil y crispada construcci¨®n del Estado espa?ol, en permanente conflicto consigo mismo y con los dem¨¢s.
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