Una novela necesaria
Y hab¨ªa de ser un joven sevillano de apenas 30 a?os quien por fin llegara a poner algunos puntos sobre las ¨ªes y metiera un barrido a tanta chatarrer¨ªa sentimental, a tanto docudrama nost¨¢lgico, a tanta memoria coloreada que de un tiempo a esta parte inunda este pa¨ªs con la pretensi¨®n, dicen, de hurgar en su historia reciente.
Ni la Guerra Civil ni la transici¨®n: desde?ando el tir¨®n narrativo del que se benefician en la actualidad una y otra, Isaac Rosa se adentra en el inmenso agujero negro que se abre entre las dos: esos cuarenta a?os de franquismo cuya negra sombra todav¨ªa hipoteca el presente. Y lo hace con la firme resoluci¨®n de no dejarse embaucar por los discursos heredados.
EL VANO AYER
Isaac Rosa
Seix Barral. Barcelona, 2004
462 p¨¢ginas. 17 euros
Isaac Rosa ha escrito la primera gran novela sobre el franquismo debida a un autor que no lo padeci¨® directamente
Se ve¨ªa venir, todo hay que decirlo. Se le ten¨ªa ganas al asunto, por parte al menos de los m¨¢s insumisos miembros comprendidos dentro de la ancha franja generacional que cabe agavillar bajo el r¨®tulo de "los ni?os de la transici¨®n". Pero los acercamientos a los largos a?os de la dictadura y -sobre todo- a sus postrimer¨ªas emprendidos hasta ahora por quienes cuentan en la actualidad menos de cuarenta a?os han solido echar mano del choteo m¨¢s o menos gamberro para trazar una visi¨®n jocosa y, por as¨ª decirlo, chiripitifl¨¢utica del franquismo, que Guillem Mart¨ªnez acert¨® a bautizar como Franquismo pop (tal fue el t¨ªtulo bajo el que reuni¨®, en un libro que pas¨® injustamente inadvertido, un pu?ado de textos que frecuentaban en su mayor¨ªa esta onda).
Armado por su parte de iron¨ªa -de feroz y sangrante iron¨ªa-, de humor, de sarcasmo, pero imbuido a la vez de una aut¨¦ntica voluntad de interpelaci¨®n y de una contundente mala leche (que no confunde la valent¨ªa con la travesura, la inquietud formal con el esp¨ªritu juguet¨®n, y que no se embelesa indulgentemente con el kitsch de los a?os sesenta y los setenta), Isaac Rosa ha escrito, para su generaci¨®n y para las que vienen, pero tambi¨¦n para sus mayores, la primera gran novela sobre el franquismo debida a un autor que no lo padeci¨® directamente. Ha escrito, adem¨¢s, una novela extraordinaria. Una novela que en sus primeras p¨¢ginas se plantea expl¨ªcitamente la exigencia de resultar necesaria. Y lo consigue. Despu¨¦s de haberla le¨ªdo no cabe ninguna duda: exist¨ªa la necesidad de una novela como El vano ayer, y hay que aplaudir su advenimiento.
No se olvide: la denuncia del r¨¦-
gimen y de la sociedad franquista dio lugar a algunas de las m¨¢s importantes novelas espa?olas del ¨²ltimo medio siglo. Con savias del todo nuevas, afinc¨¢ndose muy conscientemente en la perspectiva del presente, El vano ayer, del autor sevillano, sume e impugna la herencia de la que se nutre, y se alinea en la poderosa corriente cr¨ªtica que, dilatando los horizontes del propio g¨¦nero, dio pie a algunas decisivas novelas de autores como Luis Mart¨ªn Santos, Juan y Luis Goytisolo, Miguel Espinosa, Juan Mars¨¦ o Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n. Lo menos que cabe decir de El vano ayer es que, sin desmerecerlo, entronca por derecho propio con este linaje, sin que de ning¨²n modo pueda tach¨¢rsela de novela epigonal, m¨¢s bien todo lo contrario.
Entre los alicientes principales de El vano ayer se cuenta una sever¨ªsima contestaci¨®n de los moldes narrativos que no s¨®lo a trav¨¦s de la literatura, sino tambi¨¦n del cine e incluso de la televisi¨®n, han contribuido a conformar, a menudo con poses supuestamente comprometidas, "una memoria que es fetiche antes que uso; una memoria de tarareo antes que de conocimiento, una memoria de an¨¦cdotas antes que de hechos, palabras, responsabilidades: en definitiva, una memoria m¨¢s sentimental que ideol¨®gica".
Toda la novela se construye en contra de esa memoria hegem¨®nica, y en la medida que es as¨ª se cuestiona e indaga -desde "el hartazgo ante cierta escritura de plantilla"- su propia viabilidad en cuanto novela, en cuanto relato, en cuanto artefacto ret¨®rico, dando lugar a una lograd¨ªsima estructura de "novela en marcha", una variante narrativa de eso de "catorce versos dicen que es soneto...", que con impresionante solvencia, y entre carcajadas temibles, dibuja en este caso, como sin pretenderlo, el destino tr¨¢gico de un oscuro profesor universitario implicado en los graves disturbios estudiantiles que conmovieron el r¨¦gimen de Franco en los a?os sesenta.
Las averiguaciones y las espe-
culaciones en torno a las circunstancias que habr¨ªan conducido a la detenci¨®n e inmediata expulsi¨®n del pa¨ªs de Julio Denis (tal es el nombre del supuesto profesor, id¨¦ntico al de un seud¨®nimo empleado en su d¨ªa por Julio Cort¨¢zar) sirven a Isaac Rosa de pretexto para elevar una dur¨ªsima requisitoria al franquismo, a la brutalidad de su sistema policial, a la corrupci¨®n moral que implant¨® en el pa¨ªs y de la que no deja de ser fruto la "repugnante nostalgia" que en m¨¢s de una ocasi¨®n apunta en los recuentos costumbristas que hoy se hacen de aquel tiempo.
Las dos citas que presiden el libro declaran muy abiertamente su rumbo. La primera procede de La memoria insumisa, de Nicol¨¢s Sartorius y Javier Alfaya: "Leyendo a determinados escritores, oyendo a ciertos pol¨ªticos y visionando algunas pel¨ªculas, se dir¨ªa que militar en el antifranquismo fue hasta divertido". La segunda son dos versos de Antonio Machado que inspiran a Isaac Rosa el t¨ªtulo de su novela: "El vano ayer engendrar¨¢ un ma?ana / vac¨ªo y ?por ventura! pasajero". Isaac Rosa ha publicado con anterioridad una pieza dram¨¢tica, Adi¨®s muchachos (Premio Caja Espa?a de Teatro Breve 1997), la novela La malamemoria (Del Oeste Ediciones, 2000) y varios relatos desperdigados en distintos libros colectivos. Es coautor, adem¨¢s, del ensayo Kosovo, la coartada humanitaria (Ediciones Vosa, 2001), un l¨²cido y premonitorio balance de las mentiras y las manipulaciones con que fue amparada la intervenci¨®n internacional en aquella guerra.
Con ocasi¨®n de la publicaci¨®n de El vano ayer, Rosa redact¨® para la prensa un breve texto que no tiene desperdicio, donde se plantea las condiciones en que le cabe a un menor de 30 a?os escribir acerca del franquismo. El texto plantea c¨®mo "a la carencia de recuerdos se une la insatisfacci¨®n acerca de la oferta de recuerdos disponibles". Y concluye: "Es necesario entonces recordar pregunt¨¢ndome a la vez por qu¨¦ recuerdo as¨ª, por qu¨¦ me hacen recordar as¨ª. Es necesaria una memoria reflexiva, autocr¨ªtica, diseccionada. Reformular las preguntas, aunque se demoren las respuestas. Escribir lo que no recuerdo, pero tambi¨¦n lo que otros no recuerdan, aunque deber¨ªan".
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