Los chicos de la gorra
S¨¢ez ha dado la responsabilidad a un buen n¨²mero de j¨®venes con los que construy¨® un palmar¨¦s fabuloso en las categor¨ªas inferiores
Cuando I?aki S¨¢ez habla de la selecci¨®n, lo hace con la confianza del entrenador que se siente m¨¢s que c¨®modo con los jugadores. Nunca ha dirigido a un grande del f¨²tbol europeo, ni ha parecido especialmente satisfecho en el ajetreo cotidiano de la Liga. Dirigi¨® al Athletic en periodos de interinidad que pusieron a prueba su fama de hombre sensanto, se aventur¨® en el Albacete y en Las Palmas, desapareci¨® brevemente de escena y regres¨® al lugar que prefiere: la gesti¨®n del f¨²tbol juvenil y aleda?os. La ruptura entre Javier Clemente y Andoni Goikoetxea signific¨® la llegada a la federaci¨®n de S¨¢ez. Lo hizo en silencio, con el discreto talante que le caracteriza y sin otro objetivo que materializar las excelentes a?adas de j¨®venes jugadores espa?oles. Nunca se le vio como un futurible en la selecci¨®n. Estaba m¨¢s cerca de los 60 que de los 50 a?os y, desde luego, no ofrec¨ªa el perfil que hab¨ªa definido a los ¨²ltimos seleccionadores, Javier Clemente y Jos¨¦ Antonio Camacho, dos hombres de potente personalidad que tend¨ªan a eclipsar a los jugadores. Eran los equipos de Camacho y Clemente, no los de Ra¨²l o Hierro. Refugiados a la sombra de ambos, los futbolistas siempre dieron la sensaci¨®n de delegar en los entrenadores las responsabilidades que deb¨ªan asumir ellos. ?Puede ser esa dejaci¨®n una de las causas de la mediocre respuesta de la selecci¨®n en los grandes torneos? ?ste es el momento de comprobarlo. Pocos entrenadores est¨¢n m¨¢s alejados de los perfiles de Clemente y Camacho que I?aki S¨¢ez, ex jugador del Athletic, extremo reconvertido con ¨¦xito a lateral derecho en los a?os 60, director de la cantera de Lezama y ahora seleccionador.
Pocos t¨¦cnicos est¨¢n m¨¢s alejados del perfil de Clemente o Camacho, sus antecesores
Cuando Camacho confes¨® el hast¨ªo que le produc¨ªa el plan de la selecci¨®n y regres¨® al inquietante mundo de la Liga portuguesa, la Federaci¨®n Espa?ola se encontr¨® con escasas posibilidades de elecci¨®n. Era julio de 2002 y todos los entrenadores de prestigio ten¨ªan destino en los diferentes equipos de la Liga. La apuesta fue parecida a la del Madrid con Del Bosque. Dos t¨¦cnicos de perfil bajo, habituados a trabajar de forma callada en las categor¨ªas inferiores y con buena mano con los futbolistas. Con otro punto en com¨²n: les lleg¨® la oferta en momentos de crisis, de falta de liderazgo en el Real Madrid y en la federaci¨®n. S¨¢ez acept¨® el desaf¨ªo, conocedor del grado de interinidad que ten¨ªa el compromiso. Sin apoyos medi¨¢ticos, despu¨¦s de tantas decepciones del equipo, hab¨ªa algo de debilidad en su posici¨®n. Su respuesta fue simple: utilizar los recursos que mejor conoc¨ªa, es decir, los chicos que durante a?os le hab¨ªan respondido como a nadie en las diferentes categor¨ªas de la selecci¨®n espa?ola.
Desde su designaci¨®n como entrenador de las selecciones que preceden a la absoluta, S¨¢ez confeccion¨® un palmar¨¦s formidable: campe¨®n de Europa sub 19, campe¨®n del mundo sub 20 y subcampe¨®n ol¨ªmpico en Sydney 2000. En ese periodo de ¨¦xito, el t¨¦cnico tom¨® buena nota de los jugadores que ahora son indiscutibles en la selecci¨®n. Casillas, Aranzub¨ªa, Puyol, Gabri, Marchena, Joaqu¨ªn, Xavi, Xabi Alonso, Vicente y Fernando Torres subieron todos los pelda?os de la mano de I?aki S¨¢ez. Ninguno de ellos supera los 24 a?os, algunos tienen la m¨¢xima consideraci¨®n en sus equipos y, en el caso de Torres, Vicente, Xabi Alonso y Puyol, estamos antes futbolistas de gran relieve internacional.
Algunos de los titubeos de la selecci¨®n en los dos ¨²ltimos a?os est¨¢n relacionados con la progresi¨®n de estos jugadores. S¨¢ez les dio carta de naturaleza en el equipo nacional cuando no hab¨ªan cumplido 20 a?os, o apenas lo hab¨ªan hecho. Les eligi¨® para defender el prestigio de un f¨²tbol insatisfecho con los resultados de su equipo nacional. Les oblig¨® a asumir responsabilidades enormes para chicos tan j¨®venes. Y ¨¦l se apart¨® a un plano lateral. La respuesta ha sido intachable. Los j¨®venes llegan a la Eurocopa con la experiencia suficiente, las garant¨ªas necesarias y el ambiente preciso como para demostrar todo aquello que consiguieron con S¨¢ez en las categor¨ªas inferiores.
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