Cuarenta a?os no son nada
Espa?a no ha vuelto a triunfar desde que en 1964 conquistara el Campeonato de Europa ante Rusia, su rival de hoy, un equipo impredecible que tiende al fracaso
Si el f¨²tbol est¨¢ atento a los gui?os del destino y tiene algo de cabal¨ªstico, ser¨¢ interesante atender al partido que disputar¨¢n Espa?a y Rusia en Faro, arranque de la selecci¨®n en la Eurocopa y encuentro que remite a la hist¨®rica final que se disput¨® en el Bernab¨¦u hace 40 a?os. All¨ª gan¨® Espa?a su ¨²nico gran torneo, en circunstancias sociopol¨ªticas muy diferentes, ante el equipo del cual es heredera la actual Rusia. El trayecto desde entonces obliga a hablar en t¨¦rminos parecidos de dos selecciones que siempre han rendido por debajo de lo esperado. La decepci¨®n ha sido mayor en Espa?a, cuyos ¨¦xitos en las competiciones de clubes se sit¨²an en las ant¨ªpodas de los resultados obtenidos por el equipo nacional, habitual desertor en los cuartos de final de los grandes campeonatos. Tanto fracaso ha alimentado el escepticismo entre los aficionados, que esperaban grandes cosas en los ¨²ltimos torneos. Ahora nadie espera nada. Los acontecimientos dir¨¢n lo que vale la selecci¨®n en estos d¨ªas.
Algunos precedentes son optimistas. Espa?a se clasific¨® en la repesca en medio del rechazo general y de la reacci¨®n de los jugadores, que hicieron causa com¨²n con I?aki S¨¢ez, el seleccionador. Desde entonces, un aire de cohesi¨®n y buen ambiente preside el equipo. Tampoco pueden olvidarse los notables partidos que ha jugado Espa?a frente a Portugal e Italia, los dos disputados en el campo del rival y saldados con una victoria y un empate m¨¢s que convincentes. Otra particularidad es el protagonismo que han adquirido los jugadores frente a su subsidiaria posici¨®n en las ¨¦pocas de Clemente y Camacho. Y por ¨²ltimo, Espa?a ofrece alternativas novedosas en su juego. Cuenta con Fernando Torres, lo que significa velocidad y dinamismo en el centro de la delantera, y maneja variantes interesantes en el centro del campo, donde puede pasar de lo grueso a lo fino y viceversa. Por lo dem¨¢s, se mantienen jugadores contratados, con Ra¨²l a la cabeza.
El equipo, o la plantilla, suena a algo compacto. No hay divismos, no se han generado conflictos, no existen las artificiales tensiones de otras ocasiones. Y se juega al lado de casa. Todas las condiciones est¨¢n puestas para que Espa?a desarrolle su mejor versi¨®n. Si con ella alcanza para el ¨¦xito, es discutible, pero no imposible. Es cierto que al equipo le falta poder¨ªo atl¨¦tico y que su defensa no ofrece garant¨ªas suficientes, pero la trayectoria de la selecci¨®n en los ¨²ltimos meses ha sido creciente. Los j¨®venes llegan avalados con grandes ¨¦xitos en sus etapas anteriores y con la experiencia necesaria para frontar la Eurocopa sin complejos. M¨¢s o menos es lo que ayer dijeron R¨¢ul y Baraja en Faro, y lo que manifest¨® S¨¢ez, que se confes¨® feliz con el equipo. Todos se?alaron tambi¨¦n la importancia capital del primer partido. ?ste es frente a Rusia. No es aquella URSS del gran Yashin y Chislenko. Es el impredecible equipo que tiende al fracaso en los grandes momentos. Jugadores buenos no le faltan. Excepcionales, no tiene ninguno, aunque el joven Ismailov es un futbolista a tener en cuenta. Los portavoces espa?oles no dieron la impresi¨®n de temor o dudas en la vigilia del partido. Hablaron de Espa?a como protagonista del encuentro y anticiparon una superioridad que deber¨¢ plasmarse hoy a 100 kil¨®metros de la frontera de Ayamonte.
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