Un inspector de la AMA se finge forofo para controlar a Freire

Hace dos semanas, al mediod¨ªa, cuando ?scar Freire estaba a punto de salir a comer con su mujer y unos amigos, un desconocido toc¨® el timbre del interfono de su vivienda en Suiza. "Buenas", le dijo en italiano, "?eres ?scar?". Cuando el doble campe¨®n del mundo, cuando el ganador de la ¨²ltima Mil¨¢n-San Remo, le respondi¨® afirmativamente, el desconocido le explic¨® que era un aficionado el ciclismo, un forofo suyo, que quer¨ªa saludarle. Aunque ten¨ªa prisa, Freire le abri¨® la puerta del portal y le esper¨® en la del piso para encontrarse con la sorpresa de que el supuesto aficionado no era sino un inspector de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) dispuesto a someterle a un control por sorpresa. Sorprendido y todo -por el m¨¦todo, por la r¨¢pida identificaci¨®n del inspector, que le dej¨® ver solamente un carnet de la federaci¨®n helv¨¦tica, por la soledad del inspector y la falta de testigos neutrales- Freire colabor¨® con el control y orin¨® en el frasco que le present¨®.

En realidad, el ciclista c¨¢ntabro ten¨ªa otros problemas de que preocuparse. Unos resistentes for¨²nculos en la entrepierna le molestan desde hace meses, le impiden entrenarse -fuera de forma lleg¨® el jueves fuera de control en la cronoescalada del Mont Ventoux- y convierten en dilema el resto de la temporada. Si se opera ahora, no podr¨¢ correr el Tour, lo que no gusta a su equipo, el Rabobank. Si no se opera y corre el Tour, se arriesga a no estar a punto para los Juegos Ol¨ªmpicos.