Un trasiego bien pagado
Los europarlamentarios obtienen una remuneraci¨®n promedio cada mes en torno a los 8.000-9.000 euros
Los europarlamentarios se quejan de muchas cosas, pero no del sueldo. Tienen raz¨®n cuando braman contra la extravagante decisi¨®n de mantener la sede oficial del Parlamento en la francesa Estrasburgo, adonde una semana al mes tienen que desplazarse desde su base de Bruselas para el rutinario pleno parlamentario que podr¨ªa celebrarse perfectamente en la capital belga. Es una penosa emigraci¨®n, en la que sus eurose?or¨ªas arrastran un baqueteado ba¨²l met¨¢lico con el m¨ªnimo necesario de documentos para pasar el trance.
Para compensar ¨¦sta y otras penalidades, como el continuo vaiv¨¦n entre sus lugares de residencia en los pa¨ªses de procedencia y Bruselas o Estrasburgo, los diputados europeos se las apa?an para cerrar cada mes con unos ingresos promedio en torno a los 8.000-9.000 euros, conseguidos por medios de los que ellos mismos se averg¨¹enzan.
Los europarlamentarios reciben en Bruselas la misma retribuci¨®n b¨¢sica que sus colegas de los respectivos Parlamentos nacionales, instituciones que abonan esa n¨®mina. Se produce as¨ª el extra?o fen¨®meno de que, por el mismo trabajo, un eurodiputado espa?ol recibe 2.619 euros mensuales mientras que un italiano se lleva 10.975 y un lituano tiene que sobrevivir con menos de 350, de acuerdo a un informe del Parlamento Europeo para el curso 2002-2003.
Para paliar tama?as diferencias, la Euroc¨¢mara ha previsto un sistema de igualaci¨®n por arriba que da lugar a no pocos abusos. Un diputado finland¨¦s confes¨® que explotados a fondo todos los potenciales recursos que ofrece el sistema, sus ingresos pod¨ªan superar los 20.000 euros mensuales.
Todo diputado recibe una dieta diaria de asistencia (a multiplicar por cuatro o cinco jornadas a la semana) de 262 euros para cubrir gastos de hotel, manutenci¨®n y transporte; otros 3.700 euros mensuales para mantenimiento de oficina y 12.576 euros para hacer frente cada mes a los gastos de empleo de sus secretarios parlamentarios. De estos dos ¨²ltimos renglones, el europarlamentario s¨®lo saca parcial provecho personal, pues de ellos sale la compensaci¨®n financiera que debe entregar para financiar al partido, que tambi¨¦n se hace cargo de la contrataci¨®n de sus ayudantes. Salvo que el parlamentario vaya por libre o su partido no le exija ning¨²n peaje. As¨ª es como algunos se embolsan ¨ªntegros los 3.700 euros y contratan como secretarios a miembros de su familia, una pr¨¢ctica no permitida por los partidos espa?oles.
El grueso de los beneficios liquidados por el Parlamento Europeo a cada eurodiputado deriva del abono de los viajes. Para los que utilizan el avi¨®n, la inmensa mayor¨ªa, el Parlamento fija el abono de una tarifa que es la de un billete abierto en clase turista en un compa?¨ªa de bandera y sin ninguna limitaci¨®n, entre Bruselas y el aeropuerto m¨¢s cercano al de residencia del diputado. Como justificante, el diputado s¨®lo debe presentar una tarjeta de embarque, pero no el billete, de modo que lo que ocurre es que el pol¨ªtico viaja en compa?¨ªas de vuelo baratas y se embolsa la diferencia, tanto mayor cuanto m¨¢s lejos viva de Bruselas. Desde el aeropuerto a su casa, el diputado viajero recibe 33 c¨¦ntimos por kil¨®metro, con un m¨ªnimo de 40 euros. Para los que viajen en coche o tren, la dieta es de 67 c¨¦ntimos/kil¨®metro para los primeros 500 kil¨®metros de cada trayecto de viaje y de 28 c¨¦ntimos por cada kil¨®metro adicional.
Adem¨¢s, los eurodiputados pueden reclamar 5.000 euros anuales para clases de idiomas; 3.652 euros por a?o para viajes al extranjero con motivos de trabajo (esta vez contra la presentaci¨®n de facturas) y el abono de dos trayectos de taxi semanales hasta un total de 50 euros, pese a tener a su disposici¨®n una flota de coches oficiales.
Algunos parlamentarios han intentado infructuosamente modificar este generoso r¨¦gimen retributivo. El a?o pasado lograron que el Parlamento fijara un sueldo de 8.600 euros pagadero 12 veces al a?o y eliminara el resto de las retribuciones, pero Alemania y Francia, secundados por Suecia y Austria, se negaron a aceptar el aumento de sueldo de sus eurodiputados (7.000 euros para los germanos y 5.206 para los franceses).
Desde entonces se han seguido sucediendo esc¨¢ndalos, el m¨¢s espectacular de los cuales fue el generado por el eurodiputado austriaco Hans-Peter Martin, que grab¨® con una c¨¢mara oculta a colegas (hasta acumular 7.000 casos) que firmaban el libro de asistencia (262 euros) mientras sal¨ªan corriendo hacia el aeropuerto.
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