Dise?o de retales
Me confirman la preocupaci¨®n de Javier Arenas por la situaci¨®n interna del Partido Popular de Andaluc¨ªa (PP-A), no tanto por el clima de frustraci¨®n que vive la formaci¨®n pol¨ªtica, como por el rechazo que su impuesto liderazgo genera en muchos sectores del propio partido que, tras el batacazo electoral del 14 de marzo, esperaban una regeneraci¨®n interna que evidentemente no se ha producido.
Es m¨¢s, dicha sensibilidad es conocida ya por los ¨®rganos nacionales del PP, que ven con intranquilidad la situaci¨®n que pudiera generarse en el futuro.
Lo cierto es que Arenas no ha sabido dar los primeros pasos de su regreso a la vida pol¨ªtica andaluza, equivoc¨¢ndose en el dise?o de una estructura de retales cuando debiera haber dado un vuelco profundo a toda la organizaci¨®n si realmente ambiciona, como dice, conquistar el voto rural que hasta ahora se ha mostrado hostil a su formaci¨®n.
Son muchos aquellos que no toleran, entiendo que con raz¨®n, que la cara p¨²blica del PP-A siga siendo, precisamente, quien peor imagen ha ofrecido en estos ¨²ltimos a?os del talante dialogante y progresista que la Andaluc¨ªa rural exige de los populares para darles su confianza. Me refiero, c¨®mo no, al hasta no hace mucho secretario regional y hoy coordinador auton¨®mico con id¨¦nticas competencias, Antonio Sanz.
Son tambi¨¦n muchos los que dudan de la disposici¨®n personal del nuevo secretario regional, Juan Ignacio Zoido, para acometer, sin el compromiso y la disponibilidad que acompa?an al desempe?o de un cargo institucional, la dif¨ªcil tarea de recorrerse uno a uno los pueblos andaluces, renovando, rehabilitando y resanando las estructuras locales y provinciales de un partido que ha venido sustent¨¢ndose en "los de siempre" porque era m¨¢s c¨®modo hacerlo as¨ª que trabajar por la integraci¨®n de nuevas caras y nuevos talantes.
Hay incluso quienes temen el anuncio hecho por Javier Arenas en el sentido de obtener el m¨¢ximo provecho a la experiencia pol¨ªtica de Juan Ojeda, una vez que ha sido descabalgado de su esca?o europeo, conocedores de las intrigas que su gesti¨®n al frente de la secretar¨ªa regional gener¨® en la anterior etapa arenista.
Lo cierto es que el panorama no se presenta tranquilo y Arenas lo sabe.
Tal vez por ello, el anuncio que recientemente hac¨ªa en el sentido de proponer un posible adelantamiento del congreso regional, que debiera celebrarse tras el nacional de septiembre, buscando dos efectos distintos.
Por una parte, evitar que el clima interno se vaya recalentando, impidiendo con ello el que haya tiempo suficiente para que las voces cr¨ªticas puedan organizar alternativas a su propia candidatura.
Por otra, Javier Arenas sabe muy bien que su peso pol¨ªtico en G¨¦nova ha disminuido notablemente, hasta perder los coordinadores y secretarios de ¨¢rea que hab¨ªa designado, lo que se trasladar¨ªa a su protagonismo en el pr¨®ximo congreso nacional, que ser¨ªa muy limitado.
De ah¨ª que prefiera presentarse en ese acto como presidente electo del PP andaluz, ostentando un t¨ªtulo que le otorgue alguna fuerza org¨¢nica, a la vez que pueda justificar as¨ª su alejamiento de los centros de decisi¨®n nacional.
No s¨¦ si en Madrid aceptaran su propuesta pero, en todo caso, el ambiente que se respira no resulta propicio al denso trabajo que debe realizar y para el que va a precisar algo m¨¢s que frases ingeniosas o palmadas en la espalda.
No creo que le valgan, tampoco, las llamadas a los independientes, que ya hiciera hace a?os, en su af¨¢n por centrar un partido que precisa de principios m¨¢s que de im¨¢genes para presentarse ante una sociedad que sigue neg¨¢ndole su confianza.
No se puede apelar, en unos casos, a la fidelidad de la militancia para, a continuaci¨®n, renegar de ¨¦sta a la hora de extraer de ella a los mejores valores.
No se resuelven los problemas del PP-A ofertando posiciones de relevancia a personas no comprometidas ideol¨®gica ni org¨¢nicamente con el partido, sino haciendo atractiva y libre la participaci¨®n interna, de modo que a ¨¦l se sumen, como militantes, quienes hasta ahora han preferido mantenerse al margen del juego pol¨ªtico y en ¨¦l tengan posibilidad de demostrar su talante liberal y de progreso quienes tras a?os de militancia han visto frenada cualquier posibilidad de expresi¨®n.
Cobra cada d¨ªa m¨¢s valor el comentario que hace tiempo me hac¨ªa un alto cargo del entonces gobierno del PP, en el sentido de que si bien Javier Arenas mostraba su suficiencia como comunicador, sin embargo necesitaba a su lado a personas que le aportasen las ideas que trasladar y le dise?asen las estructuras que dirigir.
Por ello que utilizar retales para afrontar ese proyecto al que, por otra parte, se ha visto obligado a regresar para mantener ese algo de poder que le d¨¦ vida pol¨ªtica, me parece un grave error que entiendo que ¨¦l cometa, como parte interesada que es, pero que no debiera cometer el PP a nivel nacional si en verdad quiere que en el menor plazo posible de tiempo Andaluc¨ªa, esa gran Andaluc¨ªa de las provincias, no de las capitales, conf¨ªe mayoritariamente en ¨¦l.
El m¨¢s reciente fracaso electoral obtenido en Andaluc¨ªa para las elecciones europeas, que ha determinado la derrota del PP a nivel nacional, resume con elocuencia el efecto negativo que el regreso de Arenas ha desencadenado.
Enrique Bellido Mu?oz es m¨¦dico y ha sido senador del PP por C¨®rdoba.
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