Mucho m¨¢s que Nedved
La Rep¨²blica Checa pisa cada vez m¨¢s fuerte con j¨®venes como Cech, Baros o Rosicky, algunos de ellos campeones europeos sub 21 en 2002
T¨ªmido por naturaleza, a Nedved le gusta estar en la penumbra, pasar lo m¨¢s inadvertido posible. Al menos, hasta que comience el partido contra Letonia. Por eso se ha encontrado tan a gusto estos d¨ªas en Sintra, cerca de Lisboa, rodeado de las emergentes estrellas de la Rep¨²blica Checa. "Yo cumplir¨¦ mi parte, pero no me met¨¢is entre ellas. Mi selecci¨®n tiene j¨®venes de gran futuro, como Rosicky y Baros. Espero que sea su Eurocopa", dice el bal¨®n de oro, que en agosto cumplir¨¢ 32 a?os.
Siempre hay que abrir los ojos ante un equipo que dio dos de los momentos m¨¢s m¨¢gicos de la historia del torneo: el penalti que Panenka marc¨® a Alemania en 1976 a c¨¢mara lenta y por el centro y la vaselina de Poborsky a Portugal en 1996. Pero a los checos les gusta ir de tapadillo. As¨ª consiguieron sus mejores logros. Esta vez, claro, no pueden hacerlo. Su impresionante fase previa, que acabaron invictos, los ha colocado en el primer plano. Deber¨¢n vivir con esas altas expectativas. Al ascendiente de Nedved y Poborsky se ha unido una generaci¨®n cada vez m¨¢s fuerte, una quinta que fue campeona europea sub 21 en Francia 2002.
Rosicky, de 23 a?os, es para muchos la irrupci¨®n m¨¢s estimulante en el f¨²tbol europeo en los ¨²ltimos a?os. Llamado Peque?o Mozart por la prensa de su pa¨ªs, es lo m¨¢s parecido al argentino Aimar. Es decir, un media punta de talento desbordante y mucho m¨¢s resistente de lo que indica su fr¨¢gil aspecto. Sin embargo, ha estado a punto de perderse el torneo: se fractur¨® un brazo por dos sitios hace unos meses con el Borussia de Dortmund, su cuadro, frente al Werder Bremen. Ha sido el fichaje m¨¢s caro de Alemania. Su club pag¨® 13,3 millones al Sparta de Praga en 2001. Y ese mismo a?o fue campe¨®n de la Bundesliga y subcampe¨®n de la Copa de la UEFA ante el Feyenoord. Su ¨²ltimo ejercicio, eso s¨ª, ha sido m¨¢s discreto.
Otro amenazado con quedarse fuera de la gran cita ha sido Baros, delantero del Liverpool, de 22 a?os, que se rompi¨® un tobillo en septiembre y ha pasado el curso en blanco. Aun as¨ª, el seleccionador, Karen Bruckner, y sus compa?eros le consideran decisivo. Forma parte, junto al portero Cech, de los sub 21 triunfadores en la cita francesa. Marc¨® en sus dos primeros partidos internacionales. Es habilidoso y muy r¨¢pido, pero le falta mejorar el uno contra uno y el golpeo con la cabeza.
A su vez, Cech, de 22 a?os, es el ¨²ltimo capricho del magnate del Chelsea, el ruso Roman Abramovich, que ha desembolsado 10,3 millones para arrebat¨¢rselo al Rennes. Es el guardameta del futuro. Desde sus 1,97 metros, mira a todos hacia abajo. "El calendario nos ha gastado una broma pesada. La espera es una tortura. Estoy deseando dejar este hotel y enfrentarme a Letonia", comenta, orgulloso de los elogios de su colega italiano Buffon: "Tengo ganas de ver m¨¢s a Cech. Parece muy bueno". "Es mi primera experiencia y Buffon es el mejor del mundo, aunque no mi modelo. ?Por qu¨¦ no? Porque no tengo modelo", replica Cech, cuyo punto fuerte es su gran poder de concentraci¨®n. Intercede Nedved: "Buffon es lo m¨¢ximo, pero dad tiempo a Cech. Se lo merece".
Tambi¨¦n Jankulovski, de 27 a?os, lateral izquierdo del Udinese, uno de los fichajes que ha reclamado Totti para continuar en el Roma. Se ha ganado un nombre en el calcio. Puede actuar de interior izquierdo o por la banda, aunque Bruckner lo prefiere como defensa. Su padre es macedonio.
Toda esta juventud es contemplada con deleite por Poborsky, el jugador m¨¢s veces internacional: 91. Debut¨® con la selecci¨®n antes de que Checoslovaquia se dividiera en la Rep¨²blica Checa y Eslovaquia. Y llega, a sus 32 a?os, en un gran estado de forma despu¨¦s de su campa?a en el Sparta de Praga tras su paso por el Manchester United, el Benfica y el Lazio. Tampoco conviene olvidar al delantero K?ller, conocido como Dino, de Dinosaurio, por sus 2,02 metros. Tiene detr¨¢s un cuento de hadas. Desempleado, se march¨® a Praga a trabajar como cargador de monedas en desuso para los fundidores. Sobre el c¨¦sped, empez¨® actuando de portero y, finalmente, triunf¨® de delantero en el Sparta. Pero su curso en el Borussia ha sido decepcionante.
No tanto como el de Nedved en el Juventus. Se apag¨® irremediablemente justamente despu¨¦s de que le concedieran el Bal¨®n de Oro. Aunque ahora est¨¢ entusiasmado: "Hay aire nuevo en esta selecci¨®n. La final del 96, perdida en la pr¨®rroga ante Alemania, nos dej¨® un amargo sabor de boca, pero nos ha proyectado hacia otra dimensi¨®n".
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