Grandes capitanes
'Zizou' y Beckham escenificaron, al t¨¦rmino del Francia-Inglaterra, la empat¨ªa m¨¢s pura jam¨¢s vista entre futbolistas rivales
El partido Francia-Inglaterra del domingo fue un b¨¢lsamo para las heridas que Zidane fue acumulando a lo largo del catastr¨®fico fin de temporada del Madrid. Para el pobre Beckham aquella alocada victoria francesa (2-1, con dos goles de Zizou en el tiempo a?adido) result¨® ser una prolongaci¨®n de la agon¨ªa.
Zidane, que se hab¨ªa estado preparando mentalmente para sufrir, entendi¨® muy bien c¨®mo se sent¨ªa su compa?ero de club. Fue la empat¨ªa m¨¢s pura jam¨¢s vista entre futbolistas rivales. Por eso, al final del encuentro, el capit¨¢n franc¨¦s se acerc¨® al capit¨¢n ingl¨¦s como ofreci¨¦ndole sus disculpas. "Nos dijimos un par de cosas en espa?ol," recordaba Beckham ayer, "y ¨¦l me sonri¨® como dici¨¦ndome: 'As¨ª es la vida".
"Enmarcar¨¦ la camiseta de Zinedine cuando me la firme", dijo el ingl¨¦s, orgulloso de jugar con ¨¦l
Y Zidane, que hab¨ªa hecho un partido pobre hasta que se acab¨® el tiempo reglamentario, se convirti¨® en el h¨¦roe de la noche en tanto que Beckham, que hab¨ªa jugado de manera bastante respetable los 93 minutos, se vio condenado una vez m¨¢s a cumplir el papel de chivo expiatorio nacional. Fall¨® un penalti y, no importa que hubiera golpeado el bal¨®n impecablemente bien y que Barthez hubiese hecho la parada de su vida, la prensa sensacionalista inglesa carg¨® contra ¨¦l.
El precio de ser el deportista, y seguramente el individuo, m¨¢s famoso del planeta es que la gente parece ser incapaz de tener una opini¨®n medida, razonable, sobre ¨¦l. O uno est¨¢ con Beckham o est¨¢ contra ¨¦l. Los tabloides ingleses, claro, se mueven entre una posici¨®n y la otra dependiendo de cu¨¢l de las dos juzgan que les ser¨¢ m¨¢s ¨²til a la hora de vender ejemplares. Pero existe un n¨²cleo duro de gente del mundo del f¨²tbol que, como reacci¨®n a la idolatr¨ªa predominante, mantiene una actitud implacablemente anti-Beckham. El abismo que perciben entre la fama de Beckham y su habilidad futbol¨ªstica, pero que intuyen que los dem¨¢s no perciben, les vuelve casi locos.
Y es verdad que lo realmente extraordinario de Beckham es que, a diferencia de Maradona, Pel¨¦ o Cruyff, haya logrado ser, de lejos, el futbolista m¨¢s conocido sin ser el mejor, sin estar siquiera entre los diez mejores. El periodista ingl¨¦s que m¨¢s fama tiene de ofenderse ante esta dicotom¨ªa se llama James Lawton y escribe para The Independent. Veterano de mil partidos, es un gran tipo con una actitud alegre, epic¨²rea, frente a la vida. Pero menciona la palabra Beckham y su rostro se oscurece.
Por eso fue una sorpresa leer que Lawton opt¨® en su columna del martes por oponerse a la marea de prejuicios que desat¨® el fallido penalti de Beckham contra Francia y reconocer lo que cualquier mirada fr¨ªa habr¨ªa reconocido: que Beckham hizo un partido decente. Quiz¨¢, a diferencia de lo que se convirti¨® en la ortodoxia anal¨ªtica postpartido, fue precisamente el mejor de los cuatro centrocampistas ingleses, propuso el generoso Lawton. Lampard, del Chelsea, hizo un gran primer tiempo, marc¨® un gol y luego desapareci¨®. Scholes, el jugador ingl¨¦s m¨¢s completo, se cans¨® y tuvo que ser sustituido. Gerrard hab¨ªa hecho su trabajo de contenci¨®n de manera s¨®lida hasta que dio el aberrante pase atr¨¢s que dej¨® solo a Henry frente al portero James y condujo al penalti que defini¨® el encuentro. Mientras que "Beckham jug¨® como un maduro profesional y, reconozc¨¢moslo, un aut¨¦ntico capit¨¢n," afirm¨® Lawton; "fall¨® un penalti, pero hay peores cr¨ªmenes a este nivel. El peor crimen contra brillantes rivales como los franceses es perder el bal¨®n innecesariamente. A diferencia de todos sus compa?eros, Beckham no cedi¨® el bal¨®n a un jugador rival ni una vez a lo largo del partido".
Lo cual es verdad. Dentro de sus limitaciones, adem¨¢s de la que le impone el seleccionador, el sueco Sven-Goran Eriksson, al hacerle jugar por la banda derecha, hizo bien todo lo que tuvo que hacer y, encima, dio un pase de gol. Otros jugaron muy por debajo de sus limitaciones, ante todo Owen, cuya primera acci¨®n notable ocurri¨® en el segundo tiempo, cuando sali¨® del campo para ser sustituido. Muchos en Espa?a opinan que Ra¨²l defraud¨® contra Rusia, pero aquella actuaci¨®n del capit¨¢n espa?ol fue espectacular, altamente participativa, comparada con la del jugador que le arrebat¨® el Bal¨®n de Oro en 2001.
El t¨¢ndem Beckham-Owen ha sido fundamental para Inglaterra en ¨¦pocas anteriores. Si Owen vuelve a brillar, lo m¨¢s probable es que Beckham, proveedor de sus pases de gol, tambi¨¦n lo har¨¢. Como hizo durante sus primeros cuatro meses en el Madrid. Aunque claro est¨¢ que incluso en el mejor de los casos, incluso si Inglaterra llegase a ganar la Eurocopa, Beckham, el futbolista, jam¨¢s estar¨¢ al nivel de Beckham, el famoso.
Nunca ser¨¢ Zidane, pero -que se tranquilicen los que tanta man¨ªa le tienen- esto lo entiende ¨¦l mejor que nadie. Por eso al acabar el partido del domingo se acord¨®, a pesar de la angustia que sent¨ªa, de pedir la camiseta al gran franc¨¦s. "No me la firm¨® porque estaba empapada", dijo Beckham, "pero le pedir¨¦ que me la firme en Madrid. Despu¨¦s la enmarcar¨¦ y la colgar¨¦ en mi casa. Porque estoy orgulloso de jugar en el mismo equipo que ¨¦l".
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