Peligros de la descontextualizaci¨®n
Los her¨¢clidas, de Eur¨ªpides, est¨¢ fechada en torno al 430 antes de Cristo, en los primeros momentos de la guerra del Peloponeso. El poeta trata el tema de los descendientes de Heracles, a quienes persigue Euristeo, rey de Argos y enemigo de su difunto padre. Los hijos del h¨¦roe, protegidos por los ancianos Yolao y Alcmena, se refugian en el altar de Zeus en Marat¨®n, territorio ateniense, y suplican que no se les entregue en manos de sus enemigos. Demofonte, el rey de Atenas, les garantiza la protecci¨®n, lo que acarrea el enfado de Copreo, el heraldo de Euristeo, que amenaza con la guerra. Esta trama, hasta aqu¨ª, sirve muy bien a Peter Sellars para situar The children of Herakles en plena actualidad y provocar la reflexi¨®n sobre la justicia, la solidaridad y el derecho de asilo. Para ello, Sellars propone una primera parte basada en un debate abierto al p¨²blico que precede a la obra.
The children of Herakles
De Eur¨ªpides. Con Jan Triska, Karen Kandel, Brenda Wehle, Zainab Jah, Chris Chalk, Cornel Gabara, Mercedes Mil¨¤ y alumnos del IES Sant Josep de Calassan?. Direcci¨®n: Peter Sellars. Teatre Lliure, Barcelona, 15 de junio.
Moderado por la medi¨¢tica Mercedes Mil¨¤ (quien incomprensiblemente es en la obra la voz del coro), el debate de la noche del estreno cont¨® con la presencia de un representante de ACNUR en Espa?a, una soci¨®loga representante de la Fundaci¨®n Bofill, un periodista paquistan¨ª y un sij presidente de una asociaci¨®n de inmigrantes de la India.
Cuatro descendientes de Heracles que viven, trabajan aqu¨ª y nos contaron sus experiencias de la mano de Mil¨¤, que, en su estilo, les iba haciendo preguntas buscando siempre el lado tr¨¢gico de sus vidas. De hecho, se gan¨® un pitido por interrumpir el relato de la marroqu¨ª Fathia Benhammou. Todos somos hijos de Heracles, pero unos lo son m¨¢s que otros y se ech¨® en falta el testimonio de refugiados menos integrados que los presentes.
Tras este simulacro de debate, lleg¨® la funci¨®n y volvemos a la trama de Eur¨ªpides. Si el planteamiento de la obra le va muy bien a Sellars para hablar del respeto mutuo entre Estados, el desarrollo de la misma parece escap¨¢rsele de las manos. La caracterizaci¨®n de los actores que intervienen hace clara referencia a reconocidos personajes de la actualidad pol¨ªtica: Copreo, el heraldo del rey Euristeo, es Karen Kandel y se parece a Condoleezza Rice, lo que hace que Euristeo sea nada menos que Bush. En este contexto, los hijos de Heracles (j¨®venes hijos de inmigrantes del instituto de secundaria barcelon¨¦s en el que estudiaba Ronny Tapias, el colombiano que muri¨® apu?alado por otros menores), pasan en esta versi¨®n por iraqu¨ªes y palestinos. La alegr¨ªa que sienten ante la promesa de Demofonte pronto se ve ensombrecida por los or¨¢culos: ¨¦stos prometen a Demofonte la victoria ante Euristeo si sacrifica a una doncella en honor de Pers¨¦fone. Macaria, una de las hijas de Heracles, se ofrece voluntaria a morir en defensa de sus hermanos. ?C¨®mo entender este sacrificio en el contexto actual que propone Sellars? Pues bien, Sellars decide escenificarlo, con sangre y todo; algo gratuito y desconcertante. Mientras, la cantante Ulzhan Baibussynova acompa?a la sangr¨ªa con un poema sobre el sacrificio de Jes¨²s, para acabar de liar la cosa.
Pero los peligros de la descontextualizaci¨®n no acaban aqu¨ª. El texto de Eur¨ªpides habla tambi¨¦n de venganza y termina con la decisi¨®n de Alcmena, una anciana, de condenar a muerte a Euristeo, convertido en prisionero de guerra, con estas palabras: "Llev¨¢oslo, esclavos. Es menester que, tras matarlo, lo arroj¨¦is a los perros". En el montaje de Sellars, Euristeo aparece encapuchado y con un mono naranja, como los presos de Guant¨¢namo. Greoffrey Miller, supervisor de ese centro de detenci¨®n, dijo que hab¨ªa que tratar a los reclusos como perros. Es inevitable que todos estos perros (los de Eur¨ªpides, los de Miller, los de Irak) se nos aparezcan juntos al ver a Euristeo. Y esto s¨ª que es peligroso, porque Sellars parece justificar este tipo de pr¨¢cticas que van en contra de los derechos humanos. En su favor, cabe recordar que la obra la mont¨® hace un par de a?os, pero en su contra hay que decir que no se pueden pasar por alto estos detalles, por circunstanciales que sean.
Babelia
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