Brasil y los sin tierra
Diecis¨¦is meses del Gobierno de Lula en Brasil apenas han contribuido en rebajar la impunidad con la que los hacendados defienden sus latifundios sin ning¨²n respeto por las derechos humanos. En un contexto de desigualdad radical en el acceso a la tierra y a los medios de producci¨®n, m¨¢s de un mill¨®n y medio de familias sin tierra del Brasil siguen enfrent¨¢ndose en solitario a los terratenientes y a sus bandas de pistoleros. Tampoco el Estado ha dado un impulso significativo a la reforma agraria que estas familias reclaman.
Estas dos afirmaciones las podemos constatar despu¨¦s de los graves acontecimientos vividos durante el trabajo de la misi¨®n de investigaci¨®n internacional independiente que llevaron a cabo miembros de las organizaciones internacionales V¨ªa Campesina y FIAN, a instancias del MST (Movimiento sin Tierra) y la CPT (Comision Pastoral de la Tierra). A la misi¨®n se le uni¨® el Relator de Naciones Unidas para Brasil sobre el Derecho a la Alimentaci¨®n, don Flavio Valente.
Durante sus visitas a la realidad rural en los Estados de Pernambuco, Par¨¢ y Minas Gerais fueron identificadas graves violaciones de los derechos humanos directamente ligadas al retraso de los procesos de desapropiaci¨®n de tierras, reconocidas como improductivas y que no cumplen su funci¨®n social y vital: producir alimentos. El pasado d¨ªa 7, a la salida de la visita a uno de los asentamientos de las gentes del MST, lugares donde ans¨ªan iniciar una vida digna en el campo, la comisi¨®n de investigaci¨®n se par¨® en la carretera para fotografiar las instalaciones productivas de los terratenientes en Montes Claros. Para retratar el contraste entre la lucha por recuperar tierras, en blanco, y la opulencia, en negro. Apenas dos minutos despu¨¦s de detener el auto, un grupo armado de la "fazenda Canoas" dispar¨® varias veces contra los representantes de la misi¨®n, aunque por esta vez no hubieron da?os personales.
Para organizaciones internacionales con trabajos de esta ¨ªndole, este hecho nos resulta, l¨®gicamente, excepcional y grave, pero lamentablemente es la realidad habitual con la que conviven las familias sin tierra.
Siete d¨ªas despu¨¦s, en la apertura de la Asamblea Internacional de la V¨ªa Campesina (plataforma mundial que agrupa a m¨¢s de 60 millones de peque?as y peque?os campesinos), Egidio Bruneto, coordinador nacional del MST, a muy pocos kil¨®metros del incidente, abr¨ªa el evento con palabras sabias que tendemos a olvidar: la vida depende de los alimentos que nacen de la tierra, el agua, las semillas y el sol: y de las manos campesinas.
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