Cuatro para nada
Rudi V?ller us¨® ante Letonia a todos sus delanteros, pero Kuranyi, la gran esperanza, Brdaric, Klose y Bobic no marcaron
La tradici¨®n alemana dicta que cada generaci¨®n aporte un pu?ado de delanteros solventes, muchos con poca calidad y algunos extraordinarios; bastantes, fieles al modelo atl¨¦tico, y algunos, a la tipolog¨ªa de los habilidosos. Todos ten¨ªan una magn¨ªfica relaci¨®n con el gol. La lista es prolija. Los inteligentes Uwe Seeler o Gerd M¨¹ller, aclamados por su juego, su longevidad y sus goles, fueron sucedidos por tipos como Riedle, Alloffs o el actual seleccionador, Rudi V?ller. Y junto a ellos aparecieron alemanes cl¨¢sicos como la jirafa Hrubesch, Dieter M¨¹ller, Bierhoff o Klinsman. Alemania siempre tuvo gol, pero los tiempos cambian. Ante Letonia, V?ller tuvo que utilizar a sus cuatro delanteros: primero, Bobic y Kuranyi; luego, Klose y Brdaric. Ninguno fue capaz de marcar un gol a los animosos b¨¢lticos.
Kuranyi, siempre con su Biblia, naci¨® en Brasil; Klose y Podolski, en Polonia, y Bobic, en Eslovenia
Berti Vogts (en 1998): "Si aqu¨ª no nacen m¨¢s talentos, traig¨¢moslos del exterior. Francia est¨¢ llena de africanos"
La tradici¨®n se rompi¨®. Tanto con el gol como con las costumbres. En un vestuario tan laico como el alem¨¢n se ha colado alguien con un libro religioso bajo el brazo. Es Kuranyi, de 22 a?os, brasile?o de nacimiento, de padre alem¨¢n y madre paname?a. El delantero ha viajado a Portugal con un ¨²nico libro en su maleta: una Biblia escrita en portugu¨¦s, la lengua en la que siente m¨¢s c¨®modo.
"Leo la Biblia cada d¨ªa. Y antes de los partidos, cuando entro en el campo, rezo un Padrenuestro", explica el atacante del Sttutgart, el delantero sobre quien los alemanes han depositado gran parte de sus esperanzas. Es fuerte, habilidoso con ambas piernas, bueno en el juego en corto y va bien de cabeza. Una estilizaci¨®n, en fin, del t¨ªpico tanque germano. Superados los Hrubesch y los Janckers, V?ller prefiere atacar con la misma altura que antes, pero muchos m¨¢s recursos t¨¦cnicos. Es decir, con Kuranyi, la sonrisa m¨¢s fresca de la Bundesliga.
Un chico de coraz¨®n brasile?o: vivi¨® en R¨ªo de Janeiro hasta los 15 a?os y siempre vibr¨® con la sele?ao canarinha. Pero ¨¦sta nunca se interes¨® por ¨¦l, al contrario que la alemana, que le hizo debutar con tan s¨®lo 21 a?os. "No me arrepiento. Convertirme en alem¨¢n como jugador no ha sido ninguna obligaci¨®n, sino un placer", afirma.
Al d¨ªa siguiente de ser eliminado en los cuartos de final del Mundial de Francia 98, el entonces seleccionador germano, Berti Vogts indic¨® la ¨²nica v¨ªa de salvaci¨®n: "Si aqu¨ª no nacen m¨¢s talentos, tom¨¦moslos del exterior. Mirad a Francia: est¨¢ llena de jugadores de origen africano. Quiz¨¢ tengan m¨¢s hambre. Y ganan". El tiempo ha reforzado aquella convicci¨®n y, seis a?os despu¨¦s, Alemania presenta un ataque multi¨¦tnico. Kuranyi aparte, Klose naci¨® en Oppeln (Polonia), Podolski en Gleiwitz (Polonia) y Bobic en Maribor (Eslovenia). S¨®lo Brdaric naci¨® en Alemania, pero sus padres provienen de la antigua Yugoslavia.
Su padre, Kont, es un alem¨¢n nacido en Francia y con ra¨ªces h¨²ngaras que dirigi¨® un hotel en Petropolis (Brasil), donde conoci¨® a su madre, Carmen. As¨ª, Kuranyi creci¨® futbol¨ªsticamente de brasile?o y sigui¨® a su madre, separada de su marido, a Panam¨¢, donde ingres¨® en el Sporting. Pero el padre se impuso y se lo trajo a Alemania: si no val¨ªa para el f¨²tbol, al menos aprender¨ªa alem¨¢n. S¨ª vali¨®. A los 15 a?os entr¨® en el Stuttgart, a los 21 se estren¨® en la selecci¨®n y a los 22 es el delantero titular.
Sin embargo, su temporada en el Stuttgart ha sido m¨¢s bien atribulada. Marc¨® 11 goles en la Bundesliga, cuatro menos que el curso anterior, y permaneci¨® 961 minutos sin anotar. No ha sido su mejor campa?a, pero s¨ª la m¨¢s importante como profesional: "Pas¨¦ por algunas crisis, pero me he enfrentado en la Champions a los mejores. Y ha sido una experiencia determinante para llegar a la selecci¨®n".
Ante las pretensiones del Milan por ficharlo, el Sttutgart se afan¨® en ampliarle su contrato en diciembre pasado. Hasta 2008. Empezar¨¢ cobrando 1,3 millones por a?o y acabar¨¢ alcanzando los tres millones. Una renovaci¨®n muy aplaudida por el seleccionador, V?ller. "Para su desarrollo, es bueno que juegue con regularidad. Si se hubiera ido a un club m¨¢s grande, habr¨ªa sido m¨¢s dif¨ªcil", declar¨®.
"Que haya dado el salto a la selecci¨®n se lo debo sobre todo a Felix Magath
[su entrenador en el Stuttgart, que se ha marchado ahora al Bayern], declara el propio Kuranyi. V?ller advirti¨® que era un delantero que pod¨ªa actuar tanto de referencia en el juego a¨¦reo (mide 1,88 metros) como dej¨¢ndose caer a las bandas. "Me queda mucho por aprender para ser una estrella. Por ejemplo, debo ser m¨¢s preciso ante la porter¨ªa contraria. Llegar a ser como Makaay" , suspira el delantero. Ni ¨¦l ni sus tres compa?eros dieron el primer paso para lograrlo ante Letonia. Alemania se acord¨® hasta de Hrubesch.
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