La funcionaria acusada de vender sumarios alega que fueron robados
La funcionaria del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 6 de M¨¢laga acusada de vender sumarios afirm¨® ayer que cualquiera pudo robar del juzgado esos expedientes. El fiscal pide para Mar¨ªa Victoria R. M. cinco a?os de prisi¨®n y 11 de inhabilitaci¨®n por cohecho, infidelidad en la custodia de documento p¨²blico y revelaci¨®n de secretos. El juicio no concluy¨® ayer por la ausencia de un testigo clave y se reanudar¨¢ en septiembre.
La historia de los sumarios tiene tintes de novela negra y ca?¨ª. La historia comienza en 2002, cuando Carlos F. M., detective privado, se ve envuelto sin propon¨¦rselo en el sumario de Autos Rinc¨®n, que supuestamente vend¨ªa coches robados. Carlos hab¨ªa comprado uno y comenz¨® a ir al Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 6 a pedir que le devolviesen su veh¨ªculo. All¨ª conoci¨® a la acusada y comenzaron una relaci¨®n de amistad, seg¨²n Mar¨ªa Victoria. ?sta detall¨® ante la sala que le pidi¨® a Carlos que siguiera a su marido porque sospechaba que le era infiel.
En marzo de 2003, Carlos denunci¨® a la Guardia Civil que una funcionaria judicial vend¨ªa sumarios. El agente que recibi¨® la denuncia asegur¨® en el juicio que pens¨® que se trataba de una acusaci¨®n "peregrina". Su opini¨®n cambi¨® cuando tres semanas despu¨¦s Carlos volvi¨® con tres sumarios y un pasaporte de unas diligencias del juzgado. La acusada afirm¨® que Carlos, adem¨¢s de detective, era confidente de la Guardia Civil.
Un juez autoriz¨® la grabaci¨®n de las conversaciones entre Carlos y Mar¨ªa Victoria. En una de ellas, la funcionaria cita a Carlos en una cafeter¨ªa para "ense?arle tres o cuatro m¨¢s". En las conversaciones no se pronuncia la palabra sumario o expediente. La defensa alega que esos "tres o cuatro" eran clientes para Carlos. El detective no compareci¨® ayer y su ausencia oblig¨® a suspender el juicio hasta el 16 de septiembre.
Detenci¨®n en la cafeter¨ªa
El 3 de abril de 2003, Mar¨ªa Victoria sali¨® de la Audiencia de M¨¢laga con una bolsa de pl¨¢stico que conten¨ªa fotocopias de varios sumarios. Ella asegura que era trabajo que se llevaba a casa. Se tom¨® un caf¨¦ con Carlos y a los 10 minutos la Guardia Civil irrumpi¨® en el bar para detenerla. Ella afirma que jam¨¢s vendi¨® los sumarios y que, si Carlos se los hubiese pedido, lo habr¨ªa denunciado.
Los tres guardias civiles que declararon ayer afirmaron que la acusada y el detective charlaban sobre los expedientes. El jefe de la investigaci¨®n afirm¨® que, "desde el punto de vista policial", las conversaciones, la relaci¨®n entre ambos y la entrevista en la cafeter¨ªa evidencian la venta de sumarios.
La acusada aleg¨® que en el momento de la detenci¨®n el juzgado rebosaba de trabajo y que cualquier pudo entrar y coger los expedientes en un descuido. Otros cuatro funcionarios avalaron la tesis de Mar¨ªa Victoria. ?sta afirm¨®, adem¨¢s, que cuando fue detenida tomaba grandes dosis de ansiol¨ªticos y antidepresivos, algo que corrobor¨® su psiquiatra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.