Un coche de ciudad original y econ¨®mico
Un utilitario coreano pensado para la ciudad que cumple en carretera. El Picanto es lo ¨²ltimo de Kia, un coche peque?o y moderno con una calidad de conjunto similar a la de los modelos equivalentes de las marcas populares europeas. Y tambi¨¦n con unos precios parecidos, pero competitivos: se vende a partir de 7.995 euros, y por 9.400 euros incluye de serie doble airbag y ABS. Tiene todo lo necesario para resolver las necesidades b¨¢sicas de transporte en las grandes ciudades.
Una l¨ªnea con personalidad
El Picanto es una alternativa moderna a los utilitarios coreanos m¨¢s baratos y tambi¨¦n a otros coches urbanos europeos, como el Twingo y el nuevo Panda. Mide pr¨¢cticamente lo mismo de largo, 3,49 metros, y tiene una carrocer¨ªa de cinco puertas de imagen moderna y estilo fresco y juvenil.
Destaca sobre todo el frontal, con una llamativa parrilla que resalta en el centro y es su principal se?a de identidad. En la vista lateral sobresale un nervio a la altura de los picaportes y un fald¨®n en la base de las puertas que le dan un aire m¨¢s sofisticado de lo habitual en los coches urbanos. Y por detr¨¢s, la altura del parachoques y los pilotos refuerzan la imagen s¨®lida y robusta del conjunto.
Esta arquitectura, combinada con unos colores chillones, tiene como objetivo seducir al p¨²blico joven y aporta al nuevo Kia una personalidad marcada entre los coches de su tama?o.
Alegre y pr¨¢ctico por dentro
La originalidad y el colorido se mantienen tambi¨¦n por dentro, con un interior cuidado y un ambiente atractivo. El Picanto no presenta el dise?o y los acabados austeros de otros coches peque?os coreanos, y busca la calidad y el ambiente acogedor de los mejores utilitarios europeos. Combina pl¨¢sticos en dos tonos, detalles met¨¢licos en la consola central y unas tapicer¨ªas y guarnecidos coloristas en las puertas. Y ofrece una calidad de acabado m¨¢s que correcta que se completa con un dise?o imaginativo y funcional, sobre todo por su generosa dotaci¨®n de huecos para objetos. As¨ª, aprovecha bien todos los recovecos para integrar una bandeja que recorre toda la parte inferior situada frente al conductor, una repisa a la izquierda del volante y otra abierta encima de la guantera. Pero tiene tambi¨¦n un caj¨®n bajo el asiento del pasajero, dos cofres ocultos debajo de las banquetas traseras, dos bandejas bajo el piso del maletero y las cl¨¢sicas bolsas en las puertas delanteras y los respaldos.
Todos estos espacios habilitan una capacidad de almacenaje notable que refuerza su sentido pr¨¢ctico y compensa un maletero algo raqu¨ªtico, aunque ampliable plegando los asientos traseros.
Por lo dem¨¢s, las plazas delanteras dan sensaci¨®n de amplitud e incluyen unos asientos anchos y c¨®modos. Y atr¨¢s hay espacio para llevar las piernas sin contorsionismos. La insonorizaci¨®n, habitual punto d¨¦bil de los utilitarios coreanos, tambi¨¦n est¨¢ bien resuelta y tiene un funcionamiento silencioso, tanto mec¨¢nico como de rodadura. Y s¨®lo las suspensiones, algo secas en los baches, limitan el confort en carretera.
Dos motores y dos acabados
La gama del Picanto cuenta con dos motores de gasolina. La versi¨®n b¨¢sica 1.0 (61 CV) s¨®lo se vende en acabado LX y es de lo m¨¢s barato del mercado: 7.995 euros. Y el 1.1 (65 CV) cuesta 8.600 (LX) y 9.400 (EX). Adem¨¢s se ofrece con un cambio autom¨¢tico de cuatro marchas (10.452). El acabado LX viene de serie con airbag del conductor, direcci¨®n asistida, elevalunas delanteros y cierre centralizado. El EX a?ade airbag de pasajero, ABS, radio-CD, elevalunas el¨¦ctricos traseros y otros detalles. Tienen tres a?os de garant¨ªa y en 2005 llegar¨¢ un turbodi¨¦sel.
Conclusi¨®n
El Picanto 1.1 es un utilitario pr¨¢ctico, econ¨®mico y bien dotado para el uso urbano. Tiene un motor alegre que gasta muy poco, un interior moderno y un equipo de serie m¨¢s completo de lo habitual en coches urbanos. Y todo con unos precios muy asequibles.
PR?CTICO Y COLORISTA
El interior del Picanto prima el sentido pr¨¢ctico y habilita muchos huecos para objetos que resultan c¨®modos en el uso urbano. El salpicadero concentra la mayor¨ªa: dos repisas frente al conductor, una a la izquierda del volante para el tel¨¦fono y otra debajo que llega hasta la consola central. Pero tambi¨¦n hay otra bandeja sobre la guantera y un caj¨®n bajo el asiento del pasajero. Sin embargo, destaca sobre todo el aire colorista del habit¨¢culo, que combina pl¨¢sticos en dos tonos, detalles met¨¢licos y unas tapicer¨ªas en colores vivos que se aplican tambi¨¦n en los paneles de las puertas y aportan un estilo muy alegre y juvenil.
Las plazas traseras tiene una anchura correcta, aunque justa para m¨¢s de dos personas. Pero el espacio para las piernas no agobia y debajo de las banquetas hay dos cofres ocultos para esconder objetos.
El maletero es muy justo y no se puede ampliar moviendo hacia delante los respaldos traseros, como ofrecen otros utilitarios. Al menos incluye dos bandejas bajo el piso, una compartimentada y otra debajo en el hueco de la rueda de repuesto, que se ha sustituido por un kit antipinchazos.
La zaga del Picanto es convencional: parachoques alto, pilotos grandes y un port¨®n con una proporci¨®n equilibrada entre chapa y cristal.
MEJOR EQUIPADO
Aunque el Picanto 1.1 se vende desde 8.600 euros (acabado LX), el EX de la prueba sube a 9.400. La diferencia compensa, sobre todo en seguridad: incluye doble airbag, ABS y detalles como radio-CD, cuatro elevalunas el¨¦ctricos y cierre centralizado.
El Picanto es 100 euros m¨¢s barato que el Twingo, que viene s¨®lo con doble airbag, elevalunas delanteros el¨¦ctricos y cierre. Y cuesta 170 m¨¢s que el Agila y 850 euros m¨¢s que el Matiz. El primero s¨®lo lleva un airbag y el ABS es opcional (405 euros), pero el otro viene como el Kia, aunque acusa los a?os con una calidad inferior.
El gran rival del Picanto es el Panda, 700 euros m¨¢s barato (un airbag y ABS), aunque con airbag de pasajero (150) y radio-CD (290) la diferencia se reduce a 260. No lleva elevalunas el¨¦ctricos atr¨¢s, pero es m¨¢s funcional: los respaldos traseros regulables permiten ampliar el maletero.
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