Zapatones
En Espa?a manda Zapatero, pero los balones eternos de la patria est¨¢n en manos de Zapatones, es decir, Luis Aragon¨¦s. "Estas botas son para caminar", pronostic¨® hace a?os la hija de Sinatra. Aragon¨¦s, conocido como "el sabio de Hortaleza", es muy madrile?o. Lo de Zapatones le viene por el desmesurado tama?o de sus pies. Cuando ¨¦l jugaba, que lo hac¨ªa como Dios manda, las botas de Luis eran la atracci¨®n del vestuario y del c¨¦sped; en ellas cab¨ªa m¨¢s gente que en el camarote de los Marx: dos g¨®ndolas surcando el Manzanares. Y, encima, sali¨® sabio. Nada humano le es ajeno, al igual que le ocurr¨ªa a san Agust¨ªn de Hipona. Sabe mirar a los ojos de sus interlocutores, sabe poner las cartas sobre la mesa, sabe poner firmes a las estrellas y sabe soltar palabras como dardos a quien sea y donde fuere menester. En eso se parece a otro aragon¨¦s, Labordeta. Buena gente ambos, a pesar de su estilo algo asilvestrado, aunque no tanto como el de Clemente.
Si Aragon¨¦s es muy de Hortaleza, su mano derecha, el preparador f¨ªsico Jes¨²s Paredes, es muy de Vallecas, con fuertes conexiones leonesas (Le¨®n es el Esp¨ªritu Santo de la actualidad espa?ola, a pesar de que la Cultural siga en los infiernos). La intelectualidad siempre ha mantenido esquivas relaciones con el balompi¨¦, excepci¨®n hecha de Javier Mar¨ªas, ?lex Grijelmo, Juan Pedro Aparicio o Serrat, por poner algunos ejemplos. De todo lo cual se colige que la nueva selecci¨®n nacional va a tener un exquisito toque madrile?o, no madrile?ista (felicidades, Di St¨¦fano, que hoy cumples 78 veranos), pero tampoco colchonero. Aragon¨¦s ya est¨¢ curado de espantos y de dogmatismos.
Por lo dem¨¢s, hay que agradecer al f¨²tbol que, por fin, nuestro himno nacional tenga letra asequible a todo el mundo. Se necesitan algunos retoques, pero la cosa est¨¢ hecha. S¨®lo hace falta que Aragon¨¦s imponga este texto inolvidable: "Ole, ole, / ol¨¦, ol¨¦, ol¨¦, ol¨¦, ol¨¦ y ol¨¦ / ol¨¦ y ol¨¦ y ol¨¦. / ?Ole que ole, que ole y ol¨¦! / ?Ol¨¦, ol¨¦, ol¨¦, ol¨¦, ol¨¦ y ol¨¦" (Bis). Carlos III est¨¢ encantado. Nuestro porvenir est¨¢ en los zapatos.
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