Bombardier desenvaina la daga
El grupo canadiense prepara su entrada en un mercado acotado por Airbus y Boeing
Bombardier, el fabricante canadiense de aviones y trenes, se prepara para sacar la espada y entrar en el fragor de una batalla que ha sido reservada ¨²nicamente para dos titanes del sector: Boeing y Airbus. ?stas dos han monopolizado la producci¨®n de aviones de m¨¢s de cien pasajeros, pero Bombardier afila su estrategia para irrumpir con una inversi¨®n de 3.000 millones de euros.
La empresa ha fichado a un antiguo directivo de Boeing, Paul Scott, quien encabezar¨¢ la batalla contra su antiguo equipo
Bombardier espera controlar el mercado de aviones de 100-130 asientos que tendr¨¢ un valor de 17.000 millones en los pr¨®ximos 20 a?os
Airbus, desde su cuartel en Toulouse, y Boeing, en Seattle, tienen todos sus motores carburando para sacar de sus f¨¢bricas aeronaves con m¨¢s de 250 asientos, la pr¨®xima gran contienda entre el consorcio europeo y la firma norteamericana. Pero mientras se mantienen enzarzados en un cruento combate para hacerse con el liderazgo del sector aeron¨¢utico, Bombardier, que hasta hace dos d¨¦cadas se dedicaba ¨²nicamente a la producci¨®n de motos de nieve, ha pasado a ser el tercer fabricante de aviones a nivel mundial.
La rivalidad entre Airbus y Boeing ha dejado un flanco abierto en la producci¨®n de aviones cercanos a los 100 asientos que ahora Bombardier espera acorralar hasta controlar ese feudo. Es una maniobra arriesgada y algunos analistas han llegado a vaticinar que no es necesariamente la apuesta correcta. La empresa, que sufri¨® p¨¦rdidas en 2003 de m¨¢s de 64 millones de euros y que ha tenido que sortear la ca¨ªda en las compras de aviones por parte de las aerol¨ªneas tras los atentados del 11-S, ultima una inversi¨®n de 3.000 millones de euros en desarrollar un nuevo avi¨®n que pueda competir con los modelos de Airbus y Boeing. Sus clientes ser¨ªan las compa?¨ªas ¨¢ereas regionales, "un sector plagado por incertidumbres", como asegura Susanne Bets, experta en aerol¨ªneas de la firma Argus Research.
El proyecto final tendr¨¢ que ser aprobado en enero del pr¨®ximo a?o por la junta directiva del grupo, pero la empresa ya ha preparado el terreno fichando a un antiguo directivo de Boeing, Paul Scott, quien encabezar¨¢ la batalla contra su antiguo equipo. Scott, nacido en la misma Seattle, capital del imperio Boeing, estima que el mercado para los aviones de entre 100 y 130 asientos tendr¨¢ un valor de m¨¢s 17.000 millones de euros en los pr¨®ximos 20 a?os. Paul Tellier, el hombre que rige Bombardier, tendr¨¢ que asegurarse de que este ataque al duopolio de Boeing y Airbus no se convierta en un tropiezo. La empresa ya se encuentra contra las cuerdas y en el primer trimestre del a?o volvi¨® registr¨® p¨¦rdidas de cerca de 150 millones de euros.
Bombardier es as¨ª una historia de ¨¦xito con algunos errores. La compa?¨ªa, que naci¨® como una f¨¢brica de motos de nieve para el mercado canadiense se transform¨® en un grupo industrial de primer calibre gracias a la adquisici¨®n, y transformaci¨®n, de empresas desangradas por malos resultados
A Bombardier, sin embargo, ya le toc¨® sufrir los estragos de una estrategia de expansi¨®n precipitada. La empresa, que cotiza en el mercado burs¨¢til canadiense, pero que contin¨²a siendo controlada por la familia que da nombre a la empresa, logr¨® duplicar sus ventas en cuatro a?os, pero termin¨® endeudandose por encima de sus capacidades y se sumi¨® en una crisis que desemboc¨® en recortes de empleo. Para controlar sus riesgos en esta ocasi¨®n, Bombardier espera que los fabricantes de los componentes del nuevo avi¨®n participen en la inversi¨®n.
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